En el stand de Syngenta en Fruit Logistica (pabellón 1.2 D-16), que se celebra en Berlín del 6 al 8 de febrero, se podrán ver entre otras novedades las variedades de semillas hortícolas de esta multinacional seleccionadas para ayudar a reducir el desperdicio en la cadena alimentaria.
Para Jérémie Chabanis, director del partenariado con la cadena de valor de Syngenta, toda la experiencia alimentaria comienza en la mejora genética de las variedades hortícolas. Y lo que es más importante, dicha mejora también constituye la clave para reducir las pérdidas en todos los pasos de la cadena alimentaria.
En la ponencia que impartirá en el marco de Fruit Logistica, Chabanis explicará cómo se están seleccionando y desarrollando nuevas variedades con características específicas que permitan reducir el desperdicio y mejorar la eficacia, desde el campo, pasando por el procesamiento, el transporte y el comercio minorista hasta llegar a los consumidores finales.
La reducción de las pérdidas y los costes financieros y medioambientales que entrañan reviste una importancia capital para la cadena alimentaria. Las prioridades de obtención de variedades de Syngenta se centran ahora en aquellos atributos que reducirán los destríos y mejorarán la sostenibilidad en la cadena alimentaria
En ensayos de campo realizados durante el año pasado en Reino Unido, una nueva variedad de coliflor blanca dentro de la línea de productos Destinica de Syngenta produjo, por primera vez, una cosecha de cogollos comercializables al 100%, lo que se diferencia de la producción habitual del 60% o 65% que se obtiene con las variedades comerciales actuales. Estas variedades estarán disponibles en el mercado en 2019 o 2020.
Las nuevas variedades de brócoli Easy-Broq de tallo largo, como por ejemplo Monflor, se han desarrollado para reducir el proceso de corte de hojas y tallos en la planta de procesamiento, lo cual genera una producción excepcional de alimentos congelados o baby y minimiza las pérdidas.
La oportunidad de reducir las pérdidas sin sacrificar la calidad también ha permitido que la obtención de sandía con pulpa ultrafirme por parte de Syngenta transformase el mercado mundial del producto. Desarrollar variedades innovadoras con una pulpa mejor y una mayor duración en almacenamiento significa que se pueden transportar de forma segura y, posteriormente, procesar con más eficacia, sin apenas degradación y con tasas de recuperación mucho más elevadas. «Ha permitido que los productores de sandía puedan acceder a nuevos mercados de productos frescos y suministrar durante todo el año a los procesadores y minoristas», explica Chabanis.
Entre otras cuestiones, director del partenariado con la cadena de valor de Syngenta también presentará el desarrollo de un mercado del tomate baby plum de enorme éxito en Europa, que representa en la actualidad más del 50% de la superficie en almacén del sector y experimenta un crecimiento del 15% gracias a la elevada rotación de los consumidores. Según explican desde la multinacional, los tomates baby plum se pueden producir y comercializar con muchas menos pérdidas que los tipos convencionales, ofrecen una mayor duración en almacenamiento, un mejor sabor, así como uniformidad y coherencia en la calidad. «Es esencial que sean mucho más compactos para que su transporte resulte más eficiente y rentable, y que lleguen en perfectas condiciones», añaden.
En términos generales, los desperdicios derivados del suministro de tomates, desde el productor hasta el consumidor final, se podrían reducir en hasta un 25% con la variedad baby plum respecto a las variedades convencionales.