Como muestra de la apremiante necesidad de desarrollar y aplicar nuevas prácticas agrarias que ayuden a la mejora de la salud de los suelos agrícolas europeos, y como tal, también de la preocupación de la administración europea en este sentido, se forja el proyecto Best4Soil que promueve la creación de la primera red internacional sobre salud de suelos agrícolas.
José Ignacio Marín-Guirao y Miguel de Cara. IFAPA Centro La Mojonera, Almería.
Se estima que en el año 2018 la superficie total destinada a la práctica agrícola en Europa superó los 178 millones de hectáreas, lo que suponía en torno al 39% de la superficie total combinada de todos los Estados miembros de la UE. Así mismo, aunque la superficie total dedicada a agricultura ecológica (AE) en la Unión Europea sigue aumentando, y en 2018 superaba los 13,4 millones de hectáreas, esta superficie de terreno destinado a la AE, y en la que las prácticas de manejo del suelo son presumiblemente más respetuosas con la salud del suelo, constituía el 7,5% del total de las tierras agrícolas de la UE.
En el caso de España, país comunitario con mayor superficie destinada a la AE, en el mismo año presentó más de 2,2 millones de hectáreas en producción ecológica (incluye la superficie en conversión, así como en primer año de prácticas), representando el 9,3% del total de las tierras agrícolas en el país, por encima de la media europea (información extraída de Eurostat).
Salud del suelo
La salud y la calidad del suelo son considerados conceptos equivalentes, aunque no siempre son considerados conceptos sinónimos. Son numerosas las definiciones de “salud del suelo” incluidas en la literatura científica por diversos autores y, de manera general, todas ellas consideran que el concepto está relacionado con las funciones y el uso del mismo, siendo siempre atributo de sus propiedades físicas, químicas y biológicas.
Refiriéndonos ahora a la salud del suelo agrícola, y como ejemplo, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) define la “salud del suelo” como la capacidad continua del suelo para funcionar como un ecosistema vivo que sostiene a las plantas, los animales y los seres humanos. Esta definición engloba dos aspectos de gran índole que deben considerarse en el manejo de los agrosistemas:
- Al referirse a la capacidad continua, se está refiriendo a la sostenibilidad del edafosistema, y para ello se debe cumplir siempre con el “principio de precaución” (ya incluido en el Tratado de Maastricht en el año 1993), y que viene a dictaminar que cualquier acción de manejo del suelo no debe dejar hipoteca alguna en las sociedades/generaciones futuras. Y, esencial para cumplir con la anterior.
- Considerar el suelo como un ecosistema vivo. En este sentido, es muy importante considerar que la gran cantidad y diversidad de organismos habitantes del suelo, lo convierten en, como otros autores lo han definido, un “ente vivo” (Tello y cols., 2011). Por ello, el suelo debe percibirse como un ecosistema complejo que presenta unas características propias, y en el que se producen una serie de procesos fundamentales (de los que dependerá en gran medida la salud y la fertilidad del mismo) que son mediados, principalmente, por el componente biótico, y especialmente por los microorganismos edáficos.
En este sentido, la salud del suelo está principalmente determinada por las características o atributos ecológicos del medio edáfico y, en consecuencia, relacionada íntimamente con su capacidad de autorregulación o resiliencia (van Bruggen y Semenov, 2000). Es por ello que, la presencia de microorganismos fitopatógenos en el suelo agrícola, se considera un indicador de pérdida de salud del suelo y, como tal, de inestabilidad del agrosistema. Así, desde el punto de vista de la sanidad vegetal, la infestación de un suelo por agentes patógenos es considerada una perturbación biológica del mismo, siendo la capacidad del suelo de suprimir la manifestación de esos patógenos lo que se denomina supresividad del suelo.
La supresividad se caracteriza por la ausencia o bajo nivel de una enfermedad en un cultivo susceptible al patógeno que la causa, estando este presente en el suelo, y siendo las condiciones favorables al desarrollo de la enfermedad (Baker y Cook, 1974), esto pone de manifiesto que se trata de un suelo que presenta buena salud. Al respecto, la supresividad de un suelo tiene generalmente carácter biológico y puede implicar a una o varias especies microbianas (Alabouvette y cols., 1993), lo que apoya la concepción del suelo como un “ente vivo”.
Pérdida de salud de los suelos agrícolas
En las últimas décadas, la agricultura basada en prácticas agrarias reduccionistas, con tendencia al monocultivo y la producción intensiva, ha propiciado la pérdida de salud del suelo, y con ello:
- La pérdida de fertilidad y la aparición del fenómeno de fatiga en los suelos cultivados, debido principalmente al abandono de la incorporación de enmiendas orgánicas, sustituidas en algunos casos por el aporte exclusivo de compuestos de origen mineral.
- La proliferación de organismos fitopatógenos habitantes del suelo, que provocan cuantiosas pérdidas de producción en multitud de cultivos, aunque necesitados, a día de hoy, de una correcta cuantificación.
Debido a estos problemas (entre otros) asociados a los sistemas intensivos de producción agrícola actuales, se ha generado la urgente necesidad de desarrollar prácticas de manejo que mejoren los sistemas agrícolas intensivos para que sean sostenibles en términos económicos, medioambientales y de salud humana (Matson y cols., 1997; Tilman y cols., 2001).
En este sentido, el manejo del suelo es, sin duda, uno de los grandes aspectos a considerar dentro del sistema agrícola, con especial atención a: i) la rotación de cultivos y la incorporación de enmiendas orgánicas con efectos directos en la fertilidad y la salud del mismo, y por lo tanto en los microorganismos edáficos, principales actores en la génesis del suelo, y ii) el empleo de técnicas alternativas de desinfección del suelo, cuando sea necesario, que reduzcan los problemas medioambientales y de pérdida de salud del suelo asociados a las técnicas de desinfección convencionales.
Es ante esta situación, y muestra de la apremiante necesidad de desarrollar y aplicar nuevas prácticas agrarias que ayuden a la mejora de la salud de los suelos agrícolas europeos, y como tal, también de la preocupación de la administración europea en este sentido, es donde encaja perfectamente y se forja el proyecto Best4Soil (figura 1).
Proyecto Best4Soil
El proyecto Best4Soil, financiado por la UE a través del programa Horizonte 2020, tiene como principal objetivo la creación de una red temática internacional con el fin último de mantener, mejorar, o restablecer la salud del suelo agrícola en Europa. Para ello, la misión de la red temática se focaliza en el intercambio de conocimientos, experiencias e inquietudes, entre los distintos actores del sector agrícola (técnicos, productores, investigadores, educadores, empresas, etc.), preocupados por la salud y la supresividad del suelo.
En este sentido, la red de profesionales de Best4Soil, trata de promover el conocimiento existente y listo para su aplicación acerca de las que se han considerado las mejores prácticas de manejo de los suelos agrícolas. Así, en el proyecto Best4Soil participan expertos en salud de suelos agrícolas procedentes de veinte países europeos, que están promoviendo la creación de la primera red temática internacional sobre salud de suelos, empezando por invitar a cualquier persona o institución interesada en la salud del suelo a ser miembro de esta comunidad.
El equipo de expertos de Best4Soil incluye a técnicos, agricultores, comunicadores, educadores, genetistas e investigadores con variedad de puntos de vista y experiencias, enriqueciendo el principal objetivo de esta red: compartir conocimiento respaldado científica y técnicamente en materia de salud del suelo con toda aquella persona interesada.
Con esta red pretendemos interconectar a una parte importante de productores, técnicos y formadores europeos. Como los sistemas productivos y las casuísticas en materia de sanidad vegetal son diferentes a lo largo y ancho de Europa, nos hemos organizado en cuatro subredes de trabajo atendiendo a la clasificación por zonas de la EPPO/OEPP (Organización Europea para la Protección Vegetal) y que se basa en las diferentes zonas climáticas establecidas, y entre las que el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía (Ifapa), representa a España, además de liderar la zona Mediterránea, que incluye a expertos de Italia, Chipre, y Francia.
El proyecto Best4Soil propone tres enfoques, que incluyen las que han sido consideradas las mejores prácticas para lograr una salud óptima del suelo:
- Adaptación de rotaciones de cultivos optimizadas, específicas para las necesidades y la situación de cada agricultor, como base para evitar el desarrollo de enfermedades edáficas (figura 2).
- Implementación de las mejores prácticas con efecto preventivo, tales como el uso de compost, vermicompost, enmiendas orgánicas, cubiertas vegetales y abonos verdes.
- Implementación de las mejores prácticas de control para minimizar el impacto de las enfermedades edáficas, una vez se hayan presentado, con el fin de reducir los niveles de inóculo, tales como la biosolarización y la desinfección anaeróbica (DAS) aunque ésta última es de especial interés en países del centro y norte de Europa donde las condiciones climáticas no permiten realizar tratamientos de biosolarización eficientes.
En este sentido, para la transferencia de conocimiento sobre éstas mejores prácticas y poder cumplir con los fines del proyecto, hemos generado una serie de herramientas que incluyen:
- Videos tutoriales de fácil comprensión que abordan esas prácticas de manejo de suelos que son impulsadas a través del proyecto.
- Fichas técnicas divulgativas que incluyen información adicional sobre las prácticas promovidas.
- Bases de datos de acceso libre sobre patógenos edáficos (principalmente hongos del suelo y nematodos) y su interacción con las plantas. Estas bases de datos sirven como instrumento de apoyo en la toma de decisiones, ayudando a los agricultores y asesores a planificar las rotaciones de cultivos, así como al uso de los abonos verdes y/o las cubiertas vegetales más adecuadas y beneficiosas para la salud del suelo, en función de las distintas casuísticas.
En la página web del proyecto (www.best4soil.eu) se incluyen todas las herramientas mencionadas, además de un blog, dando acogida a cualquier persona o entidad interesada en la salud del suelo, y que quiera formar parte de esta red temática. Así mismo, para garantizar una transferencia fluida de conocimientos desde la investigación a la práctica, toda la información estará editada en 22 lenguas de la UE, y es de libre acceso y muy inteligible, para así, entre otros aspectos, poder abordar el limitado conocimiento de la lengua inglesa por parte de muchos profesionales en Europa.
Además, hasta el mes de diciembre de 2021, tenemos previstas múltiples actividades divulgativas y formativas, que incluyen la realización de talleres, principalmente sobre las mejores prácticas impulsadas y el empleo de las bases de datos, así como la creación de las denominadas “comunidades de práctica”, que, en esencia, se trata de grupos de personas interesadas que comparten conocimientos sobre un tema específico. La creación de este tipo de comunidades de práctica está apoyada por la red de trabajo Best4Soil, existiendo la posibilidad de organizar talleres específicos sobre el tema de interés de estas comunidades de práctica, y que, de manera general, debe estar incluido entre las mejores prácticas promovidas.
Debe considerarse que, las opiniones, sugerencias y comentarios de las partes interesadas son realmente importantes (intercambio de conocimiento) para culminar con una red temática internacional sobre salud de suelo con suficiente alcance y “calado”que permita la consecución del principal objetivo: la mejora de la calidad de los suelos agrícolas europeos a gran escala.
Invitamos al lector a que visite la página web de Best4Soil, y a que se una a nosotros registrándose e indicando sus intereses y/o inquietudes, para así llegar a tejer una red temática sobre salud de suelos práctica, que sea realmente útil y en la dirección adecuada.
Hace aproximadamente 2.500 años el filósofo griego Heráclito ya promulgó que “la salud del suelo es el reflejo de la salud del hombre”.