Esta compañía española de telecomunicaciones va a lanzar  la primera constelación de nanosatélites para demotratizar el Internet de las Cosas  (IoT) con cobertura 5G. Algunas de sus aplicaciones se situarán en la agricultura, la ganadería o el medio ambiente.

La agricultura inteligente, por ejemplo, ya no es un tema del futuro. Y es que el el agricultor actual necesita incorporar la alta tecnología para poder obtener mejoras y producir de manera sostenible.

Pues bien, estos pequeños aparatos, de unos 12 kg de peso, que orbitarán a unos 500 km de la Tierra -a diferencia de los grandes satélites geostacionarios que lo hacen a unos 36.000- funcionarán como torres de telefonía desde el espacio ofreciendo cobertura al 100% del territorio y allí donde actualmente las redes terrestres no llegan.

Así, esta tecnología permitirá disponer de IoT de forma global y masiva en este sector para mejorar las plantaciones y poder hacer frente a sus necesidades, al contribuir al aprovechamiento de la infinita cantidad de información generada en los procesos productivos.

Así, mediante los sensores IoT, los agricultores extraerán de sus plantaciones todos los datos necesarios para poder gestionar su producción de la manera más óptima: humedad, acidez, nutrientes, etc., lo que le permitirá  gestionar los recursos escasos como el agua de manera óptima, anticiparse a problemas como control de plagas o escoger los mejores momentos para la siembra, por ejemplo. En definitiva, permitirá monitorizar, controlar y optimizar sus plantaciones aumentando así la rentabilidad.

El ganado también conectado

Igualmente, la transformación del sector ganadero pasa también por la utilización de la tecnología IoT, pues supone un aumento significativo de la rentabilidad de este sector.

Mediante los sensores IoT aplicados a todo tipo de animales, se podrá monitorizar en todo momento su comportamiento, lo que proveerá al ganadero de infinidad de datos que podrá utilizar para ser más eficiente y mejorar su producción.

Entre las informaciones de interés de las que podrá disponer se encuentra la geolocalización exacta del ganado para controlar sus rebaños, el seguimiento  de la actividad del animal,  el control de temperatura para detectar en cualquier momento si hay animales enfermos para evitar contagios ayudándolo en la mejora de su producción disminuyendo pérdidas de cabezas de ganado y cumpliendo la legalidad en cuanto a materia sanitaria, o incluso aprovechar sus ciclos de fertilidad y anticiparse a los partos de manera que se lleven a buen término  y se aseguren de la correcta evolución de las crías, etc.

De esta forma, no solo aumentarán la producción y su calidad, si no que podrán disminuir costes, por ejemplo, en cercados kilométricos y costosos, creando geocercas, detectando cuándo los rebaños se empiezan a alejar de las zonas previstas sin necesidad de vallarlas físicamente. De hecho, según diversos estudios como el de ABI Research, en los próximos años habrá más 36 millones de cabezas de ganado conectadas.

Cómo preservar el medio ambiente y la biodiversidad

Igualmente, la tecnología IoT es imprescindible  para la preservación del ecosistema y de la biodiversidad. Estos sensores permiten identificar la disminución de poblaciones de animales en peligro, la monitorización de animales en riesgo de extinción reduciendo la obtención de datos mediante el contacto humano, lo que facilita su integración al medio natural, el estudio y análisis de migraciones, etc.

Así, la obtención de infinidad de datos provenientes de la fauna salvaje, permitirá su cuidado y preservación, incluso detectando la caza furtiva mediante la medición de índices de estrés en individuos que la sufren, recopilando registros relacionados con su ritmo cardíaco, lo que permitiría actuaciones inmediatas. La tecnología, y en particular el IoT se presenta como el instrumento más eficaz para proteger la vida salvaje gravemente amenzada.

Por su parte, la monitorización de nuestro entorno natural, permite igualmente la preservación del medio ambiente. El IoT recopila datos sobre la calidad del agua, la polución, sustancias nocivas… detectando incluso niveles excesivos de éstas a consecuencia de fugas en entornos industriales facilitando rápidas intervenciones que minimicen su impacto ambiental. Asimismo, permiten detectar conatos de incendios y actuar a tiempo, con el impacto económico y medioambiental que ello tiene.