Que Internet es hoy en día un servicio de primera necesidad es un dato que prácticamente nadie puede negar. Estudios, trabajo y entretenimiento tienen en la red su punto de encuentro, también en el sector agrario. Sin embargo, que esta tecnología llegue a las zonas rurales a veces resulta complicado. Y justo de la idea de llevar Internet al campo nace Quantis, una empresa que se encargar de proveer este servicio a las zonas más rurales.
Por Carmen Sánchez. Periodista.
El recorrido de Quantis comienza en 2009 dedicándose al 100% en las telecomunicaciones vía satélite, que les permite llevar Internet a sitios aislados, zonas donde no llega la cobertura que ofrecen los otros tipos de telecomunicaciones como el ADSL o la Fibra Óptica.
De momento, en España, cuentan con 7.000 clientes que han contratado sus servicios en busca de unas telecomunicaciones de calidad, “un ancho de banda decente”, cuenta José Luis Gárate, director comercial de Quantis. De estos 7.000 clientes, el 90% pertenecen al sector agrario.
Actualmente, en España hay unas 500.000 personas desconectadas o con un acceso a Internet deficiente. Se trata de “los otros” de la sociedad digital, algunos de los cuales han pasado a formar parte de esa tribu denominada “neorrural”.
Sin embargo, el Neorruralismo no es algo nuevo. Se trata de un movimiento que empezó en los años 70 y que fomenta la migración desde áreas urbanas a zonas rurales. Por regla general, las personas que se adscriben a este movimiento tienen unos niveles de educación elevado y han desarrollado una actividad profesional destacada en núcleos urbanos, por lo que el contar con conexión Internet es para ellos un factor decisivo a la hora de volver al campo.
Una oportunidad para el relevo generacional
Todo esto implica una situación de desigualdad a la hora de acceder a las nuevas tecnologías y formas de comunicación y trabajo, y es una situación que se repite a lo largo de toda Europa. “La gran ventaja del satélite es que, una vez que está lanzado, en toda la zona de cobertura da la misma señal, estés donde estés. Es un servicio homogéneo que se da igual en Madrid que en los Monegros o en el monte más perdido de los Pirineos”, explica Gárate.
“España es un país donde la población está muy concentrada y hay zonas rurales donde el hecho de no disponer de Internet supone la desertización. Por ejemplo, hay documentos que la Administración pública pide que presentes vía Internet, como algunas subvenciones agrarias, y sin tener acceso al mismo no puedes desarrollar el negocio en el campo. Abocamos el campo español al abandono y es un problema gravísimo”, afirma el director comercial.
En la opinión de Gárate, sin este factor de Internet, la reinserción de jóvenes en el campo cada vez es más complicada. Para el relevo generacional, uno de los mayores problemas que existen actualmente en el sector agrario, “disponer de conexión decente influye tanto en que la gente que vive en las ciudades se desplace a zonas rurales como en que a los que están no se vayan”, reitera. Poniendo un ejemplo, un joven que hereda una explotación y quiere modernizarla, haciendo una página web para apoyar su servicio de distribución, un servidor donde tenga sus productos y pueda contactar directamente con sus clientes, necesita de un buen servicio de conexión. También en el ámbito de la mecanización y a la hora de automatizar procesos “machine to machine”, Internet es algo impepinable.
Instalación rápida y a un precio competitivo
Quantis tiene acuerdos con varios satélites, pero con el que prestan la mayoría de los servicios es Hispasat, además de Eutelsat, Intelsat, Arabst o Avanti. Actualmente cuentan con unos 300 instaladores en toda España y, a cambio de que el cliente se mantenga unos meses con el servicio de Quantis, se financia la instalación y el equipo.
“Tardamos una media de siete días en hacer la instalación. Colocamos la antena y luego se conecta un módem al que se le añade un router y el usuario ya puede navegar por Internet a una velocidad de 22 MG por segundo por unos 40 euros al mes”, explica José Luis.
La idea sobre la que se sostiene Quantis es que el servicio por satélite es mucho más estable que el terrestre al haber un único punto de servicio situado a más de 30.000 kilómetros que presta señal directa a todos los clientes. “No hay intermediación. Los problemas que se pueden dar son que se rompa el router o que con grandes ventiscas las antenas puedan desorientarse. Cuando hay un fallo grave con otras tecnologías, siempre es el satélite quien sirve de apoyo a las telecomunicaciones”, argumenta.
Miguel Hernández, un criador de caballos que optó por Quantis
Miguel Hernández se dedica desde hace catorce años a la cría y entrenamiento para competición de caballos de raid en el ámbito semi amateur en Miraflores de la Sierra (Madrid). Además de esta actividad, Hernández también es periodista.
“Por mi otra profesión”, argumenta, “tengo mucha actividad de trabajo en Latinoamérica y muchas veces las conexiones 3G y terrestres están saturadas. Es muy difícil tener una conexión de calidad y muy estable”. De esta manera, hace tres años comenzó a usar la solución satélite de Quantis.
Para el criador de caballos, contar con este servicio le facilita mucho el trabajo, ya que no tiene que abandonar su explotación para tener que ir a Madrid para realizar cualquier gestión. Asegura, además, que una vez que se ha llevado a cabo todo el proceso de instalación y sintonización, puede conectar a esta red el ordenador, el móvil e incluso cámaras de seguridad para mantener vigilada su explotación.
Miguel cuenta que antes de atreverse con la tecnología satélite optó por usar un amplificador de señal terrestre, pero sin buen resultado. Es por esto que decidió que el satélite era la mejor alternativa que tenía a los fallos que le daban otras compañías con distintos servicios. “En el ámbito rural, estar bien comunicado es fundamental y con este sistema, mientras puedas poner una antena, tendrás conexión”.
Para Hernández, el servicio que ofrece Quantis tiene “un precio razonable y es similar a cualquier servicio terrestre, así como el ancho de banda es muy parecido a cualquier ADSL convencional”. La única pega que pone a este sistema es un fallo que él mismo califica de “inmejorable”, y es que la conexión vía satélite tiene un pequeño retardo por cuestiones de la distancia entre el satélite y el receptor de la señal, aunque asegura que puede mantenerse una conversación por teléfono o vía Skype “perfectamente”.
Quantis, mucho más que Internet en el campo
Si bien es cierto que la mayoría de los clientes de esta compañía provienen de zonas rurales donde conseguir una conexión eficiente a la red es difícil, Quantis también ha diversificado su negocio hacia otros ámbitos.
Uno de los negocios que han abierto es el de la movilidad, creando una marca llamada OpenShip, que permite dar servicios de Internet a barcos. En concreto, en su caso, se centra en los grandes cruceros o yates donde la gente pasa varios días. “Ahora la gente no puede vivir sin Internet”, bromea José Luis Gárate.
En cuanto a la apertura de su terreno de actuación, el primer país al que han dado el salto es Marruecos, donde han comprado la empresa Nortis, su homóloga marroquí, y han instalado Internet en unas 4.600 escuelas en las zonas más remotas del país. “Para nosotros es un orgullo que miles de niños marroquís puedan tener acceso a Internet, que se acostumbren al medio y adquieran el conocimiento digital y otros que no podrían aprender de otra manera”, afirma Gárate.
A parte de este proyecto en Marruecos, cuentan con repercusión en otros doce países africanos, que van desde dar servicio a una mina española situada en Mauritania a ofrecer telecomunicaciones a las embajadas españolas en África.
Y es que, según Quantis, Internet ha pasado a ser uno de los principales factores a la hora de desarrollar cualquier actividad y sin la que el mundo rural podría estar en peligro de extinción.