La entidad Cajamar y la multinacional tecnológica IBM han puesto la inteligencia artificial al servicio de los agricultores españoles y la industria agroalimentaria con el lanzamiento hace un año de la plataforma Tierra. Esta tecnología se puso en marcha con el objetivo de impulsar la transformación del sector hacia la digitalización, y hacerlo más competitivo, rentable, sostenible y atractivo para una nueva generación de productores, técnicos y gestores. Diego J. Mañas, Emilia Navarro y Juan Antonio Ibáñez, agricultores almerienses, ya utilizan esta herramienta en sus invernaderos hortofrutícolas a modo de orientación en el riego.

Elena Martín Seseña. Redacción.

Almería ha pasado de ser una provincia pobre y de tener una agricultura de subsistencia a ser referente en la producción intensiva hortofrutícola y pionera en la aplicación de la agricultura de precisión, así lo ha explicado Roberto García Torrente, director de Desarrollo Sostenible de Cajamar, haciendo referencia a la apuesta por la transformación en el sector agroalimentario que lleva realizando la entidad desde que en 1966, se crease la primera oficina de Caja Rural en el territorio.

“En los orígenes de la entidad, nuestra primera labor era prestar capital para el desarrollo del sector. También teníamos la función de ayudar a los agricultores a comercializar su producción de forma competitiva a través de cooperativas. Pero siempre, hemos apostado por incorporar las mejores tecnologías o desarrollar las nuestras propias, como es el caso ahora de la plataforma Tierra (en la que hemos trabajado de la mano de IBM), para ofrecer a nuestros agricultores los mejores y más avanzados servicios, y hacer que sus producciones sean rentables a la vez que sostenibles con el medio ambiente”, ha explicado García.

“El mayor logro de plataforma Tierra es iniciar la transformación digital del sector agroalimentario, capacitando a los agricultores de servicios que les permita realizar su actividad de forma más eficiente y sostenible. Es el principio de la comunidad agro más importante que se haya hecho jamás”, ha apuntado Paula Ábalos, IBM Consulting.

Desde que en 1975 se construyera la primera Estación Experimental Cajamar bajo el nombre de “Las Palmerillas”, en El Ejido, el interés de la entidad ha sido transferir conocimientos al sector y hacer frente a los nuevos retos que se les presentan a los agricultores y a las empresas, como por ejemplo el déficit de agua que se está sufriendo a nivel nacional, y concretamente en la provincia de Almería.

En este sentido, uno de los objetivos principales del centro tecnológico ha sido introducir sistemas de riego que incrementasen la eficiencia en el uso del agua, como ocurre con el riego por goteo que han instalado en las parcelas experimentales.

Y es que, Las Palmerillas trabaja con la idea de adaptar los desarrollos tecnológicos más recientes a la realidad del campo para fomentar la generación de valor, incrementando la productividad mediante prácticas sostenibles y un uso eficiente de los recursos al alcance, e impulsar la cultura de la innovación y la cooperación entre los diferentes agentes de la cadena.

“El trabajo que hemos estado desarrollando durante los últimos 40 años, empezando por el centro experimental y siguiendo por los servicios de estudio e investigación y la formación proporcionada, lo hemos concentrado todo de manera virtual en la plataforma Tierra (lo que podemos llamar Las Palmerillas del XXI)”, ha destacado el director de Desarrollo Sostenible de Cajamar.

 

Las Palmerillas del XXI: una comunidad digital de conocimiento

“La plataforma Tierra es una herramienta que hemos desarrollado con el objetivo de crear la mayor comunidad digital de conocimiento del sector agroalimentario”, ha apuntado Alejandro Blaas, director de esta iniciativa, añadiendo que la plataforma tiene que servir para que los agentes del sector se interrelacionen: interactúen y participen y, sobre todo, para que puedan poner en común sus problemas y puedan ser asesorados por expertos en base a los datos obtenidos en los centros de experimentación hasta la fecha.

“Teníamos que ponernos en los zapatos de los agricultores para que plataforma Tierra contribuyera desde el minuto cero al sector agroalimentario, para intentar sacar todo el valor posible y sin que requiriera una inversión enorme”, ha destacado Mikel Díez, director de innovación de IBM España, Portugal, Grecia e Israel.

La plataforma Tierra ya tiene disponibles herramientas para el diseño de planes de riego y fertilización, con las que calcular el riego de forma dinámica y efectiva, incluyendo alertas y notificaciones; otra herramienta dedicada al control integrado de plagas; un asistente para el manejo de suelos; una calculadora de la huella de carbono de la explotación y un cuaderno de campo integral con funciones avanzadas.

Todas ellas funcionan con información meteorológica a nivel de finca en tiempo real, gracias a la tecnología IBM The Weather Company y su Environmental Intellegence Suite, a partir de la que se facilitan estimaciones de las necesidades hídricas de los cultivos, para un uso eficiente del agua, y la creación de planes de fertilización. Además, están disponibles de forma gratuita para todos los usuarios registrados de cualquier zona de España, ya que se ajustan a una gran variedad de cultivos.

En la actualidad, se han dado de alta 390 cultivos, de los que 175 son anuales, el 36% de los mismos son cultivos de invernadero, y otros 215 plurianuales, leñosos o frutales. De los cultivos anuales, el 45% ya ha completado su ciclo. Entre los más numerosos, se encuentran: el pimiento, tomate, lechuga y alcachofa; y entre los leñosos con más casos figuran: el naranjo, olivo, aguacate, mandarino, viñedo y albaricoque.

Entre los cultivos con planes de riego, el 96% utilizan sistemas de riego localizado de alta frecuencia (goteo) y el resto montan un sistema de riego por aspersión. En cuanto a los planes de fertilización, en el 51% de los casos se realizan análisis de aguas y en el 54% análisis de suelos. En el 50% de los casos se incorporan los restos de los cultivos precedentes, en el 36% de los planes de fertilización se emplean enmiendas orgánicas, y en un 7% se utilizan enmiendas calizas.

 

Ejes de trabajo de Tierra

La plataforma Tierra basa su actuación en tres ejes. El primero es la formación, donde se imparten cursos especializados, se celebran webinars, etc. El segundo es la toma de decisiones basadas en datos: “En la parte tecnológica necesitábamos tener un apoyo, por eso buscamos un compañero de viaje como IBM, que tiene una plataforma en la nube y nos facilita el desarrollo de todas esas iniciativas”, ha explicado el director de la plataforma.

En estos momentos cuentan ya con más de 250 fuentes que se compilan y están a disposición de cualquier agricultor de una forma gratuita, para que puedan acceder a más de 500 indicadores de más de 50 cultivos. Se pueden obtener de esta manera datos sobre precios, producción, existencias, exportaciones, comportamiento de clientes y competidores.

En el tercer eje se ejecutan los anteriores puntos con herramientas precisas, como los planes de riegos (previsión de riego basada en la meteorología) en los que trabajan también con IBM y planes de fertilización, en la que el equipo de los centros experimentales ha desarrollado unos algoritmos, unos modelos que permiten optimizar el uso de fertilizantes. También se está preparando un cuaderno de campo que permita hacer ciertos análisis, cierta gestión de cada explotación, siempre con la intención de que sean herramientas fáciles de utilizar.

En la plataforma Tierra se ha utilizado la última tecnología que existe, es nativa en la nube. Además, tiene la ventaja de que esa comunidad, además de ser una comunidad de personas lo es también de partners, según ha explicado Blaas, añadiendo que “ya se han hecho dos versiones de la plataforma enfocadas a mejorar la experiencia del usuario para que sea sencilla de utilizar para cualquiera. Creemos que tiene un rendimiento espectacular”.

 

Agricultores almerienses que utilizan Tierra

Diego J. Mañas, ingeniero técnico agrícola, es agricultor de la zona de Sorbas, cerca del desierto de Tabernas, Almería. Él tiene dos hectáreas de invernadero bajo malla en cultivo ecológico en el que produce sandía, tomate y calabacín. Son productos que necesitan de un riego diario y, sobre todo, preciso. Para saber qué cantidad exacta de agua aportar al cultivo utiliza la plataforma Tierra. “Manejar el riego diario es relativamente complicado y con esta tecnología tenemos un gran apoyo”, ha apuntado Mañas.

Una de las principales ventajas que destaca este agricultor es que gracias a la plataforma están informados de las últimas novedades. Además, los riesgos son menores para el agricultor al elegir una u otra variedad de producto, ya que primero se hacen las pruebas necesarias o diferentes ensayos en estos centros experimentales y, posteriormente, se publican los resultados en la plataforma para que el agricultor sepa si puede o no funcionar.

Emilia Navarro Castro, otra agricultura almeriense ha afirmado que lleva poco tiempo utilizando esta plataforma a modo orientativo con el riego, y le parece un gran proyecto sobre todo para los productores. Navarro es de la zona de La Mojonera y lleva 25 años dedicada a esta profesión a pesar de ser diplomada en Educación Física. En su faceta como agricultora, empezó cultivando pimiento California rojo, tomate pera, tomate rama, melón y sandía, pero ha acabado centrándose en el pimiento California rojo y el pimiento Palermo. En la actualidad tiene casi cuatro hectáreas cultivadas. Como otras innovaciones, ha introducido el triturado en verde y sensores que le indican cuándo tiene que regar, para no generar estrés hídrico a la planta.

“La plataforma Tierra puede aportar muchísimos beneficios, desde una orientación hasta una formación sólida, ya que te ofrece muchos cursos gratuitos. Con ella puedes ampliar conocimientos que, aunque de forma inmediata no puedas aplicar en tu explotación, puedes aprenderlos y estar al tanto de las novedades”, ha destacado Navarro añadiendo que “adaptando el mundo agrícola a lo digital (con la introducción de estas tecnologías como ejemplo), también se favorece el relevo generacional y se evita trabajo al agricultor”.

Por otro lado, agricultor desde que era pequeño junto a su familia, Juan Antonio Ibáñez tiene cinco hectáreas de invernadero en una finca ubicada en Vícar. Cultiva pimiento California y Palermo, con un sistema de riego adaptado y una herramienta que controla el fertirriego. Para tener una mayor información del cultivo que le permita actuar basándose en datos reales, utiliza la plataforma Tierra junto a unos sensores que le indican la temperatura ambiental, humedad, radiación y estado de humedad del suelo.

“El pimiento es un cultivo sensible a la asfixia radicular por lo que no se puede saturar el suelo de agua. También hay que aplicar con precisión la cantidad de fertilizante y controlar en todo momento el contenido de sales”, ha indicado Ibáñez, a quien  le parece una iniciativa muy útil porque, según ha destacado, “cuantos más parámetros manejemos, más fácil es la toma de decisiones para nosotros ya que al final esta etapa es fundamental para la rentabilidad y la sostenibilidad de nuestras producciones”.

 

El entorno digital en la agricultura

El 1 de enero 2023 se espera que entre en vigor el SIEX (Sistema de información de Explotaciones Agrícolas y Ganaderas y de Producción Agraria), que supondrá un impulso a la digitalización del sector agroalimentario, ya que las relaciones e intercambio de información ente los productores y la Administración se hará vía digital, descartando los sistemas manuales.

Por otro lado, en 2026 se espera que entre en vigor el Real Decreto por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios. Esta norma persigue conseguir un aporte sostenible de nutrientes en los suelos agrarios y obligará a que la fertilización sea prescrita por un asesor o bien se utilice un sistema de cálculo que estime el balance de nutrientes dentro de la explotación. La creación de los planes de fertilización dentro de Plataforma Tierra debe satisfacer esas exigencias en base al uso de los datos de cada explotación.