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Miel Muria, la apicultura ecológica del Delta del Ebro

Miel Muria, la apicultura ecológica del Delta del Ebro

Rafael Muria Martí es responsable de una pequeña cooperativa llamada SAT Apícola el Perelló, en Tarragona, dedicada exclusivamente a la miel y donde el 50% de la producción se exporta. Como apicultores profesionales, hacen trashumancia con las colmenas en busca de las mejores floraciones con el objetivo de conseguir la mejor calidad en su producto siendo respetuosos siempre con el medio ambiente. 

Elena Martín Seseña. Redacción.

España alcanzó durante 2021 las 3.049.065 colmenas operativas, dato que supuso un incremento superior al 6% respecto a 2018, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). De igual modo, a lo largo de este tiempo, las explotaciones apícolas han aumentado un 12% hasta las 35.300 censadas el año pasado. Dicho escenario ha permitido que el sector nacional de la miel genere un valor cercano a 62 millones de euros anuales (el 0,44% de la Producción Final Ganadera).

Además, cabe destacar que este sector impulsa el desarrollo de las zonas rurales en las que está presente y ayuda a crear puestos de trabajo que evitan la despoblación de las áreas desfavorecidas, ya que en su mayoría se compone por empresas familiares que se encargan de realizar la cría de reinas, extracción de la miel, comercialización, logística, etc. (Fuente: Asociación de Comerciantes y Envasadores de Miel (Asemiel-Animpa)).

Rafael Muria Martí, quinta generación de apicultores

Es el caso de Miel Muria y la cooperativa SAT Apícola el Perelló, ubicada en el Delta del Ebro (Tarragona), de la que Rafael Muria Martí es responsable. Este negocio familiar empezó en 1810 como un trabajo para subsistir y, a lo largo de los años, ha experimentado un gran desarrollo y crecimiento llegando a tener su miel como producto recomendado en los grandes almacenes Harrods, en Londres.

Miel Muria ya va por la sexta generación. A Rafael le acompaña su hijo Jordi Muria Franch, que mantienen también un puesto de responsabilidad dentro de la empresa. Su otro hijo, Rafel Muria Franch, es cocinero profesional con una estrella Michelin, gracias, entre otras cosas, a recetas elaboradas con Miel Muria, ya que su producto fetiche en la cocina es la miel.

“Nuestros antepasados tuvieron colmenas y desde entonces, cada generación al mando hemos intentado dar un impulso para seguir viviendo de ello y ofrecer la mejor calidad en nuestros productos”, ha destacado Rafael.

En la actualidad, con 2.000 colmenas tipo Dadant de abeja Negra Ibérica, Miel Muria produce entre 100.000 a 150.000 kilogramos de miel ecológica. Un 50% de esta producción la comercializa en el mercado nacional y el otro 50% lo destinan a la exportación, sobre todo, a países europeos como Francia, Inglaterra, Alemania y los Países Bajos. También han llegado a los países árabes ya que estos han acogido muy bien el producto en cuestión a la calidad-precio, según ha explicado Rafael.

En cuanto al sistema de producción o tipo de colmena, hay muchos, pero Miel Muria lleva más de 10 años utilizando la colmena Dadant. Esta una de las más modernas que existe, según ha destacado Rafael, ya que se trata de una colmena estándar de gran volumen, donde la abeja está libre y tranquila.

 

Trashumancia apícola por Cataluña, Aragón, Castellón, Soria y Burgos

“Como apicultores profesionales, hacemos trashumancia, es decir, seguimos la primavera infinita. Trasladamos nuestras colmenas en camiones siguiendo las floraciones que van surgiendo a lo largo del año y, todo ello, dependiendo de la lluvia que haya registrado el campo elegido”, ha explicado Rafael.

La primera flor que viene es la del almendro a últimos de enero, siguen con el romero hasta abril, después se trasladan al norte de Castellón en busca de la flor de naranjo, también se acercan a Teruel por el tomillo y a Soria por sus brezos. En verano, su objetivo son las mieles de montaña, sobre todo, del Pirineo Aragonés, aunque también hacen parada en una parte de Burgos. Terminan la ruta en la costa por septiembre – octubre para que las abejas pasen el invierno.

Los requisitos más importantes para detectar las mejores zonas en las que colocar las colmenas durante la trashumancia son la humedad en el campo sin que se produzcan heladas y que las plantas de la zona no estén secas. Esto cada vez es más complicado debido a los efectos del cambio climático.

Según Rafael, cada año florecen antes los cultivos, llueve menos y hay sequías importantes. Además, desde hace ocho años, Miel Muria lleva a cabo una apicultura ecológica, lo cual dificulta aún más el proceso, sobre todo, a la hora de combatir plagas como la de la Varroa, un ácaro que ocasiona una de las enfermedades más dañinas a la apicultura en la actualidad. Combatirla para ellos es más laborioso porque utilizan productos naturales como los ácidos orgánicos (fólico y oxálico), untados en tiras colgantes.

“Si para combatir la Varroa utilizásemos un producto químico, en una semana podríamos acabar con la enfermedad. Los tratamientos que nosotros hacemos son naturales, por lo que hay que hacerlos repetidas veces a lo largo de un mes. Esto es siempre más costoso”, ha explicado Rafael. Desde Miel Muria han afirmado que no les importa el alto coste de los tratamientos, si con ello contribuyen a cuidar de las abejas y del medio ambiente y, a la vez, consiguen una calidad diferenciada en el producto.

Los costes más importantes de esta apicultura, se encuentran en los traslados que hacen con las colmenas buscando de los mejores campos. “En una semana o diez días tenemos que ver que la abeja madre empiezan a poner huevos. Esto significa que el animal ha visto que el campo funciona y que es un lugar seguro para reproducirse y ampliar la población, preparar la colmena y elaborar la miel. Si no ocurre esto, hay que irse a otro sitio”, ha destacado Rafael.

“Hay que saber que llega un momento en la agricultura, en la ganadería o, en este caso concreto, en la apicultura, en el que los animales no nos van a dar más por intentar ser más rápidos o menos sostenibles”, ha apuntado Rafael.

 

Importancia de las abejas para la agricultura

“Una agricultura sin abejas no es posible y unas abejas sin agricultura tampoco”, ha afirmado Rafael, añadiendo que la misión más importante de estas es la de polinizar, no la de hacer miel. Esta última es un consumo propio de ellas (las abejas) que los apicultores le sacan cuando tienen un exceso.

“En Miel Muria, por cada gramo de miel que obtenemos, cuatro se quedan en el campo para que las abejas puedan seguir completando su cometido”, ha explicado Rafael añadiendo que hay que entender que la unión entre el agricultor y el apicultor tiene que ser única y perfecta, para que ambos puedan hacer un producto de máxima calidad, uno para la polinización de la abeja y el otro para obtener miel para subsistir.

“Los apicultores tienen una ventaja frente a los agricultores y es que, los primeros pueden mover sus colmenas si en el campo cae una helada o se da alguna otra inclemencia que perjudique el curso natural de la elaboración de miel a sus abejas. Los segundos no, y perderían la cosecha de ese momento”, ha apuntado Rafael.

 

Miel Muria en estado puro

En la extracción de la miel, Miel Muria utiliza la tecnología más avanzada en la apicultura respetando la tradición familiar. Mediante procesos mecánicos de última generación, extraen en frío la miel de los panales y la envasan conservando todas sus propiedades, prácticamente, directa de la colmena.

Además de estar a la última en herramientas para mejorar estos procesos y de tener unas instalaciones completamente sostenibles gracias a la energía obtenida por placas solares, en Miel Muria también mantienen una línea de investigación directa con la Universidad Rovira i Virgili​ (URV) de Tarragona.

“Es muy importante seguir investigando dentro de este sector”, ha destacado Rafael, explicando el último proyecto en el que estuvieron inmersos, que trataba de crear una línea de miel con otros productos buscando el nivel terapéutico que tenía cada mezcla: miel con ajo negro, con jengibre, con azafrán, con jalea real, con propóleos; y qué cantidades había que poner de cada ingrediente.

Por otro lado, en la actualidad, Miel Muria está trabajando con una empresa de Barcelona para encontrar la manera de reutilizar los recipientes de miel/envases. A nivel sostenibilidad este proyecto sería muy positivo, según ha explicado Rafael, pero de momento esto es solo un proyecto piloto. En su apuesta por el desarrollo del sector apícola a nivel nacional, Miel Muria creó hace 10 años un centro de interpretación de 400 metros cuadrados que ofrece formación y transferencia de conocimientos, mostrando cómo se elabora la miel desde principio a fin.