La siembra en seco de arroz gana terreno en el Delta del Ebro (Tarragona) como técnica innovadora para luchar contra el caracol manzana, la plaga que amenaza las cosechas. Dani Forcadell utiliza esta técnica en 25 hectáreas en Amposta, la mitad de la tierra que cultiva y, según afirma, otros agricultores llevan ya tres años implantando esta nueva manera de trabajar, común en otros países como EEUU o Italia.
Rosa Matas. Periodista
“Empezamos hace tres años. Cada año hemos sido mejorando mucho el rendimiento y el control de las malas hierbas, es una técnica nueva. Yo probé el año pasado, me fue un poco bien respecto a la convencional, algo menos de producción pero menos gastos, menos problemas y este año he hecho la mitad de la tierra”, explica Dani Forcadell, miembro de la comisión permanente de Unió de Pagesos.
Forcadel matiza que no todo el Delta del Ebro puede usar la técnica de siembra en seco y que es muy importante lo que hagan los vecinos. Además explica que en esta zona de minifundios, lo ideal es que las parcelas lindantes también se hagan con esta técnica o poder aislarse de los vecinos.
“Si el vecino empieza a inundar, la humedad llega a las parcelas y el arroz no germina sembrado en seco. En esas circunstancias, para sembrar en seco hay que avanzarse a la siembra del vecino unos quince días o vente días para que cuando las parcelas lindantes se inunden, ya haya salido la planta”, aclara.
También apunta que además del caracol manzana, los agricultores están comprobando otros beneficios, como la reducción de daños ocasionados por la fauna, y advierte que la técnica genera también inconvenientes.
“Con la siembra en seco, la producción es ligeramente inferior, aunque año tras año se acerca al volumen de la convencional, se gasta más en abono y requiere de una maquinaria distinta al cultivo con agua. Por otro lado, entre las ventajas, se puede gestionar mejor las malas hierbas y se gastan menos semillas”.
También está apostando por la siembra en seco Àngels Amenòs en Deltebre, un municipio de Cataluña, perteneciente a la provincia de Tarragona, en la comarca del Bajo Ebro.
“El motivo de haber sembrado en seco dos veces (una en 2017 y otra este año) es la aparición del caracol manzana en nuestras fincas. En 2017 sembramos una parcela de 1,66 hectáreas y ahora hemos hecho dos, una 5.33 ha y otra 5,73 ha”, explica Angels, añadiendo que el año que viene tienen pensado seguir sembrando en seco para evitar daños del caracol ya que este año ha funcionado muy bien.
La siembra en seco: una técnica muy específica
Mar Català, investigadora de la estación experimental del Ebro del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) de Amposta, asegura que esta técnica está implantada en muchos países, mientras en España el arroz se cultiva sobre lámina de agua en zonas poco aptas para otros cultivos, bien por niveles de salinidad, porque son humedales.
La investigadora sostiene que la plaga del caracol manzana ha devastado importante superficie de cultivo del arroz en el Delta del Ebro porque está activa mientras tenga agua, por lo que la siembra en seco es un intento de buscar soluciones agronómicas que puedan inactivar esta plaga. “En el momento en el que no se mantienen los campos inundados, al caracol no lo matas pero se inactiva con lo que se frenan los daños.”, precisa.
La siembra en seco se puede implantar en zonas específicas, en zonas con niveles de salinidad moderados, que tengan un drenaje bueno. No es una solución para toda la Delta del Ebro, porque tiene otras complicaciones.
La novedad es que pasan de hacer una implantación del cultivo sobre una lámina de agua a un cultivo similar de cualquier otro cereal. Se siembra en líneas con semilla enterrada en seco y lo ideal es en suelos que no tengan problemas de salinidad y que tengan un buen drenaje.
En España se está empezando a introducir concretamente en Extremadura. Los productores no tienen problemas de salinidad en sus fincas y eso les permite un enfoque de gestión de malas hierbas en la que pueden utilizar herbicidas distintos a los de la siembra convencional. El motivo de que se haya introducido en esta zona ha sido la gestión de las malas hierbas mientras que en el Delta del Ebro ha sido los daños del caracol manzana.
La investigadora del IRTA afirma que las zonas con mayor infestación con caracol manzana son zonas aptas para el cultivo de la siembra en seco. “En las zonas donde se encuentra elevadas poblaciones de caracoles son las más altas de la delta con lo que pueden hacer un buen drenaje del suelo y aparte no tienen tantos problemas de salinidad”, destaca Mar, añadiendo que se están realizando algunos proyectos de la puesta a punto de esta técnica.
Uno de los proyectos en los que ha colaborado el IRTA sobre este asunto se llama “Puesta a punto y adaptación de la siembra en seco del arroz en el Delta del Ebro”. Este está cofinanciado con los fondos FEADER de cooperación para la innovación a través del fomento de la creación de grupos operativos de la Asociación Europea para la Innovación (AEI) en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas.
Está coordinado por la Asociación de Productores Agrarios del Delta del Ebro (Prodelta) y en él han participación la Comunidad de Regantes – Sindicato Agrícola del Ebro, la Camara Arrocera Del Montsia, la Comunidad General De Regantes Del Canal De La Derecha Del Ebro y arroceros del Delta del Ebro SCCL Coop y, también, la Agrupación de Defensa Vegetal del arroz en el Delta del Ebro (ADV), Agrogalgo SL y EbreCultius SL, además del IRTA.
Marc Ibeas, director del proyecto y coordinador del grupo operativo, señala que las conclusiones de la investigación apuntan que la técnica, a diferencia de lo que ocurre en Extremadura, no se pueda aplicar de manera generalizada en toda la superficie de la Delta del Ebro.
“Esta técnica la utilizamos como una herramienta complementaria para adaptar el manejo del cultivo a la existencia del caracol manzana, ya que en el Delta del Ebro tenemos terrenos muy heterogéneos, fondos que están al nivel del mar y tierras muy salinas. En ausencia de agua es difícil perder la salinidad del terreno, por eso el agua la usamos para bajar la presión de la sal con una lámina de 20 centímetros cultivable”, explica el director del proyecto.
También apunta que la siembra en seco ha ido positiva para evitar daños de aves, ya sean protegidas o cinegéticas. “Con la siembra en seco evitamos que las aves acuáticas nos destrocen la siembra. Muchos agricultores en una parcela que no tienen caracol manzana están utilizando esta técnica para evitar los daños de fauna”, apunta Marc.