No es fácil producir hortalizas orientales durante los doce meses del año en la comarca almeriense del Almanzora, una de las zonas más áridas de España. Sin embargo, los regantes que conforman la Sat Los Guiraos han sabido superar las adversidades del clima y del paisaje con grandes dosis de creatividad y emprendimiento. Allí donde había un terreno desértico y yermo se levanta ahora uno de los invernaderos más modernos del sureste español, dentro de un innovador complejo productivo que se caracteriza por reunir en algo más de dos hectáreas los últimos avances en estructuras, control de clima, fertirrigación y manipulado. Además, estos invernaderos inteligentes encuentran la energía que necesitan en los propios recursos naturales que abundan en la zona. La luz solar y el viento mueven el corazón tecnológico de esta moderna finca, de modo que las energías eólica y fotovoltaica la hacen autosuficiente y evitan la dependencia de la red eléctrica.
Si el funcionamiento de este nuevo modelo de producción es interesante, no lo es menos el origen del proyecto. Hay que remontarse varias décadas atrás, cuando el plástico aún no se había inventado y la sequía condenaba a toda la comarca del Almanzora a una economía agrícola de subsistencia de la que parecía que era imposible escapar. La acuciante necesidad de agua generó un fuerte sentimiento de unión entre los principales agentes del sector agrícola de la zona, que defendieron sus intereses con una sola voz para emprender la ejecución del Trasvase Negratín-Almanzora. Los promotores privados de ese ambicioso proyecto crecieron en una tierra de esparto y legañas, y todos ellos estaban unidos por un poderoso inconformismo que les llevó a conseguir escribir blanco sobre negro. Algunos de los promotores del Trasvase ya se habían forjado un fuerte liderazgo en la comarca gracias a la puesta en marcha de importantes empresas de comercialización, como en el caso de Lorenzo Belmonte, verdadero impulsor del Grupo Primaflor, uno de los mayores productores españoles de lechuga y verdura de hoja.
Lorenzo Belmonte supo contagiar optimismo a muchos empresarios y agricultores de la zona, que no dudaron en apoyar el proyecto del Trasvase del Negratín, gracias al cual toda la comarca mantiene actualmente sus cotas de producción agrícola en una zona donde no llueve y donde los antiguos pozos, agotados unos y salinizados otros, ya no pueden considerarse una opción válida para regar.
Actualmente, la Sat Los Guiraos gestiona la distribución y venta del agua procedente del Negratín, por lo que tiene asegurados ingresos suficientes para cubrir los gastos de mantenimiento y personal. “Con ese colchón que nos supone la venta de agua, nos preguntamos qué podíamos hacer para beneficiar a los agricultores y, en especial, para dejar a los más jovenes un nuevo modelo agrícola que fuera moderno y rentable, y que les permitiera superar las dificultades por las que hemos atravesado todos nosotros”, explica Matías Gómez, presidente de Sat los Guiraos e impulsor de los invernaderos inteligentes.
Invernadero con bandejas móviles
En colaboración con Primaflor, que se convierte en el socio tecnológico, Sat Los Guiraos consigue poner en marcha el proyecto para la construcción de la nueva finca, bajo las premisas de conseguir una producción sostenida durante los doce meses del año, a un precio cerrado y con la máxima autosuficiencia energética. Los invernaderos inteligentes que han promovido los regantes de Sat Los Guiraos introducen un nuevo concepto en la producción.
Los datos técnicos son aplastantes, ya que el nuevo sistema permite cosechar cada 35 días y producir ininterrumpidamente durante los doce meses del año. Con un rendimiento de 25 kilos por metro cuadrado, estos invernaderos tienen una de las productividades más altas de la agricultura intensiva española, gracias a una densidad de 350.000 plantas por hectárea, que se traduce en una producción anual superior a los 3,5 millones de verduras de hoja, fundamentalmente lechugas tipo Baby leaf y Pak choi, dirigidas a satisfacer demandas emergentes y con grandes perspectivas de futuro.
A diferencia del resto de invernaderos, el nuevo sistema instalado en Los Guiraos, con una superficie superior a las dos hectáreas, se basa en bandejas móviles. Las plantas no permanecen estáticas en una ubicación predefinida y a la espera de que el productor llegue hasta ellas para recolectarlas, sino que se desplazan mediante unas guías que hacen posible que la planta recorra todo el invernadero durante su ciclo vital según la fase de crecimiento en la que se encuentre, hasta llegar al módulo de recolección justo a tiempo para ser cortadas y envasadas con destino al mercado. Tras la recolección, la cadena vuelve a empezar con la siembra automática de nuevos plantones. “Es un modelo completamente nuevo que no tiene nada que ver con lo que se hace habitualmente en el resto de Almería, por eso estamos convencidos de que nuestros invernaderos pueden ser el modelo a seguir en otras zonas productoras”, asegura Matías Gómez.
Hidropónico sin sustrato
Otro de los elementos fundamentales es el sistema de cultivo hidropónico New Growing System (NGS) sin sustrato, lo que garantiza un máximo aprovechamiento y control del agua, evitando en todo momento suministrar más líquido del que realmente necesita la planta. “El sistema de NGS cuatriplica la producción, en comparación a lo que se obtiene sembrando directamente en suelo, y además nos beneficiamos de un importante ahorro en agua y en fertilizantes, lo que contribuye a mejorar aún más la rentabilidad”, añade el presidente de Sat Los Guiraos, convencido de que cualquier esfuerzo por innovar en la agricultura tiene que estar avalado por una mejora de la rentabilidad y por un exhaustivo control de los costes de producción.
La producción sin sustrato del sistema patentado por NGS se complementa con un control de clima gestionado y monitorizado desde un ordenador central capaz de ofrecer las condiciones más confortables para el óptimo desarrollo de las plantas. Del ordenador depende el control de un sistema único de ventilación cenital, además de la gestión de la calefacción mediante un circuito de recirculación de agua, o los nebulizadores que contribuyen a refrescar el interior del invernadero durante la época más calurosa del año.
La receta perfecta
El balance del primer año no puede ser más positivo. Los comienzos han sido duros, ya que ha habido que ir haciendo ajustes sobre la marcha para conseguir integrar a la perfección todas las etapas del proceso, desde el consumo energético hasta el manejo de las bandejas móviles, pasando por acertar con las proporciones adecuadas de agua y nutrientes. Una vez conseguida la “receta” perfecta, los invernaderos inteligentes del Almanzora han pasado a convertirse en objeto de deseo. Recientemente, Primaflor ha aprobado la puesta en producción de cuatro hectáreas con este nuevo modelo de producción que no deja de recibir a diario visitas de productores interesados en ponerlo en marcha, tanto en España como en otros países.
Sin duda, uno de los secretos del éxito de estos invernaderos hay que buscarlo en el acuerdo de comercialización con Primaflor. Toda la producción se encuentra vendida de antemano a un precio cerrado durante un plazo de siete años, el tiempo que los regantes necesitan para amortizar la inversión realizada. El proyecto para la construcción de los invernaderos ha tenido un coste de 3 millones de euros, sin contar con los añadidos para hacer posible el abastecimiento con energías renovables, entre otros aspectos. De los 27 trabajadores fijos con que cuenta la Sat durante todo el año, diez se dedican a atender las necesidades diarias de la moderna finca, que requiere más contrataciones puntuales en determinadas épocas del año.
Setas y agroturismo
Aunque el modelo ya es rentable, los regantes no dejan de buscar métodos para hacerlo más eficaz. La introducción del cultivo de setas de forma simultánea con la producción de lechuga y Pak choi ya ha comenzado a ensayarse. Las setas crecerán en unas bolsas de sustrato colocadas sobre el suelo del invernadero y debajo del sistema de bandejas móviles, aprovechando el hueco disponible. En penumbra, las setas alcanzarán su tamaño comercial mientras por encima de ellas las bandejas de lechuga siguen realizando impertérritas su recorrido mensual por el moderno invernadero, completando su ciclo vital desde plantón hasta alcanzar el calibre comercial.
También se están dando ya los primeros pasos para convertir los invernaderos inteligentes en un destino de agroturismo. Los regantes quieren difundir el modelo de producción que han conseguido poner a punto, y para ello ofrecerán visitas organizadas a grupos con un eminente objetivo didáctico. Las visitas a la finca, que estarán orientadas especialmente a centros educativos y a productores de otras regiones, se completarán con la posibilidad de degustar y comprar productos agroalimentarios tradicionales de la comarca del Almanzora. “Tenemos bodegas, almazaras y verdaderas delicias que queremos dar a conocer, para contribuir al mismo tiempo a la difusión de los productos autóctonos y dinamizar el comercio local”, concluye Matías Gómez.