En los últimos años la demanda de kiwi en la Península Ibérica ha crecido exponencialmente. Joaquín Rey ha puesto en marcha un proyecto de producción y comercialización de nuevas variedades de kiwi con sabores más dulces y que requieren menos horas de frío en su producción: Rossy Red y Sunxy Gold. Su objetivo es ofrecer un producto más competitivo, con alta rentabilidad y que satisfaga al consumidor.
Elena Martín Seseña. Redacción.
Fruit Growing Quality, empresa familiar fundada en 1918, está dedicada a la producción y comercialización de kiwi en España y Portugal. Su director, Joaquín Rey, es presidente de la Asociación 5 al Día y del Comité de Frutas y Hortalizas de Aecoc, además, de miembro del comité organizador de FruitAttraction. Por otro lado, su experiencia le avala,perteneciendo a la cuarta generación de agricultores y empresarios dedicados al sector hortofrutícola.
Hace tres años, con el impulso de su larga trayectoria profesional, entre la que consta haber sido socio fundador y director comercial y de operaciones del Grupo ARC Eurobanan, y los cambios sociales que se han producido, Joaquín pone en marcha en España y Portugal un proyecto a diez años de 1.500 hectáreas para producir y comercializar nuevas variedades de kiwi, con el objetivo no solo de evolucionar de manera propia sino de compartir con otros productores asociados la experiencia de dar valor y ver crecer al sector hortofrutícola.
“Este año ya hemos concedido licencias a productores asociados para la plantación de 52 hectáreas y el año próximo se estima ampliar a 150 hectáreas. El objetivo a corto plazo es crecer de manera sostenible en el tiempo en el que está estimada la consecución del proyecto”, explica el director de FGQ.
Para ello, aparte de que su empresa es licenciataria de dos variedades de kiwi amarillo (Sunxy Gold) y una de rojo (Rossy Red) para España y Portugal, busca productores asociados que quieran desarrollar las variedades en formato club. Al formar parte de este consorcio internacional se tendrá derecho a reproducir la variedad como ya se está haciendo en otros países entre los que se encuentran Sudáfrica, Chile, Argentina, Perú y México (hemisferio sur) y España, Portugal, Francia e Italia (hemisferio norte). Exactamente, este club trata de controlar el volumen de producción y apostar por una sola marca de kiwis, ofreciendo siempre al agricultor asociado un elevado retorno de mercado.
“Si el mercado está tenso proporcionamos más licencias, sin embargo, si está maduro y hay suficiente producto para abastecer a los consumidores llegando a un equilibrio entre la oferta y la demanda que genere una rentabilidad adecuada a nuestros asociados, paramos de concederlas”, explica Joaquín, añadiendo que el cliente demanda que se controle la calidad en el origen y, para ello, no hay mejor control que tener una producción propia.
Nuevas variedades
Estas nuevas variedades resultan muy atractivas para los productores a nivel general por su menor necesidad de horas de frío invernal en el momento de brotación (unas 400 h/f frente a las 800h/f de los verdes) y, también, por su alta productividad (de 25.000 a 50.000 kg/ha) dependiendo del color, ubicación y manejo del cultivo.
A nivel de I+D+i, la tendencia es ir hacia variedades que garanticen más vida útil del producto. “El kiwi verde es una fruta muy difícil de encontrar en el mercado en su punto óptimo de consumo, ya que tiene solo una semana de vida útil. En el caso de las nuevas variedades, tienen una supervivencia más lineal y homogénea”, destaca el experto.
Los kiwis amarillos siempre están en su punto óptimo. Provienen de mutaciones genéticas de variedades autóctonas y salvajes procedentes de China y, son más resistentes al ataque de PSA.
“Con los amarillos satisfacemos a un consumidor más hedonista, es decir, más exigente en sabor y en durabilidad del producto en el punto de venta y, sobre todo, en el lugar de consumo. Además, es capaz de mantenerse en el lineal a pesar de su precio tanto en invierno como en verano, ya que una variedades de ciclo más corto y la otra más largo llegando hasta junio”, destaca Joaquín añadiendo que esta variedad es más homogénea en sabor y no tiene las vellosidades características del kiwi verde.
En el caso de los kiwis rojos, que no estarán en el mercado hasta 2021, tienen entre tres y cuatro meses de vida útil y las demás características son parecidas a las de los kiwis amarillos, de hecho, son selecciones chinas procedentes de estos, y presentan la peculiaridad de ser rojos o rosados. Esta tonalidad interna es debida a que provienen de la familia de los berries o frutos rojos.
Manejo de las plantaciones en campo y condiciones de cultivo
El cultivo de kiwi es un cultivo profesional que requiere que el suelo sea rico en materia orgánica. No se trata de un árbol sino de una planta trepadora, la cual tiene cuatro etapas de trabajo importante: poda de invierno, de verano, el aclareo y la cosecha.
“Nuestro sistema de cultivo ecológico se basa en aporte de materia orgánica procedente de abono de gallina en libertad -ecológica- y los tratamientos ecológicos que necesite la planta en cada momento”, destaca Joaquín añadiendo que toda la fruta que producen se elabora de manera sostenible.
En este caso, ya que es un cultivo sensible al viento y a la falta de humedad, las plantaciones de FGQ se desarrollan en invernaderos con malla anti-viento y con un sistema de riego por microaspersión.
Las zonas apropiadas para cultivar kiwi verde serían las que tienen un clima atlántico -con humedad relativa alta y un clima suave- como Galicia y Asturias, pero dadas las tecnificaciones que están llevándose a cabo en todos los cultivos, y en este concretamente, y a la tendencia por la producción de nuevas variedades, es fácil descentralizar la producción de estas zonas a otras con clima mediterráneo (o más templado).
Hasta ahora las producciones asociadas que forman parte del proyecto están en Valencia, Murcia, Sevilla, Huelva, Badajoz, Galicia, Asturias, Lérida y en la zona centro de Portugal, en concreto en Coimbra.
“Si adapto mi invernadero ubicado en una zona mediterránea a las condiciones que necesita el cultivo, consigo que la planta no se estrese y, probablemente, estoy obteniendo mejores rendimientos en una zona más templada que en una fría, ya que el crecimiento vegetativo es mucho mayor” apunta Joaquín, destacando que además estas zonas suelen tener menos escasez de recursos hídricos, por lo que la adaptación a un elevado grado de humedad no es un problema.
No existen muchas diferencias entre el manejo en campo del kiwi verde y las nuevas variedades de amarillo y rojo, pero si por ejemplo el crecimiento vegetativo del kiwi verde es mucho más lento que el de un amarillo o el de un rojo.
La planta de estos kiwis (amarillos y rojos) destaca porque tiene mucha más floración (hasta 4.000 flores) que el verde (hasta 1.200 flores), lo que se traduce en que hay que seleccionar mejor los frutos que quedarán quedar en la planta para tener el calibre adecuado (aclareo más preciso). También, estas nuevas variedades son mucho más sensibles a la acción del viento.
Otra ventaja del amarillo y rojo frente al verde es que sus ramas son más flexibles y en momentos de viento la planta sufre menos daños. Sin embargo, como desventaja de los primeros, su piel sin pelo hace que los daños en fruto por roce se conviertan con mayor probabilidad en fruta de segunda categoría, lo que hace imprescindible la instalación de mallas anti-viento, las cuales evitan además la deshidratación que se produce en este cultivo con vientos superiores a 40 km/h.