Miguel Ángel Velasco, ganadero y director ejecutivo de Cumbres del Guadarrama, ha participado en un proyecto digital innovador (Cattlechain) que le ha permitido remodelar su modelo de negocio. Hace 12 años que se dedica a criar bueyes con el objetivo de recuperar la tradición familiar y siempre ha apostado por las nuevas herramientas digitales. En la actualidad, utiliza una tecnología pionera de monitorización por GPS, que aparte ofrecer datos al ganadero sobre la localización de los animales, garantiza la calidad de la carne al consumidor.
Elena Martín Seseña. Redacción
La finca La Majada está ubicada en Pinilla de Buitrago (Madrid), en el valle del Río Lozoya situado en la Sierra Norte de Madrid, a 1.100 metros de altitud, un entorno privilegiado para la crianza natural y el bienestar de los animales en pleno Parque Nacional del Guadarrama.
Estos bueyes permanecen toda su vida en el campo por lo que se alimentan con pastos de la zona. Durante los fríos inviernos se refugian bajo árboles centenarios en el valle donde se encuentran las fincas pequeñas. En primavera y verano el ganado está en la montaña a 2.100 metros de altitud, y durante este tiempo las vacas amamantan a sus terneros, aprovechando las cualidades de la hierba.
Cumbres del Guadarrama se caracteriza por tener 60 cabezas de vacuno mayor. Entre las razas con las que cuentan destaca la Bazadaise, de origen francés y en peligro de extinción. Esta se distingue por tener una buena conformación y finura, según el Instituto de Producción y Genética de Francia. Además, posee muy buenas capacidades de adaptación a todos los tipos de suelos y, particularmente, a los territorios montañosos. Esta antigua raza se extendió progresivamente desde Bazas, en Gironde (región de Bordeaux, Francia) hasta el macizo Pirenaico. En cuanto a las cualidades carniceras, el sabor de la carne es reconocido como más intenso de lo habitual.
“Lo que buscaba con esta raza era diferenciación y, a la vez, que se adaptase a las condiciones climáticas de la Sierra de Madrid”, afirma Miguel Ángel. Esta zona se caracteriza por tener inviernos muy duros con temperaturas entre los 6º y 7º bajo cero, y veranos muy cálidos con temperaturas que pueden llegar a los 40º, lo que provoca que el pasto sea muy limitado. “Cuando incorporo animales de Bazadaise lo hago con la intención de que puedan cumplir las condiciones de ser una raza rústica”, apunta Miguel Ángel.
Es la tercera generación de ganaderos en su familia. En esta explotación sus padres y abuelos desarrollaron su negocio desde hace más de 100 años, por lo que él ha podido aprender desde pequeño las labores del campo. Hace 12 años trabajaba en una multinacional y tenía una empresa propia de seguridad en Madrid, pero su deseo era volver al campo con los animales.
“La ganadería que teníamos era cada vez menos competitiva y, prácticamente, la cabaña de vacuno que mantenía mi familia estaba a punto de desaparecer. Finalmente, decidí encargarme de ella pero con la intención de hacer algo distinto, decantándome por la cría de bueyes de la raza Bazadaise y por ofrecer productos con un sabor especial.”, afirma Miguel Ángel.
Soluciones tecnológicas para ganaderos decididos
Aprovechando esta diferenciación y ante la problemática del factor tiempo por vivir a caballo entre la ciudad y el pueblo, Miguel descubre hace seis años en Salamaq, un certamen nacional de ganadería, a Digitanimal, una empresa española especializada en dispositivos de localización y monitorización para la ganadería extensiva.
Digitanimal le propone una solución para tener controlado a su ganado en todo momento y aprovechar el tiempo que Miguel Ángel dedica a sus animales. Y es que, en invierno los animales pastan en pequeñas fincas y es más fácil controlar dónde y en qué estado están, pero en verano, que permanecen en los pastos comunitarios donde tienen entre 1.500 y 2.000 hectáreas para moverse, es más difícil, comenta Miguel Ángel.
“Esta solución me abrió horizontes. Es una gran ventaja tener geolocalizados a estos animales y saber si están bien o tienen alguna necesidad ya que son bueyes con una edad madura. A partir de aquí he incorporado cada novedad que me han planteado, como por ejemplo una báscula inteligente, que permite ver la evolución del peso de los bueyes, o la tecnología de trazabilidad y Blockchain en mis productos, porque es fundamental que la explotación sea rentable y que el producto llegue al consumidor con total transparencia”, afirma Miguel Ángel.
Gracias a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, Cumbres del Guadarrama dispone de un control absoluto no solo de la localización de su ganado sino de su estado de salud y bienestar animal desde el nacimiento hasta la mesa, garantizando una trazabilidad efectiva durante todo el proceso, a la que el consumidor puede acceder mediante un código de barras bidimensional o QR en el envase.
De la granja a la mesa
Y es que la ganadería, al igual que otros sectores, está en constante evolución con el objetivo de adaptarse a los nuevos retos del mercado y, sobre todo, por encontrar la diferenciación de sus productos. Cumbres del Guadarrama comercializa sus productos en restaurantes, a clientes mayoristas especializados en esta carne y, a partir de octubre, han incluido también el servicio de venta directa a través de su web.
“La venta directa puede ser una salida muy positiva para el pequeño ganadero. En nuestro caso, utilizamos la tecnología de trazabilidad y Blockchain de Digitanimal para garantizar la calidad de nuestra carne de forma online y, hasta ahora, estamos obteniendo resultados muy positivos”, afirma Miguel Ángel.
Este sistema no solo se basa en informar al ganadero dónde está cada animal y cómo se encuentra sino que, también, proporciona datos de la crianza del animal al consumidor. Todo ello sin ninguna manipulación porque, según explica Rubén Blanco, ingeniero industrial, ganadero y director comercial de Digitanimal, “la trazabilidad no la proporcionan los ganaderos, sino los sensores que se encuentran en los dispositivos de cada animal”.
Digitanimal ha desarrollado una página web específica para que Cumbres de Guadarrama pueda gestionar su negocio online de manera eficaz, sencilla y transparente, donde se aloja toda esta información. “La idea es que el consumidor pueda leer el código QR con su teléfono móvil y automáticamente se abra toda la trazabilidad del animal al que corresponde esa pieza de carne” afirma Roberto Guzmán, ingeniero informático en Digitanimal.
Esta empresa madrileña ha puesto en marcha este proyecto ya en 40 ganaderías de toda Europa. Una de ellas y la primera en ofrecer el producto al consumidor es Cumbres de Guadarrama.
La tecnología de trazabilidad y Blockchain no solo favorece la transparencia hacia el consumidor sino que va a permitir que dentro de la cadena alimentaria se vigilen unos a otros comprobando que los datos introducidos son fiables y no han sido manipulados.
Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto Cattlechain, financiado por la Comisión Europea. Está destinado a mejorar el proceso de producción y a garantizar la trazabilidad total y el bienestar animal en la venta y consumo de productos lácteos y cárnicos, gracias a la ayuda de Iot (Internet de las cosas), la inteligencia artificial y el Blockchain. El proyecto apuesta por suprimir la brecha digital entre consumidores y ganaderos, compartiendo entre ambos todo el proceso de producción desde la granja a la mesa.