Desde su creación en abril de 1994, Viveros Citroplant ha recorrido una intensa trayectoria marcada por la innovación hasta llegar al modelo integral de negocio que es hoy, combinando la actividad del vivero con la producción propia y la comercialización. No podía ser de otro modo, porque la innovación refleja el carácter inquieto de Diego González, Juan Correas y Luis García, los tres socios que aunaron esfuerzos para poner en marcha en la comarca almeriense de Pulpí uno de los primeros viveros de España especializado en la producción de plantones de cítricos de gran calidad.

Por Armando García. Periodista.

A estos tres emprendedores el sector de los cítricos no les resultaba para nada desconocido. Entre los tres, acumulaban ya años de experiencia en la agricultura en general y en los cítricos en particular en una comarca limítrofe con Murcia donde el cultivo de grandes extensiones de cítricos se impuso en los años cincuenta del pasado siglo tras la realización de los primeros sondeos a gran profundidad y la construcción de los primeros poblados de colonización.

Luis García, uno de los socios fundadores de Citroplant.

La pasión de Diego, Juan y Luis por innovar y por hacer las cosas cada vez mejor les llevó a ser pioneros nada más arrancar con la aventura empresarial de Citroplant. Aunque producían planta por el sistema tradicional y maceta, desde el principio desarrollaron su propio método de cultivo en hidropónico. “La planta se beneficia claramente porque desarrolla un mayor volumen de raíces de absorción, siendo éstas mucho más fuertes y no pierde micorrizas como ocurre en el cultivo en suelo repetitivo”, explica Luis García, quien destaca que una de las bondades principales de su sistema en hidropónico es que “puedes trasplantar en cualquier época del año porque sirves la planta con su sustrato y con su raíz”.

A esto hay que añadir importantes ventajas sanitarias, ya que el abundante drenaje y el material inerte que se utiliza como sustrato contribuyen a eliminar en el vivero el riesgo de enfermedades. Fueron y siguen siendo pioneros con su método hidropónico. La idea se ha comenzado a implantar en otros países como Estados Unidos y hay un par de viveros en España que también la han copiado, a pesar de que esta técnica permite una densidad máxima de solo siete plantas por metro.

Por su volumen de producción, con más de 400.000 plantas al año, Citroplant ya nació como uno de los mayores viveros de cítricos de España. Actualmente, producen unas 700.000 plantas al año (más otras 700.000 plantas en crianza) y se han convertido en el tercer vivero español más importante. La crisis que hace unos años vivió el sector de los cítricos en este país hizo que dejaran de plantarse nuevas hectáreas y que el negocio del vivero se centrara, sobre todo, en la reconversión varietal.

Mandarinas Nadorcott, una variedad originaria de Marruecos.

En 2003, la planta sobrante a consecuencia de esa crisis, se convirtió en una buena excusa para iniciar la segunda fase de expansión de la empresa, comenzando con la producción propia. Fue así como Citroplant diversificó su actividad inicial de vivero con la puesta en cultivo de fincas propias concentradas en las zonas de Almería y Murcia. “Actualmente, las fincas son más rentables que el vivero”, asegura Luis García, gerente de Citroplant. En total, 1.100 hectáreas en las que se cosechan todo tipo de cítricos durante todo el año, gracias a la cuidada selección de variedades, dentro de la SAT Montecitrus, creada para la producción y comercialización de cítricos. La SAT está integrada por cinco empresas, entre ellas Citroplant.

El éxito de Citroplant en la producción vino determinado por la adhesión de la empresa a la Agrupación de Viveristas de Agrios (AVASA), que les permitió viajar por todo el mundo y tener información de primera mano sobre variedades interesantes y muy competitivas, hasta entonces desconocidas en España. Fueron los primeros en producir determinadas variedades que, gracias a Citroplant, sirvieron de inspiración a muchos otros operadores del sector español de cítricos, especialmente en el sureste español.

Fue el caso de las variedades australianas sin las que hoy sería imposible planificar la campaña tardía de naranja. Actualmente, el modelo de producción liderado por Citroplant ha saltado a la fase de comercialización propia gracias a la constitución de SAT Montecitrus, una ambiciosa iniciativa que aplica sus propios protocolos de manejo agronómico y de calidad a toda la superficie y que cumple con los certificados internacionales de calidad más exigentes del mercado.

Plantones de limonero en el vivero de Citroplant.

Desde el almacén de Montecitrus, situado en la pedanía lorquina de Almendricos, se comercializa todo el año una oferta muy diversa. Con la canícula del mes de agosto, la empresa envía al mercado mandarina satsuma Iwasaki japonesa. En octubre, comienzan los envíos de mandarina clemenrubi y oronules española y de naranja navel Fukumoto, que se comercializa hasta noviembre-diciembre. La mandarina Nova (híbrido) es la protagonista de los meses de diciembre y enero, mientras que en febrero arranca fuerte la comercialización de la mandarina Nadorcott, una de las variedades preferidas para la exportación por su larga vida útil, terminando en lo que respecta a mandarinas con la Murcott en el mes de mayo. Durante el invierno, las variedades australianas de naranja Lane Late, Navel Powell, Navel Chislett de febrero a mayo, y entre los meses de mayo, junio y julio, las variedades de origen sudafricano, tipo Valencia Midknight. También se comercializan limones entre septiembre y abril y pomelos de octubre a junio.

Innovar como herramienta competitiva

En su apuesta por la innovación continua, Citroplant es el germen de un nuevo y vanguardista proyecto denominado Citrusgen. Se trata de un consorcio de investigación formado por once empresas de Almería, Murcia y Alicante, que han unido fuerzas para emprender juntas proyectos de I+D para la mejora genética de cítricos.

Plantones en hilera en el vivero de Citroplant.

Juntos, desde Citrusgen abordan potentes iniciativas en colaboración con instituciones públicas como el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA),  en otros proyectos conjuntamente con AVASA, con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), y recientemente con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) de Andalucía, en un proyecto que abarca la experimentación de nuevos patrones en combinación de variedades además de diversos métodos de manejo de riego y cultivo.

El consorcio de investigación Citrusgen ya tiene un campo de evaluación en el que se examinan miles de plantas con el objetivo de encontrar nuevas variedades que aporten valor añadido al sector español de cítricos. “Tenemos preferencia por atributos relacionados con el sabor, color  o con fechas de recolección que nos permitan estar en el mercado cuando menos competencia hay”, añade Luis García.

Huecos de mercado

A la hora de buscar posicionarse, Citroplant ha detectado varios huecos de mercado y oportunidades de negocio en los que han puesto todo el interés. El limón es uno de sus objetivos comerciales, ya que su consumo mundial crece cada año un 4%, a pesar de que hay muy pocas zonas de producción. Existe un gran mercado potencial y el consumo se dispara especialmente en el continente asiático. “Actualmente, hay una ventana entre marzo y junio sin limón español, que es cuando se importa desde Argentina. Ya estamos trabajando con cruzamientos para localizar la variedad idónea que nos permita llegar al mercado en ese hueco”, asegura Luis García.

La lima es otro objetivo estratégico. El comercio mundial de lima es complicado, ya que tiene el factor limitante de que la comercialización se realiza con fruta con color verde y por tanto el periodo de recolección es corto, en torno a un mes, máximo dos, comenzando a desverdizar hasta llegar al color amarillo, depreciándose considerablemente su valor. Por eso, en Citrusgen están empeñados en encontrar una variedad de lima que no vire a amarillo. Si lo consiguen, será una novedad mundial, como otras muchas que en los próximos años puedan desarrollar gracias a la capacidad de Citrusgen para evaluar 20.000 plantas al año.

Crianza de limonero en el vivero de Citroplant.

Entre las tendencias de futuro también hay hueco, por supuesto, para los cítricos ecológicos. Citroplant está potenciando, en colaboración con varias empresas, el cultivo ecológico de cítricos. Para ello, adoptan progresivamente los métodos de control biológico de plagas mediante el uso de enemigos naturales y de trampas de feromonas, con el interés de que los frutos no entren en contacto con agroquímicos.

Precisamente, los problemas de sanidad vegetal que afectan a los cítricos de todo el mundo han sido la principal fuente de inspiración en el diseño del nuevo vivero que Citroplant inaugurará en los próximos meses en la provincia de Almería, buscando la protección y control total ante las amenazas de nuevas plagas y enfermedades que hay en el mundo y que pueden acabar con la citricultura.

Como ejemplo, hay que tener muy en cuenta lo sucedido en Florida, donde el 80% de los cítricos están afectados por el greening, lo que se ha traducido en una pérdida del 50% de la producción en los últimos diez años. Esto puede ocurrir en España, se deben aunar esfuerzos en el control en la importación de material vegetal y frutas de países terceros con enfermedades que no tengamos aquí mediante la colaboración estrecha de las distintas administraciones y el sector privado.

“En este sentido, los viveros de cítricos autorizados debemos de prepararnos con nuevas medidas de prevención y control y estamos obligados a realizar unas instalaciones estancas, tal como lo están haciendo ya en Brasil o Florida, para seguir siendo los primeros en preservar un sanidad vegetal que hasta ahora es sin duda una realidad en España”, explica Luis García.

Por este motivo, Citroplant, S.L  invertirá 7 millones de euros, la mitad de la facturación anual del grupo, en la construcción de invernaderos multitúnel de alta tecnología con medidas especiales de aislamiento para evitar la entrada de las plagas y enfermedades. En el interior de los invernaderos, las tareas estarán automatizadas y las plantas se desplazarán en bandejas móviles hasta la zona de manipulación donde aguardarán los trabajadores. “Estamos en el proceso de pruebas del nuevo sistema de bandejas que vamos a patentar, sustituyendo las macetas de plástico de toda la vida por un papel biodegradable con sustrato de fibra de coco”, concluye Luis García.

Cómo hacer frente al estrés hídrico y optimizar al máximo el uso del agua también son prioridades en la agenda de investigación de Citroplant, una empresa sensibilizada al máximo con la necesidad de aumentar la eficiencia en el consumo de agua de riego. Su interés por ahorrar agua lo han demostrado desde hace años, recogiendo el agua que consume su sistema hidropónico y volviendo a aprovecharla, o con la colocación de sondas de capacitancia para monitorear la humedad del suelo y averiguar la profundidad justa hasta donde tiene que llegar el riego, reduciendo un 20% el consumo sin sacrificar los estándares de calidad ni de producción.