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Agricón, siembra directa con la tecnología más puntera

Agricón, siembra directa con la tecnología más puntera

Fernando y Javier García Duque tomaron el relevo a su padre de la explotación de 230 hectáreas que éste cultivaba en las inmediaciones de Barruelo del Valle, una localidad de Valladolid. Juntos llevan la empresa Agricón, especializada en servicios agrícolas en siembra directa, tratamientos fitosanitarios y recolección, así como servicios de asesoramiento personalizado.

“Ahora mismo nos estamos centrando en la expansión de servicios agrícolas e intentamos sacar el máximo rendimiento a la explotación”, cuenta Fernando. Sin embargo, estos hermanos no se dedican en exclusiva a esta actividad. Javier es informático y Fernando agrónomo, aunque trabaja en el sector de la educación.

Carmen Sánchez

Su filosofía de empresa pasa por la siembra directa buscando “no sólo reducir costes sino aumentar rendimientos”, explica el agrónomo. Con ello, tienen muy presente la idea de mantener el suelo vivo encontrando sinergias con los productos químicos. “No desarrollamos una agricultura ecológica pero sí una producción integrada”, matiza.

El terreno que cultivan está compuesto por parcelas de un tamaño pequeño-medio que aglutinan 230 hectáreas, situadas en los Páramos de Torozos. “Es un suelo ligero, con un pH bastante alcalino, entre 8,4 y 8,5, y de calidad media”, explica Fernando. Además, la pluviometría en la zona es relativamente baja, con unas precipitaciones que rondan los 420 mm.

En Agricón cultivan trigo, centeno

En Agricón cultivan trigo, centeno, cebada, leguminosas y colza.

En estas parcelas cultivan cereales de invierno (centeno híbrido, trigo duro, trigo blando y cebada), leguminosas (principalmente guisantes, aunque en otras campañas han sembrado garbanzos o lentejas) y colza. Las producciones medias de cereal se sitúan en torno a los 3.300 o 3.500 kilos por hectárea, mientras que las de leguminosas son muy variables y el rendimiento medio puede oscilar de los 500 a los 3.500 kilos por hectárea.

En especial, el centeno híbrido que siembran “se comporta muy bien”, dice Fernando. “Tiene un potencial tan alto o más que el trigo o la cebada. El problema es que el agricultor deja el centeno, no sé si erróneamente, para terrenos marginales, ya que tiene un sistema radicular más resistente, y aprovecha para hacer barbecho y centeno en estas tierras”.

En cuanto a la colza, en Agricón suelen cosechar unos 2.000 kg/ha, “aunque somos tan nuevos en este cultivo que casi no tenemos históricos, pero creemos en su rentabilidad y estamos apostando por él”, cuentan. Las principales variedades que cultivan son en trigo blando, Andalou, y en trigo duro, Olivadour. En colza, usan tres variedades de Euralis: Hydromel, Imperio y Aquarel. En cuanto al centeno híbrido, usan la variedad Allawi de Cecosa.

Densidad de siembra: semillas por metro cuadrado

En Agricón, esta temporada han empezado a cuantificar la densidad de siembra basada en el número de semillas por metro cuadrado.”Creemos que es una de las cosas que se impondrá, que se acabará sembrando por número de semillas por metro cuadrado y no por kg/ha”, argumenta Fernando. De esta manera, la densidad de siembra en cereal es de 450 semillas por metro cuadrado, mientras que en colza plantan unas 75 semillas por metro cuadrado.

Estas semillas se siembran en un sistema de siembra directa que hace que la materia orgánica del suelo se sitúe entre 1,5 y 1,8%. “Los análisis de este año todavía no han llegado, pero confiamos en haber aumentado un poco el nivel de materia orgánica gracias a la siembra directa”.

Fernando y Javier llevan a cabo un sistema de siembra directa.

Fernando y Javier llevan a cabo un sistema de siembra directa.

Plagas y enfermedades controladas con la rotación

En el terreno de las plagas y enfermedades, los problemas que más afectan a los cereales son el tronchaespigas en cuanto a plagas y la septoria en cuanto a enfermedades.  Sin embargo, en colza, Fernando cuenta que “este año prácticamente no hemos tenido casi nada, pero en esta zona hay bastante ataque de gusano de alambre”.

La mayor medida de control de estas plagas y enfermedades que usan en Agricón es la rotación de cultivos. “No sembramos nunca cereal detrás del cereal. Solemos rotar cereal y leguminosa o cereal y colza. Así procuramos minimizar de alguna manera que nos afecten estos problemas y lo que se nos escapa con este método de control lo tratamos con sustancias químicas dentro de las materias activas permitidas”, explican.

Este mismo sistema es el que utilizan para el control de las malas hierbas. “En los cultivos de cereal procuramos siempre no utilizar herbicidas residuales e intentamos, sobre todo, centrarnos en las malas hierbas de hoja ancha”, puntualizan, a la vez que admiten que en general, su principal problema en este aspecto es el bromo.

Abonados químicos, orgánicos y microrrizas

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En el tema del abonado, han hecho pruebas con micorrizas para potenciar los cultivos.

En el tema de los abonados, en Agricón utilizan un abonado de fondo NPK 14-36-12 en cereales y un triple 15 para la colza. En guisantes han decidido apostar por los abonados orgánicos, siendo éste el primer año que los utilizan en su explotación. “Además hemos hecho pruebas con micorrizas”, añade Fernando.

Para la toma de decisiones se basan en múltiples factores. Para el abonado, por ejemplo, la base para la toma de decisiones la obtienen de los análisis del suelo, y para el tratamiento de los cultivos con fitosanitarios se guían por la experiencia, la observación y los consejos de los técnicos de la zona.

Sin embargo, para hacer la cosecha la toma de decisiones la tienen supeditada, ya que la empresa realiza trabajos a terceros. “Muchas veces tenemos que esperar para recoger lo nuestro para atender mejor a los clientes”, explica Fernando. En este sentido, “sobre todo en el cereal, tenemos un margen de maniobra más pequeño para cosechar”.

Las cosechas se destinan a diferentes fines. “Fundamentalmente, el trigo blando se destina a la industria panadera y el guisante para consumo animal, al igual que el centeno híbrido. La producción de colza prácticamente íntegra va  para biocombustible. En cuanto al trigo duro, es el primer año que lo sembramos, pero seguramente vaya destinado a hacer pasta”, cuentan.

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En Agricón procuran estar al día con las nuevas tecnologías y utilizan drones para visualizar sus cultivos.

Apuesta por las nuevas tecnologías en la agricultura

En Agricón apuestan por la utilización de las tecnologías más punteras a la hora de realizar su labor en el campo. Por ello, aparte de la maquinaria más puntera para sembrar, tratar o cosechar, poco a poco van incorporando las innovaciones tecnológicas a su forma de hacer.

“Hace siete años, cuando todavía no hacíamos siembra directa, trajimos el primer GPS. Empezamos con una señal Egnos, que es de menos calidad, y luego seguimos con autoguiado RTK”, dicen de sus inicios con las nuevas tecnologías. Ahora, además, trabajan con mapas de rendimiento y sensores de rendimiento y humedad en la cosechadora.

Hace dos años incorporaron una nueva herramienta a su maquinaria: un dron. “Decidimos empezar a usarlo porque pensamos que esta tecnología iba a crecer un poco más rápido y que en materias como las cámaras multiespectrales, estas tecnologías iban a ser más fáciles de usar para todos”, explican.

“Todos habíamos leído reportajes de abonados nitrogenados en función de los mapas NDVI (Índices de vegetación-bandas espectrales) y esperábamos poder hacer lo mismo con las nuevas tecnologías. Al final lo hemos acabado usando más como una herramienta para tomar fotografías aéreas”, manifiesta.

Aunque los avances en este aspecto no han sido tan rápidos como Fernando y Javier

Vista panorámica de una parcela de cebada conseguida con un dron.

Vista panorámica de una parcela de cebada conseguida con un dron.

esperaban, aun son capaces de sacarle el lado bueno. “Siempre puedes sacar conclusiones a partir de esas fotos aéreas en función de las zonas que se vean más verdes, por ejemplo… Ahí ves cosas que no se ven desde el suelo”, argumenta.

“Procuramos estar muy al día en este tema porque los clientes cada vez lo demandan más”, sentencian. Y es que en Agricón saben que las nuevas tecnologías son el futuro y que todavía les queda un largo camino que recorrer con ellas para ofrecer los mejores servicios y conseguir una mayor rentabilidad.