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Aceites García de la Cruz apuesta por nuevas estrategias en sus cultivos

Aceites García de la Cruz apuesta por nuevas estrategias en sus cultivos

Más de 145 años avalan la dedicación de esta empresa familiar, ubicada en Madridejos (Toledo), a la producción y elaboración de aceite de oliva virgen extra ecológico. Con el paso del tiempo, se han adaptado al consumidor moderno y a los mercados internacionales, consiguiendo la certificación para su aceite en Estados Unidos y Japón, sus principales destinos de exportación, y, también, han apostado por el cultivo de cereales híbridos, como una opción más rentable, según explica Rubén García, encargado en Aceites García de la Cruz.   

Elena Martín Seseña. Redacción.

En Aceites García de la Cruz se cultivan 300 ha de olivar ecológico (divididas en dos fincas) y 700 de cereal. La primera finca se encuentra entre el término municipal de Madridejos y Villacañas, y se caracteriza por tener un suelo pobre, poco profundo y calizo. En esta localización también se cultiva la totalidad del cultivo de cereal y solo 100 ha de olivar en intensivo, ambos cultivos en secano.

La segunda, que está ubicada entre Madridejos y Puerto Lápice, destaca por tener un suelo bastante pedregoso y muy arcilloso, el cual se adapta muy bien a las 200 ha restantes de olivar, 100 ha de cultivo tradicional en secano y otras 100 ha en superintensivo, combinando secano y regadío. En ambas zonas, tienen una precipitación anual media que no supera los 300 mm.

En relación a las variedades, cultivan Cornicabra (197 ha) acogida a la Denominación de Origen Protegida Montes de Toledo, Picual (50 ha), Arbequina (25 ha), Hojiblanca (15 ha) y Arbosana (14 ha). Todas ellas presentan varios marcos de plantación en función de si son de cultivo tradicional con árboles de más de 150 años, con un marco de 12×12 m, de intensivo con árboles de 20 años en 7×7 m, el superintensivo en 4×1,5 m y el superintensivo de secano en 5,5×2,5 m, plantaciones con uno y dos años.

“La variedad de estos marcos de plantación se debe a la adaptación del olivar a los distintos tipos de suelo pero, fundamentalmente, depende del riego”, afirma Rubén, encargado de la empresa  con una experiencia de más de 15 años en el sector y en Aceites García de la Cruz.

La recolección en verde ha sido una de las grandes apuestas en Aceites García de la Cruz, la cual iniciaron hace más de una década.

“Empezamos con un 10% de la explotación y ahora recogemos en verde un 100% (octubre-noviembre). Además, solemos hacerlo cuando el rendimiento industrial oscila entre el 18% y el 19%. Mientras el rendimiento total es de 2.200.000 kg de aceite”, apunta. En estos momentos, la producción de la plantación en intensivo está entre 3.500-4.000 kg/ha y de la tradicional 2.500-3.000 kg/ha.

“Los primeros años de transición al cultivo ecológico se pasa mal, pero después de este tiempo se nota un resultado positivo, ya que estamos obteniendo rendimientos mayores de los que teníamos cuando trabajábamos en convencional”, afirma Rubén, asegurando que el objetivo de la empresa a futuro es seguir ampliando su plantación, apostar por otras variedades para obtener buenos aceites de oliva virgen extra de calidad que permitan diferenciarse en el mercado, sacándole un máximo rendimiento.

Rubén ha destacado que en todo este tiempo ha sido consciente del crecimiento y la expansión de esta empresa tanto a nivel interno como externo. Un hecho que corrobora Miguel Ángel Rodríguez, encargado de la almazara con 30 años de experiencia en el sector del aceite de oliva y en Aceites de la Cruz. En la actualidad, se encarga de valorar la calidad del producto que comercializa, entre otras cosas. “A pesar de que esta empresa tiene muchos años a las espaldas, podemos decir orgullosos que ha crecido mucho en los últimos años”, afirma Miguel Ángel.

Y es que hace solo tres años, la empresa estaba formada por seis personas y, en la actualidad, está compuesta por una plantilla de 50 personas. Por otro lado, también se han ampliado las instalaciones y se ha potenciado el producto envasado, ya que anteriormente solo comercializaban a granel. Según Miguel, en la almazara cuentan con una producción lineal que puede alcanzar las 400 tn en 24 horas de molturación de aceitunas.

Aceites García  de la Cruz comercializa aceite prácticamente en casi 40 países (un 60% a granel y un 40% envasado), siendo Japón, con un 20% de la cuota de mercado de producto envasado, y Estados Unidos sus principales mercados. Además, en este último la empresa cuenta con una filial desde 2016.

La empresa también trabaja en proyectos enfocados al desarrollo sostenible con un uso eficiente de la energía y del agua, la economía circular y desarrollo del entorno. En este contexto, la primera finca mencionada anteriormente, se encuentra situada en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Una categoría de protección especial de carácter europeo que es otorgada a áreas naturales de especial relevancia para la conservación de las aves, particularmente, las que están amenazadas de extinción.

 

Nuevos cultivos: hacia cereal híbrido

Por otro lado, la empresa también cultiva cereal de secano. Hace pocos años sembraban la mitad de cebada, trigo y centeno y la otra mitad la dejaban de barbecho. Normalmente, una parte de la semilla era certificada R2 y otra era guardada de la cosecha del año anterior. La cantidad empleada era en ambos casos de 180 kg/ha. Con un abonado de fondo de 180 kg/ha de un complejo 8/24/8 y una cobertera de 120 kg/ha de sulfato amónico, conseguían recoger una producción de 2.400 kg/ha.

Con los años, el suelo se fue degradando y bajaron las producciones hasta el punto de dejar de ser rentable, momento en el que quisieron dar un giro total a la explotación e interesarse por las semillas híbridas. Después de probar con un centeno híbrido, resultó que con solo 70 kg/ha cosecharon 4.000 kg/ha, mientras que ese mismo año, el centeno convencional, no llegó a los 1.000 kg/ha de grano.

Desde ese momento, dirigieron todas sus siembras hacia el cultivo de cereales híbridos. “Haciendo cálculos, el coste de la semilla por hectárea es muy parecido al de un R2, y la producción no tiene nada que ver”, explica Rubén García.

También han cambiado su forma de abonar, aportando en fondo un estiércol fabricado por ellos mismos en el que al alperujo que producen en la almazara le añaden estiércol de ovino y caprino. En total aportan 10.000 kg/ha cada 3 años, en los que cultivan cebada híbrida/camelina/centeno híbrido, dejando el cuarto año la parcela de barbecho.

La variedad de cebada híbrida sembrada es Pedraforca y con 60 kg/ha, este año ha obtenido 4.500 kg/ha, mientras que la cebada convencional se ha quedado en 2.000 kg/ha.

En la empresa están totalmente convencidos de no dar un paso atrás en su explotación. Rubén asegura que aunque cuando siembras la cebada híbrida te sorprende por la poca cantidad de planta que tienes en la parcela, si la arrancas, te das cuenta de que la raíz es muy superior a la de la cebada convencional.

También, llega un momento, concretamente en el mes de abril, que en cuestión de un mes hay un cambio radical en el cultivo y toda la parcela se cubre, llegando a tener ocho hijos por planta. Por otro lado, se están dando cuenta de que las elevadas temperaturas le afectan menos y también el estrés hídrico.