Ante el descenso de producciones de tomate en Almería en los últimos años, el Centro Tecnológico ha realizado un análisis en el que ha estudiado las posibles soluciones para mejorar la rentabilidad de los agricultores.
Ente las conclusiones a las que han llegado está cambiar el concepto y apostar por incrementar la productividad aumentando los kilos por metro cuadrado que a su vez disminuyen los costes por metros cuadrados.
«Si consideramos que los precios no van a variar y conseguimos que los costes por m2 bajen, el beneficio por metros cuadrados sube. La herramienta para conseguir esto es aumentar la productividad por metros cuadrados», han afirmado desde Tecnova, añadiendo que el camino que plantean es el que ya se está haciendo en casi todos los países del mundo, tanto países con climas fríos como Holanda, Francia, Bélgica, Canadá, Rusia, Kazajistan, Uzbekistan etc. como en países templados como México, Turquía, Dubai, Abu Dhabi, Qatar, etc.
Según Tecnova, la vía para conseguir este objetivo es apostar por la tecnología desarrollando un invernadero que permita controlar el clima de tal forma que la planta no se pare porque hace frío fuera o se acelere porque hay unos días inusuales de mucho calor.
«Somos nosotros los que regulamos todos las horas y todos los días el clima dentro del invernadero independientemente de la temperatura exterior. Esto tiene otro efecto secundario muy importante, sabemos cuándo va a madurar el fruto y semana a semana sabemos cuánto vamos a recoger por lo que con vista a la comercialización se puede planificar», han apuntado desde Tecnova.
Tecnova se ha especializado en agricultura de alta productividad para climas cálidos y, para ello, ha puesto en marcha un proyecto para aumentar la producción por metros cuadrados en Almería utilizando tecnología y métodos avanzados pero a un precio que puede ser asumido por el agricultor y que puede rentabilizar en un espacio de tiempo prudente.
Modelo de Alta Productividad
Para llevar a cabo el diseño del modelo de alta productividad, se ha contado con la participación de un grupo de empresas representativas de cada uno de los subsectores de la agroindustria.
Desde el principio, han estado participando en la definición del modelo, en los elementos estructurales que debían incluirse sin olvidar la optimización en costes, permitiendo que el modelo sea desarrollado por cualquier agricultor ya que lo que se pretende primar es definir un modelo que permita incrementar la rentabilidad de la explotación, a tráves del incremento de producción y reducción de costes.
Para el diseño y cálculo de la estructura del invernadero han participado las empresas Novagric y Tecnoponiente, para definir los elementos activos y pasivos de control de clima se ha contado con Alarcontrol, Ridder y Sistemas de calor, y en riego y elementos auxiliares Himarcan, Ritec y Maher. Todas han formado parte del desarrollo de un modelo de producción de futuro en la provincia.
Gracias a las aportaciones de las empresas y a la experiencia de todas ellas, se ha podido definir un modelo de cultivo rentable, que facilita las labores culturales de los trabajadores optimizando el número de jornales, garantiza la obtención de frutos más homogéneos y de mayor calidad, se optimiza el consumo energético así como la aportación de insumos.
El equipo formado por los técnicos del departamento de tecnología de invernaderos y producción vegetal, liderado por el ingeniero Eduardo Pardo, y las empresas de Tecnova participantes han hecho posible que en un año se haya definido y construido el invernadero que está sirviendo como prototipo para llevar a cabo los ensayos demostrativos.
Se trata de un invernadero que lleva integradas las nuevas tendencias en Tecnología de invernadero como son mayor altura bajo canal, sistema hidropónico suspendido y sistemas de aporte de calor y refrigeración evaporativo. Además, ha sido diseñado un nuevo sistema de distribución y climatización del invernadero, mediante un innovador sistema de mangas de aire por donde fluye, según las necesidades, aire frío o cálido.
«Los niveles de producción generados en el invernadero de Alta Productividad, serán referencia y un gran punto de partida para futuras campañas de producción en la provincia», destacan.
Tecnova en este primer ensayo en tomate ha superado, en sólo seis meses, la producción anual media de los invernaderos de Almería lo que demuestra que las tecnologías aplicadas y manejo pueden llegar a alcanzar un nuevo umbral de producción nunca antes visto en la provincia.
Por ello, está apostando por una nueva capacitación de manejo de cultivos basados en el manejo del clima y en estrategias que permiten controlar la planta según las necesidades de producción.
En el ensayo se han probado dos variedades de tomate, una variedad comercial asentada en España y otra variedad, también comercial, de Holanda, donde se han obteniendo, respectivamente, 19 y 25 kg/m2 en un ciclo de seis meses sin utilizar CO2. Lo que demuestra dos cosas, por un lado la influencia de la genética en la producción y por otro, el potencial que se puede llegar a obtener en esta región con el clima que tiene, que permite obtener una mayor producción.
El Centro Tecnológico está apostando por una nueva manera de entender la agricultura basado en el conocimiento fisiológico de la planta a la vez que la experiencia de los técnicos encargados del cultivo.
Todo ello, está haciendo un binomio muy robusto que ha dado lugar a iniciar un segundo proyecto que se ha puesto en marcha en esta campaña y cuyo objetivo es desarrollar un ciclo largo para obtener un mínimo de 50kg/m2 con una variedad de tomate comercial asentada en España.
Es importante destacar, la singularidad de este sistema productivo que se diferencia de otros sistemas de alta productividad del norte de Europa, como el sistema holandés, en uso de tecnologías basadas en la refrigeración y en potenciar la producción en situaciones de calor y baja humedad. Por ejemplo, en pleno verano conseguimos bajar 10 ºC la temperatura interior del invernadero respecto a la exterior.
Métodos adaptados a las condiciones que se pueden encontrar en el sur-este español, así como en otras regiones del mundo donde se está implantando el modelo productivo invernado.
Paralelamente a la medición de los kg/m2 obtenidos se hace un seguimiento exhaustivo de todos los costes incurridos para, a final de la campaña, saber exactamente la rentabilidad obtenida, cuáles son los costes más significativos y ver si hay margen de maniobra en algunos de ellos para ajustarlos.
«Creemos que es un nuevo camino que hemos emprendido basado en un concepto diferente de hacer las cosas, que por otra parte es el habitualmente utilizado en todo el mundo», subrayan desde Tecnova.