Smart Protein insta a los agricultores a optimizar sus cultivos con la quinoa, las habas, las lentejas y los garbanzos, productos con alta demanda en el mercado vegetal.

El Proyecto Smart Protein, financiado con fondos europeos, anima a cultivar lentejas, quinoa, habas y garbanzos para alimentar un mercado de consumo en rápido crecimiento.

En este sentido y dentro del proyecto, la organización ProVeg International ha publicado una serie de manuales que resumen la información necesaria sobre las mejores condiciones climáticas, así como las mejores prácticas agrícolas para cada uno de estos cuatro cultivos.

El objetivo de este trabajo ha sido analizar las diferentes zonas climáticas de Europa e identificar los cultivos más apropiados, con especial énfasis en su potencial para producir proteínas vegetales.

«Esperamos que estos manuales resulten no sólo informativos sino también inspiradores para que los agricultores que quieran beneficiarse del tremendo crecimiento del sector vegetal en Europa», comenta Jasmijn de Boo, directora ejecutiva de ProVeg International.

Las conclusiones generales que ha arrojado este estudio es que los garbanzos se consideran muy adaptables al clima portugués, donde pueden producir muy buenos rendimientos. Además, se ha descubierto que las habas crecen bien en Dinamarca, incluso en temperaturas bajas, y en en Irlanda, se ha visto que la variedad Fanfare funcionó muy bien.

Para cultivos como la quinoa, el suelo ideal es el arcilloso, bien drenado y bien dotado de materia orgánica. En Irlanda, alcanzar la madurez tecnológica de las semillas es un desafío. Por este motivo, se recomienda la tecnología de secado de semillas. Italia, los Países Bajos y Portugal han sido identificados como buenos lugares para cultivar quinoa.

En cuanto a España, la diversidad de su clima hace que lentejas y garbanzos sean los cultivos más indicados. Los terrenos en los que Smart Protein puso a prueba los cultivos están situados en el sur de la Comunidad Foral de Navarra, donde las condiciones climáticas varían entre mediterráneas y esteparias. Las lluvias son escasas e irregulares, con largos periodos en los que no se registran precipitaciones. La precipitación media anual no supera los 500 mm, y la temperatura media anual ronda los 14°C.

Teniendo en cuenta estas condiciones, se ha constatado que una buena rotación de cultivos y el deshierbe mecánico son los métodos de control de malas hierbas más utilizados. Además, otros métodos como la mezcla de cultivos están empezando a utilizarse con buenos resultados.