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Qué mutación causó la apirenia en la uva?

Qué mutación causó la apirenia en la uva?

Investigadores del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) han identificado la mutación que provoca la ausencia de semillas en algunas variedades de uva de mesa, denominada “apirenia”. El hallazgo, que permitiría eliminar las pepitas en cualquier variedad de vid, se ha publicado en la revista científica Plant Physiology.

La investigación ha sido realizada por miembros del Grupo de Genética y Genómica de la Vid (Vitigen) del ICVV (Gobierno de La Rioja, CSIC, Universidad de La Rioja), coordinados por José Miguel Martínez Zapater y Pablo Carbonell Bejerano. En el estudio se han empleado materiales generados y caracterizados en el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA) y en el Instituto Nacional de la Investigación Agronómica de Francia (INRA).

Los resultados serán presentados en el Congreso Internacional de Genética y Mejora de la Vid que la Universidad de Burdeos y el Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino de Francia (ISVV) organizan del 15 al 21 de julio.

La ausencia de semillas o “apirenia” es una característica cada vez más apreciada por los consumidores de uva de mesa, que se produce al fallar el desarrollo de las pepitas durante la formación del fruto.

Este fenómeno se identificó por primera vez, varios siglos atrás, en una variante espontánea de la variedad “Sultanina”, de origen turco. A partir de ella, esta característica se ha ido incorporando en la mayor parte de las nuevas variedades de uva sin semilla desarrolladas mediante programas de mejora genética en todo el mundo.

A pesar de su interés, y de que estudios previos habían localizado la región del genoma de la vid responsable de la “apirenia”, hasta el momento no se conocía la mutación que la causaba. Para su identificación, los investigadores del ICVV han combinado técnicas genéticas y genómicas en plantas de vid derivadas de cruzamientos entre variedades de uva de mesa con y sin semillas.

 

 

«Gracias a este enfoque integrador, señala Martínez Zapater, hemos logrado identificar una mutación que cambia uno de los aminoácidos de la proteína codificada por VviAGL11, un gen que se requiere para el desarrollo normal de la envoltura de la semilla». Tras secuenciar este gen en 111 variedades con semillas y otras 17 sin ellas, así como en plantas de “Sultanina” con o sin pepitas, “se constató que siempre que la planta presenta la mutación, los frutos no desarrollan semillas”.

El coordinador del estudio indica que este hallazgo “es de gran interés para mejorar la eficacia de los programas de mejora genética en uva de mesa”. El descubrimiento de esta mutación permite desarrollar marcadores genéticos para la selección de plantas de vid “apirenas”, sin esperar los varios años que en la actualidad requiere el análisis de los frutos.

“La mutación, explica el investigador del ICVV, es el mejor marcador para seguir el fenotipo de uva sin semillas. Esto significa que puedes saber en una plántula recién germinada si cuando sea adulta y florezca (entre 2 y 5 años) va a dar uva sin semillas o no. Así se puede ahorrar tiempo y reducir costes seleccionando tempranamente las plantas que más interesen”.

Además, tras este hallazgo sería posible generar “apirenia” en cualquier variedad de vid introduciendo la mutación. Los resultados de esta investigación pueden ser útiles también para reducir la presencia de semillas en otros frutos. Su efecto se podría probar, por ejemplo, en cítricos o en chirimoya, según indican los investigadores.

El Grupo de Genética y Genómica de la Vid trabaja en dos líneas de investigación principales: por un lado, la estimación y caracterización de la diversidad genética existente en la vid; por otro, en el estudio de los mecanismos genéticos responsables del desarrollo reproductivo de esta especie, centrados en caracteres con impacto en la producción y en la calidad de la uva y del vino. Las herramientas y el conocimiento generado buscan dar respuesta a los retos presentes y futuros de la viticultura.

El Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), cuyas instalaciones en la finca de La Grajera en Logroño (La Rioja) fueron inauguradas en 2017 por Felipe VI, es un centro de investigación creado por el Gobierno de La Rioja, la Agencia Estatal CSIC y la Universidad de La Rioja. Es el único instituto de carácter nacional dedicado íntegramente a la investigación en viticultura y enología.