Las nuevas tecnologías han dado lugar a una nueva manera de hacer las cosas en el ámbito agrario, lo que se ha traducido en la agricultura de precisión, alimentada a través de bases de datos con información que los agricultores comparten en busca de las mejores soluciones para la máxima rentabilidad de sus explotaciones.
Dinsa trabaja con su unidad de negocio bynse recogiendo diariamente más de dos millones de datos que los agricultores registran en sus cultivos a través de equipos de medición de las condiciones del suelo, de humedad o de temperatura.
Estos sensores recogen datos a tiempo real almacenados en una base de datos que es posible consultar desde cualquier dispositivo, en cualquier momento y en cualquier lugar, y cuya información permite mejorar la toma de decisiones y la productividad.
Procesos como la elección del cultivo idóneo, la de la cantidad de semillas o plantas, la monitorización del riego eficiente, la determinación de la cantidad óptima de fertilizante, plaguicidas, así como de los riesgos de plagas y enfermedades, además de la mejora de la gestión de riesgos meteorológicos o la predicción de la producción, rendimientos y retornos, son algunos de los datos recogidos por estas nuevas tecnologías.
De esta manera, la información recogida por los sensores se almacena en bynsecloud y facilita la trazabilidad y el control para tomar decisiones en base a una información real que mejore la rentabilidad.
“Tradicionalmente los agricultores han llevado a cabo sus tareas agrícolas a través de un calendario previamente definido según su intuición y experiencia”, comenta Gonzalo Martín, CEO de bynse. “La tecnología Big Data está cambiando por completo los tiempos en una producción agrícola porque permite al gestor tomar mejores decisiones en cada momento gracias al análisis de gran cantidad de datos en tiempo real”.
Todo ello contribuye a la mejora de los márgenes de beneficio de la explotación en cuestión, ya que pueden sacar el máximo partido a los recursos como el agua o la energía.