Frente a la agricultura tradicional, la conocida como agricultura de precisión permite reducir costes, utilizar la cantidad precisa de recursos y minimizar el impacto del cultivo sobre el medioambiente.
El próximo 11 de febrero en Zaragoza se celebrará la I Jornada Española del Cultivo de la Alfalfa, organizada por la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA), en la que se darán cita más de un millar de participantes, entre agricultores, productores y cooperativistas, y en la que van a debatir las ventajas que ofrecen las tecnologías para monitorizar el desarrollo de los cultivos, entre otros temas.
Y es que el cultivo de alfalfa en Aragón continúa despuntando y, prueba de ello es que la comunidad concentra casi el 60% de la producción total de España.
La campaña de 2019 ha finalizado con cifras satisfactorias para los agricultores tanto por el precio como por el volumen de producción, en parte, debido al veto comercial entre China y Estados Unidos. El bloqueo comercial ha convertido al país asiático en el segundo importador de alfalfa deshidratada –unas 230.000 toneladas-, solo por detrás de Emiratos Árabes Unidos.
Aragón cuenta con una superficie de 57.588 hectáreas de alfalfa, muy por delante de Cataluña y Castilla y León, que ocupan el segundo y tercer puesto en el ranking de productores españoles. El cultivo de esta especie en la región tiene un gran impacto económico y emplea a miles de personas, por lo que su calidad sigue siendo la principal preocupación de quienes se dedican al sector.
En este sentido, según datos de Paintec, una empresa de Ejea de los Caballeros que ha desarrollado A3 Paintec, una herramienta que será presentada en la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola (FIMA), cada vez más los productores confían en la tarea de supervisar sus campos a través de drones, sensores y satélites, ya que estas tecnologías o sistemas de teledetección ofrecen numerosas ventajas.
“El cultivo de la alfalfa es uno de los cultivos en los que más se está incrementando la demanda de nuestros servicios, ya que su precio, en relación a las ventajas que obtenemos, es muy bajo y asumible”, explica José Manuel Ruiz, cofundador de Paintec.
Colocados en la tierra, los sensores miden parámetros como la profundidad del suelo, su salinidad, textura y capacidad de retención de agua. Al mismo tiempo, desde el aire, los drones pilotados y los satélites generan imágenes espaciales que la herramienta procesa para ofrecer al agricultor toda la información que necesita.