El consorcio de empresas y centro de investigación, Grupo Operativo Salud Olivar, investiga estrategias innovadoras y sostenibles de detección, control y tratamiento frente a dos de las enfermedades que atacan al olivo con mayor virulencia: la Xylella fastidosa y la Verticilosis.
AINIA, junto con la empresa granadina DOMCA, la Sociedad Cooperativa Andaluza (Dcoop), Laboratorios NEVAL en Valencia, Visiona Ingeniería de Proyectos y la Asociación de Fabricantes de Soluciones de Biocontrol (IBMA España), están abordando este proyecto desde tres vertientes: la prevención, la detección temprana y el tratamiento de árboles ya contaminados.
El consorcio, a través de AINIA, está trabajando en el aislamiento de las variantes salvajes del hongo Verticillium, así como desarrollando, en colaboración con DOMCA, soluciones basadas en el empleo de proteínas procedentes de virus bacteriófagos para el control de la Xylella fastidiosa. Una solución basada en proteínas recombinantes como herramienta correctiva para el tratamiento de dicha enfermedad.
Los bacteriófagos (virus bacterianos) suponen una alternativa a los plaguicidas tradicionales porque infectan exclusivamente a las bacterias dañinas, sin perjudicar al resto del árbol como ocurre con los tratamientos convencionales.
Además, se están desarrollando nuevos bioestimulantes para aplicar a los cultivos y aumentar la resistencia del olivo al estrés, o mejorar la calidad de la cosecha de aceitunas. En esta línea, el desarrollo de productos, basados en microorganismos con capacidad de biocontrol frente a Verticillium, DOMCA, en colaboración con AINIA, aportará soluciones basadas en extractos vegetales, para el control de la Verticilosis.
En una primera etapa se están llevando a cabo estudios in vitro en laboratorio, seleccionando los productos más eficaces. En una segunda, la cooperativa agroalimentaria Dcoop, será la encargada de evaluar y validar los nuevos desarrollos en condiciones reales en el campo. Además, el consorcio cuenta con la experiencia de Laboratorios NEVAL, encargados de coordinar y supervisar las aplicaciones de los distintos productos, Visiona IP e IBMA España.
“Las evaluaciones en los diferentes momentos y estadios del hongo y del árbol requieren de un conocimiento y rigor científico. Los diferentes parámetros que monitorizan los técnicos investigadores, aportarán información de cara a realizar estrategias en el futuro”, comenta Kristell Santander, directora de Estudios de NEVAL.
Por último, el consorcio aplicará sistemas automatizados para la monitorización de cultivos. En el primer período de ejecución del proyecto se ha realizado un diagnóstico de la incidencia de la Verticilosis en los campos de Dcoop, situados en la provincia de Córdoba, así como una caracterización de la microbiota presente en el suelo, y análisis sobre cómo afecta la enfermedad a su composición a nivel microbiológico.
El grupo de trabajo también aplicará la teledetección hiperespectral y térmica, junto con sistemas de biocontrol más sostenibles y naturales para la detección automática de síntomas. En esta estrategia de biocontrol y bioestimulación, se han identificado microorganismos con capacidad antagonista frente al hongo causante de la enfermedad, y se están desarrollando formulaciones que permitan su aplicación en campo como herramienta de prevención.
Estas tecnologías reducirán el empleo de fitosanitarios químicos tradicionales para prevenir y controlar, tanto enfermedades emergentes del olivo (como la Xylella fastidiosa o Síndrome de decaimiento rápido del olivo), como enfermedades endémicas (Verticilosis).
Se trata de una solución alineada con Europa, claramente favorable al biocontrol. La Comisión Europea adoptó el pasado 20 de mayo 2020, junto con la “Estrategia de la Granja a la Mesa”, la transición hacia un sistema alimentario sostenible y unos objetivos concretos para los próximos diez años, entre los que se encuentra la reducción en un 50% del uso y riesgo de fitosanitarios químicos.
“La detección temprana y monitorización de cultivos, ayudará a un empleo más racional de los químicos tradicionales y a un uso más acertado de las herramientas de biocontrol”, apunta Estefanía Hinarejos, directora de la Asociación IBMA España.
Según ha señalado José Manuel García-Madero, de la empresa DOMCA, con este proyecto pretenden desarrollar herramientas para la detección temprana de enfermedades que suponen una amenaza para el sector y buscar métodos alternativos basados en productos naturales para combatirlas.
“Esta modernización de las prácticas de cultivo, repercutirá en toda la cadena de valor del olivo: desde el agricultor, pasando por el transformador de la industria oleícola o de aceitunas de mesa, hasta llegar al consumidor final; que podrá acceder a productos producidos de forma sostenible, libre de fitosanitarios químicos”, añade Joaquín Espí, técnico del departamento de Biotecnología de AINIA.
“Confiamos en que Salud Olivar sea un ejemplo de compromiso con el progreso de la industria olivarera y mejore la productividad de las explotaciones españolas mediante el desarrollo de estrategias sostenibles que permitan productos de mayor calidad y mayor valor añadido”, comenta Silvia López-Feria, responsable de I+D+i de Grupo Dcoop.
El grupo supra autonómico de investigadores, liderado por AINIA, Salud Olivar está cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020.