El Grupo Operativo ‘Adaptación del Sector de los Frutales de Hueso al Cambio Climático’ ha llevado a cabo en los últimos dos años trabajos de investigación encaminados a dar respuestas a las anomalías en las producciones debidas a factores climáticos y a la inadecuada adaptación de variedades de frutales de hueso.
Dos de los objetivos del proyecto han sido la identificación y caracterización de áreas geográficas concretas idóneas para el cultivo sostenible y eficiente de frutales de hueso en la situación actual y en escenarios futuros, así como la de grupos varietales adecuados para su implantación y cultivo en las áreas y zonas idóneas, seleccionadas previamente y adaptadas a las previsiones de escenarios de cambio climático.
Los centros de investigación Cebas-CSIC e Imida de Murcia han sido los responsables de los trabajos llevados a cabo para alcanzar estos objetivos.
Para la identificación y caracterización de zonas productoras de fruta de hueso a partir de sus características climáticas se llevó a cabo un estudio previo en el que se seleccionaron estaciones agrometeorológicas representativas de las zonas productoras de frutales de hueso.
”Para ello se seleccionaron aquellas estaciones, de diferentes redes, con series históricas lo más amplias posibles, desde el año 2000 hasta el 2020, y que fueran consistentes, tanto en la cantidad como en la calidad de sus registros meteorológicos. Como consecuencia se seleccionaron 270 estaciones ubicadas en zonas regables que abarcan: la Ribera del Ebro, desde La Rioja Media hasta Lérida; el Litoral Mediterráneo desde Castellón hasta Granada y la zona del Suroeste, que abarca las provincias de Sevilla, Huelva, Badajoz y Cáceres”, ha explicado Manuel Caro de SIAM-Imida.
A partir de los registros horarios de las variables medidas (temperatura y humedad relativa del aire, velocidad y dirección del viento, radiación global incidente, evapotranspiración de referencia y precipitación) de estas 270 estaciones se realizaron estudios estadísticos y geoestadísticos para agrupar la superficie de cultivo de frutales de hueso en cinco regiones climáticas homogéneas con diferencias significativas entre ellas y que “hemos calificado como muy cálida, cálida, intermedia, fría y extremadamente fría”, ha añadido Manuel Caro.
En cuanto a qué indicadores se han generado para la caracterización del comportamiento actual de las especies y variedades de frutales de hueso frente al impacto del cambio climático, Manuel Caro ha asegurado que a partir de los registros horarios de las estaciones se han determinado, de forma estadística, variables tales como la fecha de inicio de acumulación de frío, dinámica y periodo de acumulación y acumulación semanal y total de frío, la aparición de efemérides de bajas temperaturas que pueden ocasionar daños por heladas o eventos de temperaturas elevadas anómalas en el periodo de letargo invernal y floración que pueden ocasionar problemas en el desarrollo fenológico.
Además, ha explicado que con todos estos índices se han generado una serie de mapas en los que se puede apreciar la evolución espacial y temporal de cada uno de los indicadores por semanas, fundamentalmente la acumulación de frío y la existencia de efemérides agrometeorológicas que se pueden producir por bajas o altas temperaturas.
La mapificación realizada también permitirá establecer zonas homoclimáticas con características similares y conocer las características climáticas y agro-climáticas de una localización determinada.
«Toda esta información climática y agro-climática, unida a los estudios realizados en campo por otros equipos participantes en el proyecto, permiten evaluar de forma bastante precisa la idoneidad del cultivo de cada grupo de variedades de estas especies en las zonas productoras de fruta de hueso”, ha concluido Caro.
Definición de grupos varietales
Desde el Grupo Operativo, el objetivo ha sido establecer grupos de variedades, para cada especie, con características similares de necesidades de frío invernal (en rangos de 10 Porciones o aproximadamente 200 chill units). Se han establecido grupos desde muy bajas necesidades de frío hasta de muy altas necesidades, y dada su correlación, también con similar fenología en lo relativo a salida del letargo invernal y floración.
“Esta clasificación nos permitirá contrastar estos grupos varietales con las zonas climáticas caracterizadas en base a su acumulación de frío y riesgo de heladas y, por tanto, conocer el grado de adaptación de estos grupos varietales en las diferentes zonas climáticas en términos de satisfacción de necesidades de frío y ausencia de riesgo de heladas, lo que nos permitirá conocer si es una adaptación idónea, existe un riesgo moderado, riesgo alto o el cultivo no es recomendable”, ha explicado el científico del Cebas-CSIC.
Tanto la caracterización agroclimática, como el conocimiento de las zonas homoclimáticas y el establecimiento de grupos varietales será una información de indudable valor para el sector productivo, pero también para otros sectores como el viverístico y el de obtentores de variedades.
A los productores les aportará una información esencial en la toma de decisiones de la elección varietal en función de la zona climática donde se encuentre la explotación, para que la adaptación de la variedad sea lo más idónea posible”, ha asegurado David Ruiz.
Además, el establecimiento de zonas homoclimáticas permitirá conocer qué otras zonas de cultivo en nuestro país tienen características agroclimáticas similares.
Toda esta información permitirá a los productores minimizar riesgos en la elección varietal en lo relativo a su nivel de adaptación, al disponer de información de aspectos cruciales como la satisfacción o no de las necesidades de frío invernal de los diferentes grupos varietales y su riesgo de helada.
El Grupo Operativo ‘Adaptación del sector de los Frutales de Hueso al Cambio Climático’ está compuesto por Fecoam, Anecoop, Cooperativas Agroalimentarias de la Comunidad Valenciana, Bitec, ENAE Business School y Basol Fruit, contando con el IMIDA y CEBAS-CSIC como centros de investigación.
Este proyecto está cofinanciado a través de una ayuda del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural-FEADER en un 80% y al 20% por fondos de la Administración General del Estado. El importe total de subvención para la ejecución del mismo es de 599.828,60 euros.