El proyecto Gemiplant surge con este objetivo de ofrecer a los agricultores información clara y concisa sobre cómo la genética puede contribuir al desarrollo de nuevas variedades beneficiosas para el sector, los consumidores y el medio ambiente.

Impulsado por el Departamento de Acción Climática y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya (DACC), el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) y el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), Gemiplant quiere transferir conocimiento desde el ámbito científico a obtentores, viveristas y, por supuesto, agricultores.

De este modo, se quiere demostrar prácticamente cómo la genómica puede contribuir a una producción mejorada y más sostenible, así como una mayor resistencia ante enfermedades y plagas. En definitiva, la genómica es una herramienta innovadora que puede contribuir a aumentar la competitividad del sector.

El proyecto, que tiene una duración de dos años, incluye diferentes actividades: mesas redondas donde agricultores, viveristas y obtentores podrán interactuar directamente para intercambiar dudas e inquietudes; capacitaciones para el sector; material informativo y audiovisual; y una jornada de visita al CRAG con capacitación teórico-práctica en el campo de la genómica.

Hasta la fecha se han llevado a cabo las cuatro reuniones programadas en las provincias catalanas. En Girona (en el IRTA Mas Badia), el 27 de septiembre se celebró la primera, seguida de Lleida (IRTA Fruitcentre) el 28 de septiembre, Tarragona (IRTA Mas Bové) el 4 de octubre y Barcelona (IRTA Cabrils) el 5 de octubre.

Los participantes pertenecían a una amplia variedad de sectores, como viveristas, representantes de cooperativas, pinsaires, productores vitivinícolas, de cultivos extensivos (arroz, trigo, cebada, maíz, alfalfa..), de cultivos frutícolas (frutas secas y dulces), de cultivos hortícolas y expertos en sanidad vegetal, entre otros.

«Gracias a estos encuentros, hemos tenido la oportunidad de conocer de cerca los desafíos y preocupaciones de diversos sectores productivos en Cataluña», explica Marta Pujol, la responsable del proyecto e investigadora del IRTA adscrita al CRAG, y continúa: «Estos se pueden resumir en cómo obtener de manera rápida y eficiente nuevas variedades, qué herramientas genómicas se están desarrollando y cuál es la regulación actual de su uso».

Y concluye: «Contamos con una importante capacidad científica y tecnológica que debe estar alineada con las necesidades reales del sector agroalimentario, y gracias a estas acciones demostrativas, podremos impulsar la innovación».