Un equipo de Diverfarming afina la metodología para medir el crecimiento del cultivo, el secuestro de carbono y la erosión del suelo en un terreno experimental de viñedos ecológicos en Hungría
La diversificación de cultivos en el viñedo puede contribuir a una adaptación más resiliente al cambio climático a través de la provisión de recursos ecosistémicos como el secuestro de carbono o la reducción de la erosión del suelo.
Con el objetivo de fomentar la transición de una agricultura europea hacia sistemas agrícolas más sostenibles medioambiental y económicamente, el proyecto Diverfarming ha ensayado, entre otros cultivos, la diversificación y la implantación de técnicas de manejo de bajos insumos en un viñedo ecológico situado en la región húngara de Villány.
Los ensayos se han desarrollado en las viñas de la empresa Gere y han durado dos años. En este tiempo se ha sembrado una mezcla de hierba y leguminosas entre las filas de viñas a modo de cubierta vegetal, que se siegan 4 o 5 veces durante la temporada de crecimiento de la viña y se incorporan como abono verde al suelo. Tras estos 24 meses, el equipo de la Universidad de Pècs (Hungría) que coordina este caso de estudio ha publicado la metodología con la que medir los efectos de la diversificación.
Para conocer cómo cambia la producción de biomasa en las distintas fases del desarrollo de la vid, el equipo de investigadores estableció un protocolo de investigación fenométrica, mientras que para ver cómo se refleja la diversificación en el índice de área foliar se optó por un seguimiento en campo con recolección de hojas. Para establecer el impacto del secuestro de carbono se determinó un análisis de laboratorio del dosel de la vid, la biomasa, propiedades del suelo y sedimentos erosionados. Por último, para establecer la materia orgánica que se mantiene en suelo al evitar la erosión con la cubierta vegetal se hizo un monitoreo de campo sumado al análisis de laboratorio de las muestras de sedimentos.
Con esta metodología se han podido obtener algunas conclusiones preliminares que apuntan a efectos beneficiosos de las prácticas propuestas por Diverfarming. El establecimiento de cultivos intercalados a modo de cubierta vegetal entre las viñas redujo la tasa de erosión, aumentando la conservación del suelo. Además, el contenido de materia orgánica en suelo también aumentó.
Por último, en relación con el potencial del viñedo para mitigar el cambio climático a través del secuestro de carbono y la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, se pudo ver cómo las técnicas de poda e incorporación de restos de poda al suelo promovieron relaciones óptimas entre carbono y nitrógeno.
La incorporación de los restos de poda y de siega de la cubierta aumenta los niveles de carbono y nitrógeno en suelo, sin aumentar las reservas de N a nivel de provocar efectos negativos en la calidad del vino. Así, se encuentra el equilibrio perfecto entre la aportación de los viñedos a la mitigación del cambio climático y la producción de vino de calidad.
Diverfarming es un proyecto financiado por el Programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, dentro del reto de “Seguridad alimentaria, agricultura y silvicultura sostenibles, investigación marina, marítima y de aguas interiores y bioeconomía” bajo el acuerdo 728003 en el que participan varias universidades, centros de investigación, asociaciones profesionales y empresas de diversos países europeos.