Ya se encuentra disponible en la web del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente la Guía de Gestión Integrada de Plagas en el cultivo de los Cereales de Invierno, que se suma a las ya publicadas para los cultivos de uva de mesa, uva para transformación, cítricos, olivar y frutales de pepita.
La publicación de estas guías, supone un paso adelante en la sanidad vegetal de los cultivos españoles, y viene a enriquecer el marco normativo definido por la Directiva 2009/128/CE del Parlamento Europeo y Consejo, que tiene como objetivo reducir los riesgos y efectos del uso de productos fitosanitarios en la salud humana y el medio ambiente, y el fomento de la gestión integrada de plagas y de planteamientos o técnicas alternativas, como las alternativas no químicas a los plaguicidas.
El Real Decreto 1311/2012 hace suyas estas metas y recoge a la Gestión Integrada de Plagas (GIP) como el primero de los siete capítulos técnicos para la consecución del uso sostenible de los productos fitosanitarios. Para ello, contemplaba la realización de un Plan de Acción Nacional que establece un cronograma de actuaciones además de los objetivos cuantitativos, metas y medidas necesarias para garantizar el objetivo general.
Uno de los objetivos del Plan de Acción Nacional es la elaboración de las guías de cultivo para la correcta implementación de la GIP. Aunque estas guías no deben entenderse como un instrumento único para implementar la GIP, su seguimiento garantiza el cumplimiento de la obligación de gestionar las plagas de forma integrada.
Apartados de la Guía GIP para cereales de invierno
La Guía de Gestión Integrada de Plagas de los Cereales de Invierno recoge en primer lugar las consideraciones generales que deberán tenerse en cuenta para la correcta aplicación de la gestión integrada de plagas, enfermedades y malas hierbas.
A continuación se describen los principios generales para la correcta implementación de la Gestión Integrada de Plagas, los cuales son la única obligación recogida por el anexo III de la Directiva 2009/128/CE.Para lograr una reducción del riesgo en zonas específicas se han elaborado las medidas específicas para zonas sensibles y espacios naturales señaladas en el siguiente apartado.
La determinación de la sensibilidad de cada zona se ha realizado mediante la asignación de un nivel de protección a cada zona ponderando las amenazas individuales: información de especies protegidas y vulnerables, zonas definidas dentro de la Red Natura, zonas de uso agrícola y masas de agua. De ahí se diferencian tres grandes estratos: zonas no agrícolas, zonas periféricas (con bajo riesgo) y zonas de protección (con alto riesgo). La batería de medidas propuestas son recomendaciones a tener en cuenta para las zonas de protección.
El pilar fundamental de la guía es el cuadro de estrategia recogido en el apartado 6 de la misma. Este documento se ha elaborado considerando que los destinatarios principales de esta guía son los productores que se encuentran exentos de la obligación de contratar a un asesor fitosanitario, al que se le presupone experiencia en la gestión de la problemática sanitaria.
Esta guía pretende ser un escaparate de las medidas alternativas existentes a los medios de control químico, dejando atrás la forma convencional de abordar los problemas fitosanitarios, y acercando todo el conocimiento agronómico que se encuentra latente
en materia de GIP.
Entender que los principales consultores de las guías son los productores no quiere decir que los asesores no puedan ser usuarios de las mismas. Para acercar la guía a los asesores, la información recogida en el cuadro de estrategia es ampliada en las fichas de plagas recogidas en el Anexo. Estas fichas facilitan la identificación de la plaga mediante fotografías y añaden información de carácter técnico. Adicionalmente, se ha recogido un apartado de bibliografía para aquellos cuya curiosidad no haya sido satisfecha.