El 1988 el IRTA inició el banco de variedades catalanas de olivo. Actualmente ocupa una superficie de 0,6 ha en su centro de Mas de Bover en Constantí (Tarragona), donde conserva más de 50 variedades de olivo de origen catalán.
El Banco de variedades catalanas de olivos pretende conservar fuera de su hábitat natural los recursos genéticos del olivar catalán, al tiempo que estudia evaluar en las mismas condiciones de cultivo la variabilidad genética y los caracteres de interés agronómico y tecnológico (aceite) de las variedades autóctonas, además de la caracterización morfológica y molecular.
Actualmente el banco de variedades incluye un total de 50 genotipos de origen catalán, procedentes de las prospecciones realizadas en Cataluña. La conservación en el IRTA de Mas de Bover de estas variedades de olivo forma parte del plan de acción para la biodiversidad cultivada del Departamento de Agricultura de la Generalitat de Cataluña.
Este plan tiene como objetivo contribuir a la conservación de las variedades tradicionales, una cuestión muy importante dado a su contribución en el incremento de la biodiversidad cultivada, una garantía del sistema agrícola.
Las variedades locales son una fuente de recursos fitogenéticos que tienen que preservarse, dado que son la base biológica de la producción de alimentos y de la seguridad alimentaria, además de su contribución en el desarrollo económico y social del territorio.
Los recursos públicos que se dedican a su conservación son clave para afrontar los nuevos retos de crecimiento de la población y los cambios en el entorno. La pérdida de estos recursos fitogenéticos supondría una limitación de la capacidad de responder a nuevas necesidades y, por lo tanto, es necesario aportar por su conservación.
Este plan de acción sobre biodiversidad cultivada del olivo en Cataluña contempla:
Del catálogo de variedades de olivo locales de interés agrario de Cataluña se destacan ‘Becarut’, ‘Carrasquenya’, ‘Panisello’, ‘Plans’ y ‘Tiuranenca’.
