Un consorcio internacional, del que forma parte el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), está trabajando en la secuenciación del genoma del almendro, más de 30 variedades entre europeas y americanas. Las secuencias genómicas serán una herramienta imprescindible para conocer aspectos básicos de la calidad del fruto, de la productividad y del conocimiento sobre resistencia a enfermedades y adaptación al cambio climático.
Este consorcio lo forman investigadores de la Universidad de Adelaida en Australia; de la Universidad de Washington State en Estados Unidos; del Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia; el Center for Research in Agricultural Genomics y el Centro Nacional de Análisis Genómico, ambos en Barcelona; y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón. El pasado mes de enero, presentaron en San Diego (EE.UU), el primer ensamblaje de secuencias.
El CITA comenzó en el año 1974, el primer programa de mejora genética del almendro, fruto del cual ya ha licenciado diez variedades. Tres de ellas, Guarda, Soleta y Belona, representan un porcentaje importante de las plantas vendidas en España en los últimos años. Igualmente, fruto del programa de mejora genética de portainjertos, el CITA tiene registrados y protegidos los híbridos Garnem, Felinem y Monegro.
En concreto, Garnem, se ha situado como el portainjerto de referencia en las nuevas plantaciones de regadío, tanto en España como en Australia. En este momento, desde el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón se está trabajando en el proyecto INIA, “Nueva Genómica aplicada a la selección de patrones mejor adaptados al cambio climático y variedades de almendro con alta calidad de fruto”, con la investigadora Mª José Rubio al frente.