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El cambio climático puede adelantar la maduración de la uva de Tempranillo en la DOC La Rioja

El cambio climático puede adelantar la maduración de la uva de Tempranillo en la DOC La Rioja

El aumento de temperaturas puede provocar un adelanto de hasta 16 días en la maduración de la uva en la DOC La Rioja de aquí al año 2050, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de La Rioja y de la Universidad de Lleida. 

El estudio, titulado ‘Impacts of the project edchanges in temperature under scenarios of climate change on vine phenology of three red varieties cultivated in Rioja (Spain)’ y realizado por los investigadores M.C. Ramos, catedrática de la Universidad de Lleida, y Fernando Martínez de Toda, catedrático de la Universidad de La Rioja – Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino, analiza el efecto potencial del cambio climático sobre la fenología y la composición de la uva de las variedades Tempranillo, Garnacha y Mazuelo cultivadas en la DOC a Rioja (España). Éste se ha presentado en el 21º Congreso GiESCO (Group of international Experts for Cooperation on Vitivinicultural Systems) que se celebra en Tesalónica, Grecia, del 23 al 28 de junio.

Los análisis prevén para un escenario de estabilización de las emisiones, un adelanto de entre 8 y 12 días en la maduración del Tempranillo para el 2050, dependiendo de la zona en la que se localice el viñedo (Rioja Alta fresca, Rioja Alta cálida o Rioja Oriental). Las proyecciones para 2070 sitúan estas previsiones entre 11 y 17 días de adelanto. Si las emisiones no se estabilizan y se alcanza un nivel muy alto, la maduración de la uva en estas zonas puede adelantarse entre 13 y 16 días para 2050 y alcanzar los 20 a 31 días de adelanto en 2070. La maduración del Tempranillo se completaría entre finales de agosto y principios de septiembre. Además, el estudio predice un adelanto en las fechas de floración y envero (coloración) de la uva para las tres variedades estudiadas, siendo mayor el avance en las zonas cálidas que en las frías.

La composición de la uva también sufriría cambios, alcanzando antes el grado probable requerido, con un desacoplamiento entre los antocianos y los azúcares y con una menor acidez causada por el aumento de las temperaturas. Ante estas previsiones, los investigadores consideran interesante estudiar y desarrollar nuevas técnicas vitícolas de manejo de la vegetación con el objetivo de retrasar la maduración para que, bajo las condiciones climáticas futuras, las uvas maduren a temperaturas similares a las actuales.

En este sentido, se proponen técnicas como la poda tardía, el recorte severo de los pámpanos y la poda mínima, que permiten retrasar la maduración de la uva entre 15 y 20 días. Otra posibilidad planteada es el forzado de una nueva brotación de las yemas.

Para elaborar el estudio, los científicos han realizado una proyección del aumento de temperaturas en las distintas zonas de la Denominación bajo dos de los escenarios de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) establecidos por el IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas): los denominados escenarios RCP4.5 (escenario de estabilización de emisiones) y RCP8.5 (escenario con un nivel muy alto de emisiones). Los resultados indicaron un aumento proyectado de la temperatura de más de 3ºC y 2ºC, respectivamente en las temperaturas máxima y mínima en los meses de julio y agosto bajo el escenario RCP4.5 y de hasta 3.9ºC y 3ºC, respectivamente para el escenario RCP8.5. Estos registros se evaluaron a partir de estaciones meteorológicas ubicadas cerca de los viñedos.

Analizaron también la fenología (cambios estacionales) y la evolución de la composición de la uva durante la maduración para el período 2008-2018, incluyendo fechas de floración, envero y maduración, así como datos sobre pH, acidez total, ácido málico, antocianos totales, índice de polifenoles totales e intensidad del color, registrados para cada una de las tres variedades.