EIT Food ofrece a las star-ups que disponen de nuevas tecnologías en el ámbito de la agroalimentación validar sus soluciones ‘in situ’, en explotaciones agrarias o ganaderas donde podrán realizar ensayos sobre el terreno, dentro del programa Test Farms, que además, apoyará a las empresas seleccionadas a encontrar inversores que apuesten por su futuro.
Mediante esta iniciativa, las start-ups podrán realizar los ensayos con profesionales de la agricultura que les ayudarán a comprobar la utilidad, funcionalidad y calidad del producto o servicio y, al mejorarlo, aumentar las posibilidades de comercializar sus ideas.
EIT Food ha lanzado esta convocatoria desde su sede para el sur de Europa, situada en España. El programa está abierto a start-ups procedentes de 17 países, entre ellos España. El plazo de inscripción, que ya se encuentra abierto, concluye el 30 de abril.
Se seleccionarán un máximo de 15 empresas y tras un periodo de pruebas de varios meses, cada explotación organizará una jornada de demostración abierta, con la participación de clientes y otros profesionales que comprobarán in situ las nuevas tecnologías.
Con esta iniciativa, EIT Food quiere propiciar que surjan nuevas soluciones en agricultura y ganadería, en la búsqueda de proteínas alternativas, en la trazabilidad digitalizada y economía circular.
El año pasado hubo tres start-ups españolas seleccionadas:
–Bisari Agroinnovation, que aporta tecnología electrostática permitiendo la polinización asistida de cultivos, y que se probó con productores de almendros de Sevilla.
-La burgalesa Ficosterra, que ofrece biofertilizantes para regenerar el suelo, estimular los cultivos, mejorar la productividad y aumentar la resistencia de las plantas al estrés ambiental, cuya solución se ensayó con agricultores en Portugal.
–Bio2Coat, que desarrolla recubrimientos comestibles naturales en forma de barrera invisible semipermeable sobre la fruta, que actúan reduciendo la evaporación del agua y protegiendo contra los microorganismos. Su solución disminuye las pérdidas durante el transporte y almacenamiento, mejora el aspecto visual, previene el desarrollo de hongos y no altera los nutrientes. Su tecnología se probó con agricultores de fresa en Huelva.