Un grupo multidisciplinar investiga las principales virosis de alfalfa, un cultivo tradicional en España, con una importancia destacada por el mercado de exportación de forraje deshidratado. Sus objetivos plantean analizar el papel que las técnicas de control integrado de plagas en alfalfa pueden ejercer en la enfermedad causada por el virus del mosaico (AMV). También se abordarán trabajos sobre la etiología de la enfermedad de las enaciones de la alfalfa.
El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) está trabajando en el proyecto “Virosis de alfalfa: efectos del control integrado en los parámetros epidemiológicos y la evolución de la diversidad del virus del mosaico, y etiología y caracterización de virus causantes de enaciones”.
La investigación, financiada por un proyecto RTA del Programa Estatal de I+D+I Orientado a los Retos de la Sociedad del Plan Estatal 2013-2016 de Investigación Científica y Técnica y de Innovación, se centra en el estudio de las principales virosis de alfalfa, un cultivo tradicional en España que está adquiriendo una importancia destacada, especialmente en Aragón, gracias a las expectativas que ofrece el mercado de exportación de forraje deshidratado.
El proyecto se centra en dos de las principales enfermedades virales que afectan al cultivo de alfalfa, el virus del mosaico (AMV) y la enfermedad de las enaciones (deformación de los tejidos debido a un crecimiento excesivo inducido por algunas infecciones virales). Sus objetivos plantean, en primer lugar, analizar el papel que las técnicas de control integrado de plagas en alfalfa puede ejercer en el desarrollo, distribución y evolución de la enfermedad causada por AMV, a través de su efecto sobre las poblaciones de vectores del virus que favorecen su transmisión.
En segundo lugar, se abordarán trabajos sobre la etiología de la enfermedad de las enaciones de la alfalfa, profundizando en la caracterización biológica y molecular de los virus implicados, analizando sus efectos negativos sobre el cultivo y mejorando las condiciones para su diagnóstico.
El equipo investigador, coordinado por Fernando Escriu, investigador de la Unidad de Sanidad Vegetal del CITA, integra un grupo pluridisciplinar que aporta experiencia en las metodologías propuestas para la consecución de los objetivos del proyecto: epidemiología, genética de poblaciones, virología, entomología y control integrado de plagas de alfalfa y análisis físico-químico de la calidad de los productos agroalimentarios.
Control integrado
En este escenario, el manejo del cultivo mediante estrategias de control integrado puede jugar un papel fundamental, al reducir costes en tratamientos y productos fitosanitarios y redundar en una mejor calidad sanitaria del producto. Existe un creciente interés por parte del Centro de Sanidad y Certificación Vegetal (CSCV) del Gobierno de Aragón en la implantación generalizada de las técnicas de control integrado, basadas en dejar bandas de alfalfa sin cortar como refugio para proteger las poblaciones naturales de insectos útiles (enemigos naturales y polinizadores). De ahí el interés de analizar el efecto de estas técnicas sobre la epidemiología de las virosis.
Para difundir los resultados que se obtengan del proyecto se aprovechará el contacto que la Unidad de Sanidad Vegetal del CITA mantiene con las Redes de Vigilancia Fitosanitaria a través del CSCV y la participación en el proyecto de algunos investigadores adscritos al Laboratorio de Agricultura y Sanidad Vegetal de Cataluña. Además, se aprovechará el interés que existe en el sector por la implantación de los sistemas de control integrado, aprovechando las sinergias con Cooperativas Agrarias, empresas del sector y asociaciones profesionales, como Aprogip o UAGA, interesadas en la promoción de estas técnicas y dedicadas a la difusión y formación de agricultores.
Alfalfa importante para exportación
Es un cultivo tradicional extendido en muchas zonas españolas, que proporciona un forraje con excelentes cualidades nutritivas, principalmente como fuente de proteína, y además presenta numerosas ventajas agronómicas y medioambientales. Entre ellas cabe destacar su capacidad de favorecer la fertilización nitrogenada al fijar el nitrógeno atmosférico, el ahorro energético por la reducción del laboreo durante su cultivo (hasta cinco años), su comportamiento como sumidero de carbono y su papel en el mantenimiento del suelo frente a la erosión.
España contribuye con cerca del 50% de la producción de alfalfa deshidratada de la UE, a la que Aragón aporta la mitad de la producción nacional, destinada en más de un 70% a la exportación. Sin embargo, el futuro de este prometedor mercado pasa necesariamente por el mantenimiento de precios competitivos y por ofrecer un producto de excelente calidad nutritiva y sanitaria.