Ainia desarrollará un sistema de teledetección compacto para controlar enfermedades de cultivos a tiempo real en todo tipo de explotación agrícola. Esta tecnología permitirá detectar, evaluar y diagnosticar enfermedades, plagas y daños en cultivos, así como la toma decisiones.
El sistema está basado en tecnologías de teledetección, combinando sensores fotónicos e Inteligencia Artificial (IA). Estarán instaladas en vehículos autónomos, tanto terrestres (robots de exploración de campo que proporcionarán datos y mediciones fiables que puedan procesarse y usarse), como aéreos, por ejemplo a través de aeronaves no tripuladas (drones) con sensores de mayor resolución espacial y espectral que permitan, con las mismas tecnologías, realizar diferentes operaciones (aplicación variable de fertilizantes, optimización de tratamientos fitosanitarios), reduciendo los tiempos de captura y procesado para dar la información de valor lo antes posible al agricultor.
Este sistema se pueden emplear en áreas sin cobertura y en explotaciones de tamaño medio con el fin de acercar las nuevas tecnologías a todo el sector, no sólo a las grandes explotaciones, tratando así de universalizar la tecnología, ha indicado Ricardo Díaz, jefe del departamento de Automatización Inteligente de Ainia.
El proyecto cuenta con la colaboración de AVA-Asaja, Anecoop, la Fundación Cajamar Comunidad Valenciana, Robotnik, Htec, Pulverizadores Fede y Sinfiny.
Mejorar la rentabilidad, rendimiento e impacto positivo medioambiental de las explotaciones
El sistema pretende incidir en la mejora del sector primario mediante el desarrollo de tecnologías que ayuden a los agricultores a mejorar la supervisión de sus cultivos y el rendimiento de sus producciones, tanto en términos económicos en un sector que ha sido duramente castigado en los últimos años, como en términos de calidad y seguridad alimentaria.
Gracias a esta capacidad tecnológica aplicada se podrán realizar estudios de control de enfermedades y plagas con los datos diagnósticos recogidos con este sistema, que identificará cada una de las afecciones modelizadas durante el desarrollo del proyecto.
Este tipo de diagnóstico individualizado y más certero supondrá una reducción en la aplicación de tratamientos fitosanitarios, al saber exactamente qué plantas son las que necesitan ser tratadas, ajustando así las dosis y tratamientos de forma rápida.
También ayudará a la obtención de una mejor calidad del fruto, tanto para el diagnóstico como para la aplicación de estimulantes y fitosanitarios, logrando una producción óptima en cantidad y calidad. Todas estas medidas impactan directa y positivamente sobre la rentabilidad agraria y logran una disminución de los gastos directos de la explotación.
Por otro lado, se podrá reducir el impacto medioambiental y su gestión óptima con maquinaria inteligente, lo que supondrá una disminución de la huella de carbono del producto final, beneficiando a la sociedad en general, siendo un ejemplo de buenas prácticas de las empresas en su responsabilidad social corporativa.