Leguminose, el proyecto que estudia las ventajas e inconvenientes de la técnica del intercutivo o ‘intercroping’ de cereales y leguminosas, ha celebrado en Madrid su segunda asamblea general.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) han sido los anfitriones de los investigadores de Italia, Alemania, Austria, Polonia, República Checa, Dinamarca y Pakistán que participan en el proyecto Leguminose.
El proyecto avanza a buen ritmo, y ya son un total de 650 las muestras que se están analizando en laboratorio con el fin de analizar las oportunidades y los obstáculos que tiene utilizar esta técnica agrícola con cereales y leguminosas.
En estos ensayos se evalúa la estructura, composición y diversidad de los suelos o en su capacidad de absorción del carbono utilizando para ellos una serie de indicadores y parámetros que servirán como guía para mejorar la productividad de los agricultores.
Además del estudio en laboratorio, el proyecto comprende ensayos en campos de cultivo en los que se aplica el método científico para comprobar el desarrollo del intercultivo.
Una de las fincas donde se están llevando a cabo uno de los siete ensayos en Europa es la finca del CSIC ‘La Poveda’, situada en Arganda del Rey. Estos ensayos a su vez se complementan con 150 living labs, de los que once están en España.
Los living labs se han instalado en tres comunidades autónomas -Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha-, hasta en once localizaciones diferentes, donde se están probando diferentes mezclas de cereales y leguminosas con el objetivo de comparar los resultados después de dos campañas agrícolas. En estas localizaciones se están probando asociaciones donde principalmente se utilizan cultivos como la cebada, la veza, el trigo, los yeros, los habines o los garbanzos.
En los próximos meses se obtendrán los primeros resultados obtenidos tras la primera campaña agrícola. Esto servirá para comparar los resultados obtenidos tanto en los monocultivos como en los intercalados desde el punto de vista económico, pero también con información sobre la salud del suelo o la influencia sobre el desarrollo de hierbas adventicias.
Investigadores y agricultores, así como representantes del Ministerio de Agricultura y el IMIDRA, tuvieron la oportunidad de discutir sobre el terreno acerca del valor añadido que campos ofrecen para la asociación de cultivo de leguminosas y cereales, valorando también las oportunidades que asimismo ofrecen desde el punto de vista del mercado.