Entre las enfermedades foliares que afectan al olivo, la antracnosis o «aceituna jabonosa» es una de las más importantes. Causada por especies de hongos del género Colletotrichum, provoca altas pérdidas de rendimiento del fruto y calidad del aceite durante los años epidémicos.
Es por esto por lo que un equipo del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (Dauco) ha dirigido un estudio internacional que recoge la caracterización específica de una colección de 185 aislados de Colletotrichum (muestras en las que está el organismo puro extraídas de olivos con síntomas de antracnosis) de diversos enclaves de todo el mundo.
Anteriormente, se conocían solo dos especies complejas del género Colletotrichum causantes de la antracnosis del olivo, pero tras varias revisiones taxonómicas se han diferenciado hasta 18 especies del hongo asociadas con la enfermedad en todo el mundo.
Con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la biología del patógeno y, así, ser capaces de seleccionar los medidas de lucha más eficaces contra el mismo este equipo de Dauco ha caracterizado la colección de aislados de Colletotrichum obtenida a lo largo de 25 años de trabajo y con muestras no sólo de España, sino también de Australia, Brasil, California, Grecia, Italia, Portugal, Túnez o Uruguay; así como de otros huéspedes susceptibles a la enfermedad como almendro, fresa, naranjo o pistachero.
En el estudio, liderado por los investigadores Juan Moral, Carlos Agustí y Antonio Trapero “se ha realizado una caracterización fenotípica, molecular y patogénica, siendo la molecular la decisiva de cara a la identificación de las especies” explica Antonio Trapero. “En el caso de Colletotrichum, las características morfológicas no nos permiten diferenciar entre especies distintas, por lo que debemos acudir a secuencias del ADN que nos indiquen cómo de parecidos son unos aislados a otros”, añade Juan Moral, para así poderlos clasificar por especies filogeneticas.
Tras usar 7 regiones génicas específicas para esta identificación, se identificaron 12 especies de Colletotrichum en la colección estudiada, estableciendo las especies más extendidas en España, Grecia, Túnez, Portugal y California. En estas zonas productoras suele haber una especie dominante y una u dos más secundarias. La mayor diversidad de especies se encontró en Australia, con 8 especies de Colletotrichum distintas.
En Andalucía la especie mayoritaria es Colletotrichum godetiae y se observa que está notablemente especializada en olivo posiblemente debido a una interacción continua olivo-patógeno.
En el estudio también se han visto diferencias significativas en la virulencia de la enfermedad en el cultivo dependiendo de la especie y del origen del hospedador. “Hemos visto diferencias de sensibilidad a fungicidas entre especies y cuando inoculamos variedades distintas también se encuentran diferencias de virulencia entre estos aislados” resalta Antonio Trapero. Además, “al tener aislados de muchos países se observa cómo incluso aislados de la misma especie se comportan distinto en función de la zona geográfica de la que provengan”, especifica Carlos Agustí.
Con este nuevo trabajo se abre, por tanto, una ventana más de conocimiento sobre la biología de los agentes causales de la antracnosis del olivo, que servirá para avanzar en la creación de métodos de control más eficaces.