Andalucía presenta el proyecto Reinwaste, que impulsará la reducción de residuos y el aprovechamiento integral de subproductos agroalimentarios. La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural apunta a la “prioridad” de la bioeconomía como una “oportunidad” de crecimiento, en especial, del medio rural sobre la base de un modelo de negocio sostenible.
El viceconsejero, Ricardo Domínguez ha manifestado que “la reutilización de los materiales inorgánicos, el uso de materias primas como la biomasa o la elaboración de productos de alto valor añadido a través de procesos respetuosos con el medio ambiente nos conduce a una economía circular y, por tanto, a un futuro mejor”, durante el lanzamiento, en Granada, del proyecto Reinwaste (“Remanufacture the food supply chain by testing Innovative solutions for zero inorganic waste”), que nace para impulsar la reducción de residuos en los sistemas agroalimentarios y el aprovechamiento integral de los subproductos.
Ricardo Domínguez ha puesto de relieve, en este sentido, la importancia de que la Comisión Europea (CE) haya seleccionado a Andalucía como región modelo para liderar el camino hacia un desarrollo sostenible de la industria química en Europa, algo que se ha traducido en la evaluación y apoyo técnico sobre un concepto que, según ha anunciado, recibirá un espaldarazo “trascendental” en los próximos meses con la aprobación de la Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular.
La estrecha coordinación entre ésta y la iniciativa Reinwaste, que, encabezada por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural y enmarcada dentro de la segunda convocatoria del Programa de Cooperación MED 2014-2020, tendrá una duración de dos años y un presupuesto de 2,5 millones de euros, permitirá, a juicio del viceconsejero, “maximizar el impacto en nuestra comunidad”.
En concreto, el proyecto apuesta por la reducción de los desechos en origen, sobre todo a través de la prevención y de una mayor valorización de los materiales inorgánicos procedentes del sector agroalimentario, tales como plásticos (películas de plástico, naylon, coberturas de invernaderos o envases de agroquímicos) o embalajes de alimentos y comida preparada.
Favorecerá, en definitiva, la adopción de conceptos innovadores más ecológicos por la agricultura y por la industria y, como ha anotado Ricardo Domínguez, “nos ayudará a dar respuesta a los desafíos ambientales, sociales y económicos, a combatir el cambio climático como uno de los mayores riesgos para la economía, abriéndonos hacia un mundo de nuevas oportunidades”. Este nuevo modelo, según ha continuado, se hace más necesario, si cabe, si se tiene en cuenta que en España el 48% del total de los desechos va directamente a vertederos de todo el mundo y un tercio de los alimentos se desperdicia, lo que equivale a más de 1.300 toneladas al año.
El viceconsejero ha abogado, en este punto, por pensar no sólo en una nueva forma de producir, sino también en una nueva forma de consumo. “Tenemos la tarea esencial de aumentar la conciencia de los mercados y de los consumidores de productos procedentes de la bioeconomía o economía circular”, ha subrayado. En esta línea, ha hecho referencia a que este modelo de sostenibilidad está presente en la agenda de la Unión Europea (UE), que aborda en estos momentos cuestiones como los indicadores y la cohesión con la Política Agrícola Común (PAC) y otros fondos estructurales. La CE, de hecho, lo incluye en su comunicación sobre el futuro de la agricultura y la alimentación.
Residuo cero
Andalucía lidera este proyecto a través de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (Agapa) y con la colaboración del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), ambas entidades adscritas a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, y participa en acciones transversales como la comunicación y la transferencia. Además, trabajará junto al otro socio del país, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), en la identificación de soluciones prometedoras de residuo cero y en la implementación de acciones demostrativas en pymes agrarias y de la industria agroalimentaria. La iniciativa, que, dentro de su clara vocación internacional, agrega a escala mediterránea los clusters agroalimentarios más influyentes, cuenta con la participación de diez entidades, de las que nueve representan a las cadenas agroalimentarias de la horticultura en España, de la leche en Italia y de la carne en Francia, a las que se suma la Universidad de Sarajevo (Bosnia y Herzegovina) para transferir la metodología y los resultados en este territorio.