A finales del mes de junio Foro Agrario organizó, junto a la Fundación Antama, un desayuno de trabajo sobre el cultivo de variedades modificadas genéticamente (MG) en Brasil, segunda potencia mundial en este sector, con el objetivo de ejemplificar la situación brasileña a los asistentes españoles (expertos y representación del mundo empresarial, la Administración Pública y la Universidad). En esta jornada de trabajo, Flavio Finardi, ex presidente de la CTNBio (Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad de Brasil), expuso los diferentes puntos por los que pasa un cultivo MG en su país (desde el momento que es un boceto de propuesta, hasta que es comercializado), así como las ventajas que comporta el uso de los cultivos transgénicos en general.
Los próximos desafíos a los que se va a enfrentar la agricultura, si se pretende aumentar la productividad agrícola, hacen necesario que se tomen en cuenta vías como los avances en la biotecnología con organismos modificados genéticamente (OMGs). Una de sus ventajas es que no requieren un aumento considerable de la superficie de cultivo, además de necesitar menos insecticidas y herbicidas por ser resistentes a diversas plagas o enfermedades. Países como Brasil han experimentado un despegue en este tipo de cultivos en pocos años, debido en gran parte a la estructura que tiene su proceso de aprobación e implantación del cultivo en su territorio.
Durante el desayuno de trabajo, Flavio Finardi (de pie), ex presidente de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad de Brasil (CTNBio), explicó a los asistentes los puntos más relevantes del proceso de aprobación de los cultivos MG.
En este contexto, la jornada de trabajo, celebrada el pasado 23 de junio en Madrid, comenzó con unas breves palabras de bienvenida de Félix López, gerente Foro Agrario, una fundación dedicada al análisis y divulgación de los aspectos más relevantes para el sector agrícola, que se vale en gran medida de su Observatorio de Biotecnología para realizar análisis exhaustivos de asuntos agrícolas en materia de genética, como fue en su día el caso del maíz Bt. En su intervención, Martín Fernández, coordinador del Observatorio, ratificó la necesidad de estos encuentros de carácter técnico, así como el papel del Observatorio, «esencial para una concebir una agricultura sostenible y, por ello, según los adelantos que puede transmitirnos un país como Brasil, pueden servir de ejemplo a España».
Brasil, segunda potencia mundial en cultivos MG
La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad de Brasil (CTNBio) no sólo es responsable de la evaluación de seguridad de los OMGs vegetales, sino también los utilizados para biocombustibles, en producción de sustancias químicas y los empleados para sanidad animal y humana.
Como explicó Flavio Finardi, ex presidente de CTNBio, la producción de cultivos OMGs, asentada sobre las bases de una agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente, pasa por un proceso previo de liberación, seguido de una aprobación para su producción y posterior comercialización. La forma de aprobar un nuevo OMG en Brasil ha sido impuesta recientemente, debido a un cambio de la ley en vigor sobre asuntos de biotecnología nacional. Dada la importancia de estos cultivos, que convierten a Brasil en la segunda potencia mundial en biotecnología agraria (con el 23% del mercado mundial en productos agrobiotecnológicos), el sistema cuenta con cuatro órganos reguladores, los cuales hacen que en la actualidad el proceso de aprobación de un nuevo OMG sea «mucho más rápido que en otros países», sin dejar de ser más exigente y exhaustivo en comparación con un cultivo tradicional.
Proceso de aprobación de un nuevo evento
En primer lugar, desde que se idea un nuevo OMG tras superar una serie de ensayos previos (dependiendo del organismo, el proceso se puede alargar hasta ocho años), el CIBio (Comisión Interna de Bioseguridad) se encarga de elaborar la propuesta del nuevo producto.
Con más de un 36% de su superficie agraria dedicada al cultivo de OMGs, Brasil copa el 23% del mercado mundial de productos agrobiotecnológicos, situándose como el segundo país de este ranking.
El documento pasa por un proceso que puede durar de seis meses a dos años para ser confirmado por el CTNBio (encargado de valorar los posibles riesgos del nuevo OMG), donde se celebran reuniones abiertas al público, enfocadas a mantener la máxima transparencia posible. En caso de no ser aprobado (el tiempo de decisión es de tres meses), pasa de nuevo a la comisión para la revisión, pero si es aceptado, es el Consejo Nacional de Bioseguridad (CNBS) el que se encarga de la evaluación de los aspectos socioeconómicos e intereses nacionales del nuevo OMG. Tras el plazo máximo de un mes, la propuesta es registrada y derivada al control por parte de las agencias de inspección de las áreas específicas que le competan, a modo de seguimiento: el Ministerio de Agricultura brasileño (Mapa), el Instituto brasileño de Medio Ambiente y Energías Renovables (Ibama) y la Agencia brasileña de Vigilancia de la Salud (Anvisa).
El proceso de aprobación brasileño es un proceso regular y corto, donde existe una petición inicial (con un dossier descriptivo, campos de ensayos e importación de semillas), un informe detallado de los campos de ensayos (con todos los parámetros agronómicos e impactos ambientales) y una petición final (donde se dará el visto bueno comercial).
Coexistencia con cultivos convencionales
En el análisis comparativo del proceso, Finardi reiteró que se estudia caso por caso cada OMG, buscando la seguridad de las especies involucradas, así como la especificación de los posibles anti-nutrientes, tóxicos y/o componentes alérgicos. También se realiza un análisis para ver su composición, comparando la especie MG con una convencional, incluyendo el análisis de sus genes (secuencias, número de copias insertadas, características moleculares, etc.) entre otras cuestiones.
CTNBio ha establecido unas normas de coexistencia entre los cultivos de maíz transgénico y los convencionales y en algunos casos, sí que se han establecido restricciones, como por ejemplo el de la especie de algodón Gossypium hirsutum MG, al comprobarse que interactuaba con otros cultivares de las zonas del noreste brasileño, Amazonia y el Estado de Tocantins (como por ejemplo G. barbadense o G. mustelinum).
Para el análisis de los riesgos de introducir una nueva especie MG, una de las claves para el ex presidente del CTNBio es la existencia de una agencia específica para la evaluación de los OMG, con la que se consiga acortar el tiempo de decisión a la hora de evaluar los parámetros en los que influye el transgénico (de noventa días de Brasil frente a los ocho meses en Australia). En la mayoría de los casos, como ocurre en Europa, a pesar de haber sido aprobado por las comisiones científicas, los procesos de aprobación son extremadamente largos por motivos «meramente políticos», comentó Finardi.
Repercusión económica
Mundialmente, los cultivos MG más aceptados son la soja (81%), el algodón (81%), el maíz (35%) y la colza (30%). En nuestro caso, las importaciones europeas de soja son necesarias, ya que la producción interna no llega a cubrir ni un 7% de la demanda. En la actualidad, Brasil es uno de los principales países con más hectáreas cultivadas con cultivos MG (36,6%), tras Estados Unidos (69,5%). Argentina (23,9%), Canadá (11,6%) e India (10,8%), les siguen no tan de cerca. Gracias a la alta implantación de cultivos MG, a Brasil es autosuficiente, siendo capaz no solo de satisfacer su demanda interna sino de incluso exportar a terceros países.
En muchos casos, el cultivo de los OMGs brasileños es una alternativa comúnmente aceptada en Brasil, ya que los problemas que posee en cuanto a malas hierbas, enfermedades e insectos, son solventados con estas variedades biotecnológicas tolerantes a herbicidas, resistentes a insectos y eficaces contra virus, como el del mosaico. A día de hoy son 37 los cultivos MG están aprobados y cultivados en Brasil, si bien Finardi destacó el hecho de que en determinados países que un producto sea aprobado no significa que se cultive, como por ejemplo en Japón, que constituye una verdadera excepción con 189 OMGs aprobados pero ninguna hectárea cultivada.
Para el ex presidente de la CTNBio es relevante el impacto socioeconómico de la productividad agrícola de estos cultivos sobre el país. En Brasil, el margen bruto de beneficio, en €/ha, ascendió considerablemente con el cultivo de organismos modificados genéticamente. Por ejemplo, con el maíz transgénico desde 2008 hasta 2012 han descendido los costes del cultivo (de 41,08 hasta 13,35 €/ha) mientras que aumentaba el impacto de la agricultura en la economía nacional (pasado de generar 70,5 a 730 millones de euros), al incrementarse la productividad, sin aumentar considerablemente el número de hectáreas cultivadas.