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El riego deficitario controlado en olivar y almendro en la provincia de Córdoba

El riego deficitario controlado en olivar y almendro en la provincia de Córdoba

La finca La Reina, propiedad de los hermanos Antonio y José Millán Tarradas, se encuentra ubicada en la campiña de Córdoba. Con una superficie total de 650 ha, tradicionalmente se ha dedicado a la típica alternancia de cultivos de cereal y girasol al igual que la mayoría de las fincas de secano de las campiña cordobesa. En el año 1996, se acometió la plantación progresiva de olivar en diferentes parcelas, como alternancia a los cultivos tradicionales, con el fin de diversificar las producciones. Asimismo, tras solicitar concesiones de riego a la CHG en base a peticiones anteriores para cultivos herbáceos y dado que las máximas dotaciones para la zona se establecían en volúmenes de 1.500 m³/ha, a todas luces insuficientes para el desarrollo de otro tipo de cultivos, se procedió a la implantación de riego por goteo del olivar.

 

Historia de la transformación de cultivos y puesta en riego

Tras una concesión inicial de aguas invernales, unida a la legalización de dos pozos existentes en la finca, se procedió en el año 1997 a la implantación del riego por goteo. Progresivamente y tras la resolución de nuevas concesiones solicitadas en el año 1986, se desarrolló la totalidad de la plantación en este sistema. En la actualidad, son 91 las hectáreas plantadas de olivar en explotación.

Dicha plantación se desarrolló en diferentes fases y a lo largo de varios años.

 

Escalonamiento de la producción mediante diferentes cultivos y variedades

Cuatro son las variedades de olivar cultivadas en la finca. Inicialmente se plantaron 32 ha de la variedad Arbequina, a marco de 7×7 m (204 árboles/ha). En años sucesivos, se continuó plantando otras parcelas de la finca, también con la variedad Arbequina (4 ha) y Picual (17 ha). Esta última variedad es típica de la zona que nos ocupa.

Todas estas variedades, para molturación, se ampliaron posteriormente con variedades de aptitud mixta, Manzanilla (11 ha) y Hojiblanca (27 ha), destinadas principalmente a su consumo en verde. Dada las características del terreno, zonas de peor calidad de suelo, se decide estrechar el marco de plantación (7×3,5 y 8×4), siguiendo el criterio de «a peor suelo, mayor número de árboles por hectárea», con objeto de conseguir un volumen de copa por hectárea adecuado. Nuevamente, y con este planteamiento, se consigue diversificar el producto final.

En el año 2006, los Hermanos Millán recopilaron información sobre el cultivo del Almendro, como otra opción alternativa al olivar. En los años 2007 y 2008, se acomete la plantación de 26 ha de almendros cada año. Apoyados en los escasos estudios y ensayos de variedades de almendro adaptadas a esta zona, seleccionaron tres variedades (Guara, Marta y Lauranne) de floración tardía, autofértiles y autocompatibles. Posteriormente, en 2012 y 2014, se amplió la plantación con la variedad Belona, hasta un total de 60 ha.

Plantación de almendro que, intentando seguir el modelo californiano, cuenta con grandes volúmenes de copa.

El momento de recolección de las diferentes variedades de olivar según su aptitud, no coincidente el tiempo y tampoco coincide con la recolección de la almendra, que se termina antes de iniciar la de olivar, lo que permite el empleo escalonado del personal y maquinaria de recolección propio de la finca.

De esta manera, a mediados del mes de agosto, comienza la recolección de la almendra, y generalmente cuando ésta finaliza, empieza la aceituna de verdeo, seguida de la del olivar de almazara. Así, vibradores, cargadoras, limpiadoras y medios de transporte interno y externo de la finca, se emplean ininterrumpida y escalonadamente.

El manejo de los dos cultivos mantiene una gran similitud a lo largo de la campaña, por ello tanto la maquinaria de aplicación de productos fitosanitarios (atomizadores para el tratamiento foliar y barras aplicadoras de herbicidas para el mantenimiento del suelo) como la maquinaria de poda y trituración del ramón resultante, vuelven nuevamente a complementarse.
Los conocimientos sobre este tipo de intervenciones en el olivar, están ampliamente estudiadas y experimentadas en la zona. De hecho, la finca colabora con el IFAPA de Córdoba, habiéndose desarrollado en ella diferentes ensayos de manejo del cultivo (Dosis de abonado en Fertirrigación, productos de abcisión, agentes humectantes en el agua de riego, tratamientos con bioestimulantes, programas de riego deficitario etc).

No es así en el caso del almendro, por lo que al ser pioneros en éste cultivo en las condiciones edafológicas y climáticas de la campiña cordobesa, ha habido que recurrir a experiencias particulares en la propia finca, en algunos casos acertadas y en otros no tanto. Tomando como base las publicaciones de los centros experimentales (IFAPA de Andalucía, IRTA de Cataluña y CEBAS de Murcia), se han intentado aplicar las directrices de cultivo, ampliadas en su caso con los contactos técnicos y de desarrollo del cultivo de las extensas plantaciones de California (mayor productor mundial de almendra).

 

Gestionar la baja dotación de agua mediante programas de riego deficitario controlado

Las bajas dotaciones de agua disponible, tanto para el olivar como para el almendro, han llevado a los propietarios a adoptar los programas de riego deficitario controlado. Por ello, en el olivar se gestiona la aportación anual del agua de riego, manejando las reservas acumuladas durante el invierno mediante la escasa pluviometría de la zona (450 mm/m²por año y de media) y proporcionando una cantidad de agua importante en primavera con el objeto de aumentar las reservas de agua, efectuándose un recorte de dichas aportaciones durante el periodo comprendido entre el 15 de lulio y 15 de agosto, sin llegar a provocar un exceso de estrés hídrico en las plantas, para nuevamente y después de este periodo completar el resto de la dotación en el resto de la campaña de riegos y hasta aproximadamente 10 a 15 días antes de la recolección.

Detalle de la línea de riego en la plantación de olivar.

Con ello, se consigue gestionar adecuadamente los recursos hídricos, si bien no se llega a alcanzar el cien por cien de la capacidad productiva del olivar si se tuvieran mayores dotaciones de agua.

En el caso del almendro, se están desarrollando diferentes estrategias de riego, aun sin obtener conclusiones muy significativas, aunque se ha podido comprobar que este cultivo tiene unas necesidades mucho mayores que el olivo si se quiere obtener producciones elevadas. Debido a la bondad de precios de la almendra en los últimos años, aun con las producciones obtenidas (1.520 Kg de pepita/ha), el cultivo supera con creces la rentabilidad media del olivar.

La disposición del riego subterráneo, la incorporación de los restos de poda al suelo, las podas de aclareo, el mantenimiento de suelos en no laboreo con cubiertas vegetales controladas y el manejo de volúmenes de copa óptimos en el olivar, se están intentando extrapolar al cultivo del almendro, si bien se aprecia que en este caso y siguiendo el patrón del cultivo americano (8.000 m³/ha), los recursos hídricos de que se disponen son a todas luces insuficientes para obtener producciones similares.

 

Abonados a demanda

También son bien conocidas las necesidades de fertilización en el caso del olivar. Para su desarrollo, anualmente y a principios de la campaña, se realizan mediciones de volúmenes y superficies de copa, calculándose así la capacidad productiva de la plantación y en base a ello se aplican las unidades fertilizantes requeridas. Así mismo, la aplicación de cada uno de los nutrientes se efectúa a demanda y según el estado fenológico de la planta. Ello se consigue vía fertirrigación con el empleo de soluciones nutritivas de diferente porcentaje de nutrientes (solución N32 , 12-4-6, 6-4-10 y 3-4-12 a lo largo de toda la campaña).

En general y cosecha media, se aplican entre 110 y 130 UF de nitrógeno, 25 a 40 UF de fósforo y de 140 a 150 UF de potasio por hectárea.

Las aportaciones foliares de nitrógeno, potasio y microelementos se realizan como complemento, aprovechando los tratamientos fitosanitarios, realizados fundamentalmente con fungicidas.

Detalle del fruto del almendro.

Dotaciones muy similares se están empleando en la nutrición de los almendros, pero en este caso, se aplica una alta dosis de riego y abonado nitrogenado en post-recolección, con objeto de proporcionar al árbol importantes reservas de este elemento que acumulará en la madera y estará disponible para la planta en el momento de la brotación de yemas y floración.

Las aguas de riego se analizan periódicamente todas las campañas, fundamentalmente para determinación de nitritos (que permitirán reducir la dosis de abono nitrogenado), de conductividad y de pH. Estos dos últimos factores condicionarán el ritmo de inyección de los abonos y la reacción química de éstos, con el fin de no salinizar las aguas y evitar obturaciones en los emisores de riego.

 

El manejo sanitario de las plantaciones

El repilo y la tuberculosis son las enfermedades que afectan fundamentalmente al olivar. Los tratamientos periódicos preventivos con productos cúpricos y en algunos años mediante el empleo de productos sistémicos son la base de las intervenciones. Para el control de plagas, periódicamente se chequean las diferentes parcelas mediante el empleo de trampas con atrayentes y feromonas encaminadas a determinar el umbral de tratamiento, no efectuándose si éste no se supera. Fundamentalmente se chequean los niveles de poblaciones de prays, mosca del olivo y Euzophera.

En el caso del almendro, las enfermedades fúngicas tienen una importancia elevada, siendo necesarias al menos 5 o 6 intervenciones durante todo el ciclo anual del cultivo. Moniliosis, cribado, mancha ocre y antracnosis son las más observadas, todas con una importancia elevada. Las plagas ocasionadas por pulgón, anarsia y araña, se chequean así mismo con alta periodicidad.

Siempre se respetan los productos que tienen registro para cada uno de los cultivos, si bien es de hacer notar que en el caso del almendro se dispone de un abanico muy reducido de fitosanitarios autorizados.

 

El futuro

Tras la visita a la finca y conversación personal con los propietarios, éstos manifiestan su deseo de seguir buscando nuevas alternativas de cultivo. Si bien, la mayor extensión de la finca seguirá dedicándose a la vocación cerealística típica de la zona, se piensan introducir en los años próximos ensayos de plantaciones de aloe vera y granados, con objeto de ampliar y diversificar cultivos.