El jueves 15 de diciembre tuvo lugar en la sede de la Fundación Foro Agrario la primera de una serie de jornadas patrocinadas por la Fundación Antama que se encargarán de analizar las últimas experiencias, tendencias y avances en drones, robótica y biotecnología aplicados a la agricultura, ya que estos pueden mejorar el control de los procesos productivos, haciéndolos más eficientes y seguros, así como mejorar la calidad de vida de los propios agricultores y trabajadores del sector.

El encargado de abrir la jornada ha sido José Abellán, presidente de Foro Agrario, quien ha recalcado la importancia de dar a conocer a la sociedad la contribución de las nuevas tecnologías a la agricultura y a la economía, así como luchar contra paradigmas erróneos como la concepción de los transgénicos que tienen los ciudadanos.

La primera ponencia, ‘Últimos avances tecnológicos aplicados a la consecución de una agricultura más eficiente y respetuosa con el medio ambiente’, ha estado a cargo de Alfonso García-Ferrer, catedrático de la Escuela T.S. de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba.

Según García-Ferrer, las ventajas de estos avances tecnológicos se encuentran en los costes de producción pero, sobre todo, en la resolución espacial y temporal. En cuanto a los inconvenientes, el primero es el relativo a la legislación, ya que no se permite volar fuera de la línea directa de vista, lo que permite sobrevolar tan solo unas 80 ha. Junto a ello se sitúan los costes de algunos equipos, así como la autonomía y las baterías que duren poco y la calibración de los sensores.

Gracias al uso de drones y sensores en la agricultura pueden conocerse datos del cultivo que ayuden a la toma de decisiones tales como el estrés de las plantas, el índice de vegetación o la localización y tratamiento diferencial de malas hierbas, así como pueden confeccionarse mapas de cosecha que permitan adoptar correcciones en acciones posteriores.

El análisis estructurado de las causas que provocan esas diferencias es el objetivo de técnicos e investigadores para dirigir las decisiones de manejo hacia un óptimo económico y medioambiental.

Organizar los datos de la agricultura de precisión

La segunda ponencia ha estado a cargo de Julián Rioja, responsable de producto y analista de negocios para Topcon Positioning Spain, bajo el título ‘Sensores para la agricultura de precisión’. Rioja ha explicado que la agricultura de precisión se apoya en un sistema de posicionamiento global (GNSS), sensores, satélites e imágenes aéreas y sistemas de información georeferenciada (SIG).

Específicamente, en cuanto a sensores, existen varias modalidades. La primera a la que se ha referido Rioja son los sensores remotos NDVI, que pueden estar embarcados en el tractor, ser satélites geoestacionarios o drones. En cuanto a satélites embarcados, Topcon cuenta con el llamado Crosper, un láser óptico que emite una luz y en función del verde de la clorofila le dice al agricultor lo que tiene que tratar en el momento.

Además, existen sensores de campo que miden ciertas magnitudes en determinados puntos de la parcela, como suelo, ambiente (a través de una estación meteorológica), salud de la planta o riego.

Toda la información que producen estos sensores luego debe ser procesada para que el agricultor la entienda. Según afirma Julián Rioja, el reto actual de la agricultura se centra, no en seguir avanzando tecnológicamente, sino en coordinar todos estos avances, y eso se realiza a través del Internet de las cosas y que todos los implementos agrícolas tengan el mismo protocolo de comunicación.

Antonio Barrientos, director del Grupo de Robótica de UPM-CSIC, habló sobre la robótica aplicada a la agricultura.

Antonio Barrientos, director del Grupo de Robótica de UPM-CSIC, habló sobre la robótica aplicada a la agricultura. De esta manera, especificó que existen cinco tipos de robots agrícolas: los especializados para resolver un problema concreto, los multipropósito, los adaptados, la maquinaria agrícola robotizada y la robótica aérea.

Barrientos participó en el proyecto RHEA, Robot Fleet for Highly Efficient Agriculture and Forestry Management, un sistema integrado de robot aéreo y tractor automatizado. Gracias a las imágenes tomadas por los robots aéreos se compone el mapa para identificar y localizar la maleza, identificando así los rodales y georreferenciándolos. Esta información sirve de entrada a los robots terrestres que realizan la acción adecuada.

Aunque según Barrientos el progreso del proyecto fue “excelente”, “no acaba de conseguirse darle una utilidad real. No conseguimos pasar a la siguiente fase porque no se aprovechan los resultados”. Para el director del Grupo de Robótica de UPM-CSIC, lo complicado en este momento no es el acceso a la tecnología, sino gestionar todos los datos que esta tecnología genera.

Cerró la ronda de ponencias Soledad de Juan Arechederra, directora de la Fundación Antama, hablando sobre ‘Beneficios de los 18 años de maíz Bt, un caso de éxito’. Desde que se implantase el uso de cultivos modificados genéticamente, su porcentaje de aceptación ha sido del 36%.

De Juan Arechederra apuntó que los beneficios que reportan este tipo de cultivos no son sólo económicos o productivos, sino también ambientales, puesto que permite optimizar los tratamientos fitosanitarios, así como ahorrar agua.

Alfonso García-Ferrer, José Abellán, Soledad de Juan y Antonio Barrientos durante el debate.

“La modificación de cualquier semilla también es agricultura de precisión”, afirmó la directora de Antama. Desde su punto de vista, todos los beneficios que puedan obtener agricultores y ganaderos son beneficios para todos. Además, para ella, el problema en este tipo de innovaciones se encuentra en la legislación. “La tecnología y la innovación avanza más rápido que la legislación”, apuntó.

“La modificación de cualquier semilla también es agricultura de precisión”, afirmó la directora de Antama. Desde su punto de vista, todos los beneficios que puedan obtener agricultores y ganaderos son beneficios para todos. Además, para ella, el problema en este tipo de innovaciones se encuentra en la legislación. “La tecnología y la innovación avanza más rápido que la legislación”, apuntó.

Tras la ronda de ponencias, tuvo lugar una mesa redonda en la que todos los asistentes pudieron debatir temas como la percepción de la agricultura por parte de la sociedad, que ve el ámbito rural como un mundo atrasado generalmente, ya que la tecnología que hay detrás de este trabajo pasa desapercibida para la gente. Por tanto, el camino a seguir en este ámbito es el educacional.