Hace cuarenta años nació Nufri, una empresa leridana especializada en el sector hortofrutícola que tiene como filosofía la apuesta por la investigación y la innovación. En 2008 empezaron a preparar la que sería la finca más grande de Europa dedicada al cultivo de la manzana, según su director técnico, situada en Soria, a cuatro kilómetros de la localidad de El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz, donde se cultiva la manzana Livinda.
Por Carmen Sánchez. Periodista.
“La idea de la empresa era producir manzana con unas características distintas a la que se hace en España, ya que el 50 % de la manzana que consuminos en España viene de fuera. Así nace la marca Livinda, para competir contra esa manzana del norte de Europa”, explica Juan Carlos Miranda, director técnico de la explotación.
La extensión total de la finca es de 1054 ha, de las cuales 640 están en la actualidad ocupadas por el cultivo de manzano, y dentro de dos años esperan que se amplíen a 750 ha. El cultivo se divide en “5 unidades de 150 ha, divididas a su vez en 10 unidades de 15 ha”, define Miranda, quien ha sido el encargado de trazar estas divisiones con el fin de mantener la plantación totalmente controlada y que no se escape ni un detalle.
El marco de plantación ronda entre los 3.000 y los 3.500 árboles por ha de diversas variedades. Empezaron con Golden, Royal Gala, en sus clones más modernos, pero ahora cultivan Fuji, Envy y Evelina, que se cultivan con el sello de garantía de Tierra de Sabor.
Estas variedades se cultivan a casi 900 metros de altitud en una finca de suelo arenoso, rodeada por el río Duero en el sur y el río Ucero en el este. Ambos ríos abastecen el canal La Rasa, desde donde se obtiene el agua que surte a la explotación a través de un sistema de riego por goteo y aspersión que “crea un ambiente más húmedo para que el árbol no tenga estrés”, cuenta Miranda.
Temperaturas extremas para un producto de calidad
Quizás uno de los puntos más a favor de la finca de Nufri para conseguir una producción de calidad sea la temperatura que se da en la zona. El clima tiene un fuerte contraste entre el día y la noche, oscilando desde los 20 y los 0ºC, dependiendo del momento del día. En época de floración, las mínimas se sitúan en los -2ºC, temperatura que puede repetirse en la recolección. Durante el día, en la zona se experimentan unos 25 ºC, que por las noches descienden hasta producirse suaves heladas.
Además, en esta zona las heladas son muy comunes y se extienden también durante el verano, a excepción del mes de julio. Por ello, a lo largo de la finca hay instaladas unas 100 torres ventiladoras que en los momentos más críticos se ponen en marcha para evitar estas heladas.
De esta manera, gracias a que los cultivos tienen buena humedad y temperatura, la producción de Nufri da lugar a “una manzana con mucha dureza, azúcar, un toque de acidez y mucho color”, dice Miranda. El tamaño de la fruta depende según la variedad de que se trate. “Podemos tener Galas de 75 mm y Golden y Fuji de 80, pero el tamaño es muy característico de la variedad”, explica. Toda la finca, además, está cubierta con malla antigranizo para evitar que la fruta pueda ser dañada.
En cuanto al fertilizante, se abona “con estiércol de oveja antes y después de plantar”, afirma el director de la explotación. Además, se hacen estudios estadísticos en los árboles para ver cuánta fruta puede dar cada uno y seleccionar los mejores frutos. Los que no pasan esta criba, se tiran al suelo y se dejan ahí para que se descompongan y pasen a formar parte del mismo como materia orgánica.
Plagas no instaladas en la zona
Según cuenta Miranda, al ser un cultivo que no se da en la zona, las plagas que pueden afectar al manzano no están instaladas en su explotación. No obstante, en la finca La Rasa, si aparecen, suelen combatirlas mediante la técnica de confusión sexual, consistente en la liberación de la misma feromona que segrega la hembra para atraer a los machos. De esta manera, al encontrarse en un ambiente saturado de dicha feromona, los machos son incapaces de orientarse y encontrar a las hembras, por lo que no hay perpetuidad de la especie en el cultivo.
Además, tienen 250 puntos de monitoreo a lo largo de la finca que les permiten medir el umbral de la plaga. “Si este umbral se mantiene en términos aceptables, no hacemos ningún tratamiento, pero si aumenta, optamos por una captura masiva de la plaga en cuestión”, explica.
En Nufri se han inclinado por dejar una cubierta vegetal entre calles, a excepción de la zona lineal, donde se encuentran los tubos del riego, que tiene que permanecer limpia, y donde además anidan los fitoseidos, depredadores de otros insectos. Para mantener esta cubierta vegetal “a raya”, en esta explotación usan glufosinato amónico.
Todas estas acciones responden a la necesidad de Nufri de trabajar la agricultura de la forma más sostenible posible. Realizan producción integrada en toda la explotación, incluyendo el viñedo.
Recolección, conservación y comercialización desde la misma finca
La recolección se lleva a cabo de forma manual. Las manzanas se cosechan y se guardan en cajones de 300 kg, desde donde van a la central, situada en la misma finca, y se procede a su conservación hasta un tiempo máximo de ocho o nueve meses, se empaqueta y, desde ahí, va directamente al mercado.
La producción media de la explotación, hasta el momento, cuando cuentan con más de dos millones de árboles, ronda las 20.000 toneladas anuales de materia prima. De esta manera, y gracias a las tecnologías de refrigeración, conservación y almacenamiento que usan, Nufri puede llegar a su objetivo de ofrecer al cliente fruta fresca durante todo el año, así como productos transformados tales como concentrados, zumos o cremogenados.
Con estos productos, su comercio se ha abierto a los cinco continentes, vendiendo a más de cuarenta países. Asimismo, además de manzanos, también cuentan con 54 ha de viñedo, suscrito a la Denominación de Origen Ribera del Duero. “Es el viñedo más al este de la Denominación de Origen y el que se encuentra a más altitud”, matiza Miranda.
Estudios e innovación
Una de las premisas sobre las que se sostiene Nufri es una clara apuesta por la investigación y la innovación, y precisamente por eso colaboran con centros de investigación como el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de Cataluña (IRTA). Junto con el IRTA ha realizado colaboraciones para estudiar campos de la arboricultura como tratamientos de calcio, abonados o productos de aclareo. “Además, algunas empresas privadas también nos contactan para probar con nosotros sus nuevos productos”, añade el técnico.
Para todo ello, cuentan con parcelas de ensayo donde poco a poco han ido probando hasta 100 variedades distintas de manzano para ver cuáles se adaptaban mejor al terreno y en qué condiciones. Tras dos o tres años de prueba, las variedades que funcionan sobre el terreno pasan a formar parte del total de la explotación.
A estas pruebas también se les ha unido las de otras especies de árboles frutales, como son el peral y el cerezo, que todavía están en fase de prueba para ver cómo se desarrollan en una zona donde no están implantadas. Con esto, Nufri lleva a cabo su filosofía de trabajo sobre el desarrollo de proyectos y el impulso de la investigación y la innovación en el campo a la vez que esperan seguir creciendo para poder hacer llegar sus manzanas Livinda al mayor número de consumidores.