Que regar supone un coste cada vez más importante en una explotación es un hecho que nadie puede negar. Según Fenacore, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes, en los últimos diez años los precios de la energía en regadío se han incrementado un 100%, lo que supone un problema considerable para los agricultores de este sector.
Sin embargo, no es un problema que se ciñe sólo a España. Por ello, la empresa holandesa aQysta ha puesto en marcha el proyecto piloto de una bomba de riego hidro-propulsada, a la que han bautizado como Barsha, que ahora ha llegado a España por primera vez, concretamente al Ecocortijo San Rafael, en Villanueva de la Reina (Jaén).
Tal como cuenta Pratap Thapa, cofundador y director de aQysta, la idea nació en Nepal, en la finca de sus padres, situada cerca de un río del cual no podían conducir el agua hasta sus cultivos debido a los grandes gastos de las bombas diesel que, además, producían mucha contaminación.
Fue entonces cuando desde la Universidad Técnica de Delft (Holanda,) donde realizaba sus estudios de Máster, Thapa y otros trece compañeros fundaron la empresa que ha puesto en marcha Barsha, basada en un principio de hidropropulsión antiguo pero con materiales mejorados, buscando la rentabilidad económica a la par que la sostenibilidad. Así, en 2014 recibieron el premio a la “startup verde” más innovadora por parte de Climate-KIC.
De momento, la empresa ha conseguido instalar 36 bombas en cinco países distintos: Nepal, Indonesia, Turquía, Zambia y, ahora, en España, donde la propia aQysta ha financiado el proyecto para ver cómo funciona en este terreno.
La filosofía con la que trabaja la bomba hidro-propulsada no es otra que la de las norias de los molinos de agua. La bomba se sitúa en un canal, una acequia o un río y, aprovechando el caudal hídrico, genera energía y bombea el agua desde estos surtidores al sistema de riego que haya instalado en la finca.
Tecnología sencilla que aporta confort al agricultor
En concreto, la que han instalado en el Ecocortijo San Rafael, está situada en una acequia de 0,6 metros de profundidad y un caudal de 300 litros/segundo. Con la bomba Barsha que han instalado, el ecocortijo riega actualmente 2 sectores de un total de 70 olivos, que esperan que sean 250 con la sectorización adecuada.
“Es un sistema muy fácil de acoplar”, cuenta Javier de la Brena, gerente del ecocortijo. El peso total de la bomba es de 90 kilos, lo que la hace portable entre cuatro personas y la instalación y acople al goteo se ha completado en dos días sin utilización de maquinaria.
Tras su instalación y puesta en marcha, la bomba funciona todo el día. “Para el agricultor es muy cómodo, porque sabes que funciona las 24 horas del día, los 365 días del año, y no tienes que preocuparte porque haya suministro energético de ningún tipo”, afirma De la Berna. Además del sistema de riego por goteo, en un futuro también se probará en aspersión.
Dependiendo de la altura a la que se encuentre la bomba –puede elevarse hasta 20 metros-, se necesita menos presión de bombeo y puede llegar a bombear hasta 0,5 l/segundo, lo que se traduce en unos 40.000 litros diarios.
Combinar bombas para más potencia
Desde aQysta están trabajando en mejoras para que la bomba pueda abastecer de agua a una mayor extensión de cultivos y llegar a satisfacer las necesidades hídricas de comunidades de regantes enteras.
Entre estas mejoras se encuentran implementar más espirales al diseño. “El diseño actual está compuesto por dos espirales que toman la fuerza del agua, pero en futuras optimizaciones se podrán implementar seis y hasta ocho espirales en la máquina”, explica Jaime Michavila, responsable de Ingeniería e I+D de aQysta.
También están haciendo pruebas combinando bombas. En Nepal ya han colocado dos bombas con una separación de 20 metros entre ellas en el mismo caudal que consiguen bombear hasta 80.000 litros de agua al día.
Coste amortizable en diez años
El precio de la bomba, en estos momentos, se sitúa en los 2.000 euros. Si bien es cierto que el coste puede resultar más elevado que el de otras bombas que funcionen con diesel o eléctrica, se compensa con el cero coste de energía acumulada y el bajo coste de mantenimiento.
De esta manera, en una estimación que la empresa ha realizado del coste por ha en diez años de los distintos sistemas energéticos para el riego, la bomba de aQysta se sitúa como el sistema más rentable. Teniendo en cuenta los parámetros del coste capital por ha, el coste por energía acumulado y el coste de mantenimiento acumulado en este periodo de diez años, una bomba diesel supondría un gasto de más de 20.000 €/ha en este tiempo, donde el mayor gasto lo supone la energía acumulada.
En cuanto a una bomba eléctrica, el coste capital por ha es semejante al de Barsha, pero el coste de energía y mantenimiento acumulados eleva el coste a unos 1.800 €/ha. Con energía solar, el coste capital ronda los 1.000 €/ha, que se elevan con el coste de mantenimiento a los 1.300 euros. La solución de aQysta, estima un coste por hectárea en esos 10 años de 1.000 €.
No produce emisiones de CO2 al no necesitar de combustibles fósiles para funcionar, al igual que el ahorro energético es total porque no precisa de energía, pudiendo ahorrar entre 140 y 240 euros/ha al año. Asimismo, los costes de operación son prácticamente cero, al tener una exigencia de mantenimiento muy baja, y una vida útil de diez años. Con todo esto, Barsha se presenta como una alternativa rentable y sostenible a las tecnologías tradicionales de riego.