El CITA junto a otros centros españoles de investigación logra una patente internacional que ha sido adquirida por una empresa colombiana que está cultivando el producto en Luesia (Zaragoza).
Un trabajo realizado por el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), junto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad de Zaragoza y la Universidad de La Laguna, ha desembocado en el registro de la variedad vegetal de Ajenjo, Artemisia absinthium L., Candial y en la patente internacional de producción de bioplaguicidas basados en extractos naturales del Ajenjo, frente a insectos plaga, hongos fitopatógenos y nematodos fitoparásitos.
Este 10 de mayo se presentó a la prensa este proyecto piloto. El director del CITA, José Antonio Domínguez, destacó su potencial para la zona y para el desarrollo de otros plaguicidas a raíz de cultivos de plantas de secano que se encuentran en nuestro territorio. Domínguez ha hecho hincapié en definir este proyecto como “una realidad” y un “ejemplo de bioindustria”.
La empresa colombiana Ecoflora ha obtenido la licitación de la obtención vegetal (variedad Candial de Ajenjo) y de la patente de producción de bioplaguicidas para su comercialización internacional.
El proceso incluye la producción controlada en campo de la variedad Candial de Ajenjo, la obtención de distintos extractos y su caracterización química y biológica.
Los aceites y extractos obtenidos se pueden utilizar para la formulación de bioplaguicidas por sí solos, o combinándolos con otros componentes activos naturales para el control de plagas en agricultura ecológica y convencional.
La variedad Candial de Artemisia absinthium L. representa un nuevo cultivo de alto valor añadido. Es una alternativa a los cultivos tradicionales de zonas de regadío a 300-500 metros de altitud, con menor requerimiento hídrico respecto a cultivos como el maíz o la alfalfa.
Estos datos han sido avalados gracias al estudio experimental llevado a cabo en la Comarca de las Cinco Villas (Zaragoza). En Luesia, el pasado año, se plantó la variedad Candial en dos hectáreas de secano, con una pluviometría de unos 700 mm anual y una altitud de 800-900 metros, una zona óptima por las características agroclimáticas y la abundante flora autóctona de la planta.
Los resultados obtenidos demuestran que se trata de una alternativa a los cultivos tradicionales y una fuente de negocio por su rentabilidad, y la posibilidad de transformar la materia prima en la propia zona para la obtención de los aceites esenciales necesarios para la formulación de bliopaguicidas. Todo un ejemplo de cómo la investigación puede crear oportunidades para fomentar el empleo en el territorio aragonés.