Arboleas, un pequeño pueblo almeriense con menos de 5.000 habitantes en medio del valle del Almanzora, es el origen de un peculiar limón ecológico que ha conquistado el mercado gourmet en España. Afortunadamente, el producto que comercializa la empresa Limón Dorado escapa de las habituales rutas de la exportación y permite al consumidor español tener acceso a un fruto que se diferencia por su aroma, sabor y jugo.
Armando García. Periodista.
Los hermanos Antonio y Martín Bonillo se dieron cuenta hace un año del potencial que el segmento de mercado de la coctelería ofrecía al limón ecológico de su finca familiar, un huerto tradicional con un millar de limoneros que siempre han estado ahí y que han pasado de abuelos a nietos.
El creciente interés por los productos gourmet fue la chispa que encendió el proyecto empresarial de Limón Dorado, al abrigo de esa explotación tradicional de limón ecológico que ha logrado ponerse en valor y abrir unas expectativas de futuro comercial completamente insospechadas hace tan sólo unos meses. “Nosotros vendíamos los limones para la exportación al precio que nos daban, pero estábamos cansados de ver que la mejor calidad siempre salía fuera de España y algo nos empujó a cambiar esa dinámica”, explica Antonio Bonillo.
Dicho y hecho. Limón Dorado se hizo realidad con una sencilla combinación de buenas intenciones y calidad a raudales. La finca, certificada en ecológico, produce limones como los de toda la vida, madurados al sol con el tiempo necesario, en medio de un paisaje poblado por agricultores sabios que han mimado el cultivo de cítricos desde hace siglos, gracias a las costumbres y a los conocimientos heredados de los árabes.
El limón ecológico se recolecta a mano, uno a uno, en el momento en que se va a enviar al cliente. “El consumidor tiene que ser consciente de que el limón convencional que hay en los supermercados se recolecta incluso meses antes de su venta, y eso es lo que marca la diferencia a favor de nuestro producto”, añade Antonio Bonillo, quien reconoce que puede tardar más de una hora en seleccionar media docena de limones.
Con grandes dosis de paciencia y con la experiencia heredada de sus padres, los dos hermanos recorren despacio la finca seleccionando los frutos que llegarán a su destino mediante un envío urgente de paquetería. Directamente, del huerto al consumidor.
Las redes sociales y la página web limondorado.com son las herramientas básicas que estos dos jóvenes emprendedores utilizan desde hace cuatro meses para posicionarse en el mercado. Así es como han llegado directamente a un perfil de consumidor que aprecia la calidad por encima de todo y que está dispuesto a pagar un poco más a cambio de su propia satisfacción personal.
Expertos en coctelería, tiendas gourmet, hoteles, restaurantes y locales de copas ya engrosan la lista de clientes habituales de Limón Dorado, que a sus éxitos comerciales también añade los numerosos pedidos que se interesan por el envase Premium como objeto de regalo para los amantes del gin tonic. Un envase Premium que se caracteriza por su caja en madera, varias botellitas de ginebra y accesorios para la elaboración del gin tonic, junto con una selección de ocho limones ecológicos. “La máxima calidad a un click de distancia es nuestro lema”, asegura Antonio Bonillo, quien no esconde su satisfacción ante la buena respuesta del mercado, a pesar de la corta trayectoria de la empresa.
Certificación ecológica
La certificación ecológica ha sido uno de los pilares de Limón Dorado. Los paladares más exigentes buscan el sabor inconfundible del limón y el aroma intenso en la corteza, que además está en contacto directo con la bebida. La producción ecológica garantiza que el limón no contiene ningún residuo de productos químicos ni pesticidas.
Otro de los factores que explican el rápido éxito comercial de Limón Dorado es que el producto se ofrece sin intermediarios, algo muy difícil de encontrar actualmente en el mercado. Escasean los proveedores nacionales de limón ecológico, puesto que toda la producción se destina al mercado extranjero, dispuesto a pagar siempre algo más por un fruto de la máxima calidad. Romper esa dinámica comercial ha permitido a Limón Dorado darse a conocer en muy poco tiempo, ya que esta joven empresa almeriense apenas tiene competencia en el mercado interior en general y en el segmento gourmet en particular.
Las expectativas de futuro son inmejorables y los hermanos Bonillo ya barajan la posibilidad de aumentar el número de lotes disponibles y en introducir en el mercado otros productos. Por su privilegiada ubicación en el valle del Almanzora, tienen al alcance de la mano naranjas y aceite de oliva virgen extra de gran calidad.
“Ahora mismo, necesitamos seguir creciendo y hacer economía de escala, ya que hay que consolidar la rentabilidad del proyecto para entrar después en nuevas fases de expansión y ofrecer nuevas opciones a nuestros clientes, porque estamos seguros de nuestro modelo de negocio y del valor añadido que somos capaces de generar”, según Antonio Bonillo.
Los dos promotores de Limón Dorado se ven obligados actualmente a compaginar su iniciativa empresarial con otro trabajo, aunque no descartan dedicarse en exclusiva con el tiempo a la comercialización directa. Actualmente, los frutos que no son seleccionados para el mercado gourmet se recolectan y se venden para la exportación por cauces habituales que los hacen llegar a consumidores de toda Europa, especialmente de Alemania, un mercado que lidera el ranking europeo en consumo de productos ecológicos frescos.
Poco a poco, Limón Dorado también quiere convertirse en una iniciativa pionera que ayude a sensibilizar al consumidor sobre las ventajas de consumir productos nacionales. A largo plazo, no sólo se obtiene un beneficio ambiental, sino que además se contribuye a conservar la actividad agraria en zonas de interior.
“No nos gusta que el consumidor español termine comprando limones de Sudamérica que han madurado dentro de un contenedor mientras cruzaban el Atlántico, creemos que el público debe conocer otras opciones y por eso nos sentimos orgullosos de que una parte de nuestra mejor producción se quede en España y llegue a los hogares de nuestros clientes”, explican los responsables de Limón Dorado, una marca que esconde una interesante historia humana que se basa fundamentalmente en el deseo de conservar la productividad de la tierra heredada de padres a hijos.