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Parasitismo en la polilla del olivo

Parasitismo en la polilla del olivo

En España, la polilla del olivo es la causa de la mayor parte de los tratamientos insecticidas en este cultivo. Sin embargo, los métodos de control biológico o biotecnológico no están desarrollados en la misma proporción que los químicos. Una herramienta alternativa es aprovechar la existencia de depredadores y parasitoides autóctonos que pueden encontrarse en el propio cultivo. Para ello, el agricultor (o en su defecto, el asesor) debería tener alguna noción sobre cómo se encuentra la comunidad de artrópodos auxiliares (depredadores y parasitoides de las plagas) en su cultivo.

Manuel J. Ruiz Torres.  Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Jaén.

La polilla del olivo (Prays oleae) es una de las plagas principales del cultivo del olivo en amplias regiones de su distribución. En España es la causa de la mayor parte de los tratamientos insecticidas, para lo cual se cuenta también con el mayor número de formulados incluidos en el Registro de Productos Fitosanitarios (Magrama, 2015). Sin embargo, los métodos de control biológico o biotecnológico, cuyo uso es prioritario según los principios de la gestión integrada de plagas (Real Decreto 1311/2012, de uso sostenible de productos fitosanitarios), no están desarrollados en la misma proporción que los métodos de control químico (Ruiz-Torres, 2011).

Foto 1 (FILEminimizer)

Foto 1.  Las larvas se aprecian tanto dentro como fuera de las hojas.

Una herramienta alternativa al uso de los escasos métodos de control biológico comerciales es aprovechar la existencia de depredadores y parasitoides autóctonos que pueden encontrarse en el propio cultivo.

Se han enumerado numerosas especies (De Andrés, 2001) que se alimentan de la polilla del olivo o prais. Sin embargo, como es de esperar, no todas se encuentran en todos los cultivos, ni en una densidad que dé lugar a los resultados esperados de contención de la plaga.

En este sentido, el agricultor (o en su defecto, el asesor) debería tener alguna noción sobre cómo se encuentra la comunidad de artrópodos auxiliares (depredadores y parasitoides de las plagas) en su cultivo. Sin embargo, esto que es práctica común en otros cultivos, en el olivar es algo que todavía no se hace, ni siquiera está diseñada una metodología asequible a los técnicos o agricultores, para poder hacer evaluaciones del grado de control natural que hay en cada recinto. Siendo el olivar un cultivo estratégico para muchas regiones de España, resulta incomprensible que todavía se tengan estas lagunas de conocimiento aplicado.

Poblaciones de depredadores y parasitoides autóctonos

Lo primero que hay que tener presente si se quiere estimular las poblaciones de depredadores y parasitoides autóctonos, es que hay que recomponer el agro-ecosistema que es el olivar. En demasiadas zonas, el cultivo ha quedado excesivamente simplificado, limitado a la presencia del olivo sobre suelo desnudo, y ya está. Un cultivo así es completamente insostenible, con mayores costes de producción.

La manera más efectiva de invertir esta situación es la implantación de cubiertas vegetales consolidadas entre las hileras de olivos. Los beneficios para el cultivo que proporcionan las cubiertas son tan amplios, que llama la atención que no se encuentren en todos los olivares, lo que da una idea de lo necesaria que es la profesionalización del sector. Pero los beneficios de estas cubiertas y sus técnicas de manejo, deberían tratarse en otro artículo. Tan sólo señalar que son muy importantes en el ámbito de la sanidad vegetal (Ruiz-Torres, 2012b).

Foto 2 (FILEminimizer)

Foto 2. Se guarda cada larvapor separado en pequeños botes herméticos

La presencia de una cubierta vegetal bien densa y diversa, puede proporcionar suficientes presas alternativas a las plagas, para que muchos de estos parasitoides y depredadores puedan subsistir en el cultivo cuando éstas no se encuentran disponibles.

Hay mucho que investigar todavía para determinar qué especies vegetales son las más idóneas para que se instalen los auxiliares más eficaces, aunque ya se sabe para algunos, como es el caso de Eupelmus urozonus, parasitoide relevante de la mosca del olivo (Bactrocera oleae), que se ve favorecido por la presencia de la planta Dittrichia viscosa, que le proporciona una presa alternativa a la mosca del olivo, cuando esta no se encuentra disponible en el cultivo.

La presencia de vegetación natural entre el olivar, en forma de setos o pequeñas arboledas, también parece ser beneficiosa para la comunidad de parasitoides y depredadores que interesa fomentar. Todos estos factores deben evaluarse convenientemente para poder configurar un agro-ecosistema mucho más robusto frente a plagas y enfermedades (Paredes et al., 2015).

 

Impacto de los tratamientos insecticidas

Los tratamientos insecticidas producen fuertes impactos sobre las diferentes poblaciones de artrópodos útiles, y en general los piretroides producen alteraciones sobre parasitoides y depredadores de manera más o menos acentuada, en función del tipo de materia activa (Ruiz-Torres y Montiel-Bueno, 2009). Pero estos impactos también tienen lugar con el uso del tradicional dimetoato (Ruiz-Torres y Montiel-Bueno, 2002) o con insecticidas ecológicos como Bacillus thuringiensis (Ruiz-Torres y Montiel-Bueno, 2005) o spinosad (Ruiz-Torres y Montiel-Bueno, 2007).

Foto 3 (FILEminimizer)

Foto 3. Olivar convencional en el que se ha empleado un herbicida para controlar la hierba bajo el árbol.

El impacto de los tratamientos insecticidas también depende del momento en el que se producen. Así, en el estado fenológico que hay entre floración y cuajado de fruto es cuando la entomofauna del olivar presenta los mayores índices de diversidad (Ruiz-Torres, 2014), y cualquier tratamiento que se realice en estas fechas va a producir una mayor perturbación.

 

Conocer el nivel de parasitismo

Como ya se ha dicho, no se ha elaborado ningún procedimiento asequible para el agricultor o el técnico de campo, para poder valorar la población de parasitoides y depredadores. El uso de trampas no siempre es efectivo, cada grupo taxonómico es sensible a modelos diferentes, y luego está el problema de la identificación, que requiere conocimientos e instrumental adecuado. No obstante, puede recurrirse a otros métodos, como recolectar estados inmaduros de la plaga en cuestión y dejarlos evolucionar. Si tienen las condiciones adecuadas, darán lugar a los adultos de la especie-plaga correspondiente, o a un parasitoide.

Foto 4 (FILEminimizer)

Foto 4. Olivar convencional con laboreo y tratamientos insecticidas.

Para conocer el potencial de parasitismo que existe para el prais en un olivar determinado, puede hacerse lo siguiente.

Generación filófaga

1. Recoger larvas durante el estado fenológico de brotación de yemas. Las larvas se aprecian dentro de las hojas, amontonando deyecciones, o fuera (foto 1). Se coge la hoja con la larva dentro o el brote con la larva en la yema.

2. Se guarda cada larva por separado en pequeños botes herméticos (foto 2). Las hojas con larvas en su interior se guardan tal cual, con una o dos hojas más, y las larvas de los brotes, con otro par de hojas, para que puedan terminar su desarrollo.

3. Los botes con las larvas se dejan en una habitación a temperatura ambiente.

4. Al cabo de varios días (el número oscila en función de la temperatura ambiente) empiezan a salir adultos de los capullos que han formado las larvas. Sean polillas (que es lo más frecuente) o unos insectos más pequeños, de color negro o con destellos metálicos, que son diferentes especies de avispillas parasitoides, cuyas larvas estaban en el interior del cuerpo de la larva de prais, devorándola.

5. La salida es escalonada, por lo que hay que esperar varios días hasta que dejan de salir. No suelen terminar de desarrollarse todas las larvas iniciales, porque alguna se daña en la manipulación inicial.

 

Generación antófaga

1. Se recolectan las larvas en el momento en que salen del primer capullo atacado, y se hacen visibles.

2. Lo mismo que con las larvas filófagas, se encierran en pequeños botes cerrados herméticamente con varias inflorescencias para que puedan terminar su ciclo.

Los puntos 3 a 5 son similares a la generación filófaga.

Para calcular la tasa de parasitismo aparente se utiliza la expresión 1.

Expresión 1.

Tasa de parasitismo aparente = (Nº de larvas con parásito / Nº larvas vivas totales) * 100

 

Algunos resultados

A continuación, se muestran algunos resultados de parasitismo, procedentes de recolecciones en varias fincas.

Cuadro I. Frecuencias relativas de aparición de adultos de prais y de diversos parasitoides en olivar ecológico (Venta del Llano) 2015, con cubierta vegetal consolidada y controlada con desbrozadora.
 
Generación filófaga
Generación antófaga
Prays oleae
27%
55%
Dolichogenidea sp.
18%
6%
Chelonus eleaphilus
-
34%
Elasmus flabellatus
45%
2%
Aphididae indet.
9%
-
Icneumonidae indet.
-
2%

 

En los cuadros I y II se muestran las frecuencias relativas de aparición de adultos de prais y de diversos parasitoides en la misma finca, Venta del Llano (Mengibar, Jaén), con cubierta vegetal consolidada y controlada con desbrozadora, sin tratamientos insecticidas en ninguna de las dos parcelas, y en el caso del olivar convencional (foto 3), uso de herbicida para controlar la hierba bajo el árbol, y tratamiento fungicida contra repilo. Como puede comprobarse hay una buena tasa de parasitismo, ligeramente superior en el caso del olivar ecológico.

Cuadro II. Frecuencias relativas de aparición de adultos de prais y de diversos parasitoides en olivar convencional (Venta del Llano) 2015, con cubierta vegetal consolidada y controlada con desbrozadora.
Generación filófaga
Generación antófaga
Prays oleae
60%
56%
Dolichogenidea sp.
12%
20%
Chelonus eleaphilus
8%
24%
Elasmus flabellatus
12%
-
Aphididae indet.
-
-
Icneumonidae indet.
4%
-

En el cuadro III, se muestran los resultados de la prospección en la misma finca, pero en 2005, sin cubierta vegetal y con tratamientos convencionales. Con todas las cautelas necesarias, dado que se trata de años diferentes, llama la atención la diferencia en cuanto a la tasa de parasitismo.

Cuadro III. Frecuencias relativas de aparición de adultos de prais y de diversos parasitoides en olivar convencional (Venta del Llano) 2005, sin cubierta vegetal y con tratamientos convencionales.
Generación filófaga
Generación antófaga
Prays oleae
97%
91%
Pnigalio sp.
3%
-
Chelonus eleaphilus
-
4%
Chalcidoidea indet.
-
4%

En los cuadros IV y V se muestran los resultados obtenidos en una finca denominada Cazalla, del término de Fuensanta (Jaén), con cubierta vegetal controlada con desbrozadora, herbicida en el ruedo y tratamientos insecticidas y fungicidas convencionales.

Cuadro IV. Frecuencias relativas de aparición de adultos de prais y de diversos parasitoides en la finca Cazalla, Fuensanta (Jaén), 2005*.
Generación filófaga
Generación antófaga
Prays oleae
96%
83%
Dolichogenidea sp
-
5%
Chelonus eleaphilus
4%
11%
Pnigalio sp
-
1%
 *Con cubierta vegetal controlada con desbrozadora, herbicida en el ruedo y tratamientos insecticidas y fungicidas convencionales.

Los últimos ejemplos que se muestran en relación a las prospecciones de parasitismo en la polilla del olivo, se recogen en el cuadro VI, con las frecuencias relativas aparecidas en la generación antófaga de dos fincas, A y B, de los términos de Mengíbar (Jaén) y Jaén, respectivamente. La primera es un olivar convencional, con suelo desnudo en no laboreo y sin tratamientos insecticidas, y el segundo (foto 4) es también un olivar convencional con laboreo y tratamientos insecticidas.

Cuadro V. Frecuencias relativas de aparición de adultos de prais y de diversos parasitoides en la finca Cazalla, Fuensanta (Jaén), 2010*.
Generación filófaga
Generación antófaga
Prays oleae
70 %
71%
Dolichogenidea sp
9 %
16%
Chelonus eleaphilus
17 %
6%
Elasmus flabellatus
3 %
12%
Ageniaspis fuscicollis
-
3%
Icneumonidae indet.
-
1%
 *Con cubierta vegetal controlada con desbrozadora, herbicida en el ruedo y tratamientos insecticidas y fungicidas convencionales.

Con estos datos no se pretenden establecer conclusiones, pero reflejan la variación que puede haber en cuanto a la incidencia del parasitismo en la polilla del olivo. También se aprecia que hay especies de paraitoides que son más frecuentes. Así, Chelonus eleaphilus (Braconidae; Hymenoptera)  (foto 5) y Dolichogenidea sp (Braconidae; Hymenoptera) son los más abundantes, apareciendo casi siempre, independientemente de la presencia o no de cubiertas vegetales, y en ausencia o no de tratamientos insecticidas. En ambos casos, hay una sola larva por cada larva de polilla del olivo.

Cuadro VI. Prospecciones de parasitismo en la polilla del olivo con las frecuencias relativas aparecidas en la generación antófaga de dos fincas de los términos de Mengíbar (Jaén) (A) y Jaén (B).
Generación antófaga (2010)
FINCA A
FINCA B
Prays oleae
57%
92%
Dolichogenidea sp
14%
-
Chelonus eleaphilus
9%
3%
Elasmus flabellatus
6%
-
Ageniaspis fuscicollis
14%
3%
Hockeria bispinosa
-
3%

 

Otro parasitoide frecuente es Elasmus flabellatus (Eulophidae; Hymenoptera), y por cada larva de prais se pueden criar varias de este parasitoide (nosotros encontramos hasta 4 en una larva de polilla). Y Ageniaspis fuscicollis (Encyrtidae; Hymenoptera), muy pequeño y que pueden criar hasta 24 individuos en una sola larva de prais.

Foto 5 (FILEminimizer)

Foto 5. Chelonus eleaphilus.

En definitiva, en el cultivo del olivar existe la posibilidad de que haya una importante comunidad de parasitoides autóctonos que pueden reducir sensiblemente las poblaciones de las plagas, y que debería poder gestionarse de manera adecuada, al servicio de la sanidad vegetal. En el caso de la polilla del olivo (Ruiz-Torres 2012a), con un adecuado manejo del cultivo puede llegarse a que más de la mitad de la población sea parasitada, añadiendo a ello con el efecto acumulado de depredadores, principalmente crisopas, coccinélidos y arañas.

El efecto de los depredadores y parasitoides autóctonos debería poder evaluarse por parte del agricultor o del técnico, de manera sencilla, e incluir esta información en la toma de decisiones fitosanitarias, de igual manera que se hace con los nutrientes para establecer los programas de abonado. Que sirva este pequeño artículo para estimular el conocimiento del parasitismo de las plagas por parte de los que deciden un tratamiento insecticida. n