La utilización de materia orgánica, como estiércol, en los suelos contaminados por plaguicidas contribuyen a la adsorción (no confundir con la absorción) de estos, según se recoge en las conclusiones de la tesis doctoral realizada en la Facultad de Química de la Universidad de Murcia (UMU) por José Ángel Escudero García.
Las conclusiones apuntan también que entre esos materiales orgánicos favorecedores de la adsorción se encuentran también, entre otros, la corteza de pino, los residuos del café y la fibra de coco.
Según la tesis doctoral, que ha obtenido la calificación de sobresaliente cum laude, la adición de esos residuos al suelo produce un efecto beneficioso al reducir el riesgo de contaminación de las aguas subterráneas.
Por otra parte, este trabajo de investigación señala que el empleo de materiales semiconductores, como el óxido de zinc o el de titanio, y de la fuente de energía renovable, que es la luz solar, constituye una tecnología efectiva, rápida y económica para la regeneración de las aguas superficiales o subterráneas contaminadas con plaguicidas.
La tesis doctoral fue dirigida por los profesores de la Universidad de Murcia, Gabriel Pérez Lucas y Simón Navarro García.
Según la Wikipedia, la adsorción es un proceso por el cual átomos, iones o moléculas son atrapados o retenidos en la superficie de un material, en contraposición a la absorción, que es un fenómeno de volumen. Es decir, es un proceso en el cual, por ejemplo, un contaminante soluble (adsorbato) es eliminado del agua mediante el contacto con una superficie sólida (adsorbente). El proceso inverso a la adsorción se conoce como desorción.
En química, la adsorción de una sustancia es la acumulación de una sustancia en una determinada superficie interfacial entre dos fases. El resultado es la formación de una película líquida o gaseosa en la superficie de un cuerpo sólido o líquido.