Un estudio que forma parte de la tesis doctoral de F. Javier Abad, especialista en viticultura de INTIA, concluye que el uso de cubiertas bajo la línea de cultivo de viñedos es beneficioso para su suelo, ya que mejora los valores de sus propiedades físicas, químicas y microbiológicas.
La investigación, desarrollada desde la Universidad Pública de Navarra (UPNA) en colaboración con EVENA, Neiker e INCAVI–IRTA, ha sido publicada en la revista científica ‘Scientia Horticulturae’.
Concretamente, el artículo hace referencia al impacto de una cubierta de trébol fresa bajo las cepas sobre parámetros de calidad del suelo en una parcela de clima mediterráneo, siendo este impacto beneficioso sobre parámetros de carbono de suelo, estructura, infiltración ya desde los primeros 16 meses desde la implantación y en parámetros biológicos desde los 20 meses.
Aunque en los últimos años el empleo de cubiertas vegetales en el viñedo ubicadas en la calle del cultivo ha experimentado un crecimiento importante, aún sigue siendo bajo el nivel de implantación de este tipo de manejo, apenas un 5% de la superficie del viñedo.
Este tipo de cultivos de cobertura son una buena opción desde el punto de vista ambiental, puesto que aumentan el carbono orgánico del suelo, mejoran la filtración de agua, reducen la erosión del suelo y las emisiones de gases invernadero, a la vez que aumentan la biodiversidad de los viñedos. No obstante, al compartir el mismo espacio y competir por el mismo agua y nutrientes, esta opción no se suele plantear para el espacio que queda bajo las cepas.
Esta investigación recalca el efecto positivo que el uso de esta cubierta bajo las cepas tiene en la calidad del suelo y el comportamiento agronómico del viñedo. Según refleja el estudio, esta práctica novedosa “ha demostrado ser una herramienta factible y beneficiosa que puede incorporarse a la cartera de opciones de manejo del suelo para viñedos en áreas mediterráneas donde se dispone de riego de apoyo. En condiciones de secano, la idoneidad de esta técnica es probablemente más limitada y, por lo tanto, debe utilizarse con cautela».
El estudio considera necesario evaluar las implicaciones a más largo plazo sobre las características edáficas, agronómicas y enológicas, y estudiar el potencial de otras especies de cultivos de cobertura que podrían adaptarse mejor al clima mediterráneo y otros suelos.
Ya en un primer trabajo publicado en la revista OENOone se presentaron los primeros resultados de cómo una cubierta de trébol fresa bajo las cepas no afectaba a la producción del viñedo ni a la composición de la uva, siendo así una buena alternativa al empleo de maquinaria intercepas o al empleo de herbicida.
En este nuevo artículo que se ha publicado en la revista Scientia Horticulturae se remarca como, además de lo anterior, la cubierta, en un breve periodo de tiempo, ya tiene efectos positivos sobre parámetros de calidad del suelo como son el carbono orgánico, la agregación, la infiltración o la actividad y diversidad biológica del suelo.
El artículo científico se puede consultar de manera libre y gratuita, sin necesidad de registrarse, hasta el próximo 24 de febrero en este enlace.