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Agrícola Navarro de Haro, mejores producciones incorporando técnicas de precisión

Agrícola Navarro de Haro, mejores producciones incorporando técnicas de precisión

Agrícola Navarro de Haro es una empresa familiar fundada en 1998 por José Navarro Flores y su mujer, Juana de Haro. En sus inicios se dedicaba a la comercialización de tomates y sandías de agricultores de Almería, pero en 2007, apostaron por la producción propia para lo que tuvieron que invertir en nuevas fincas, maquinaria, y contratar a empleados para la plantación y recolección. Aunque su producto estrella es la sandía de la variedad Fashion, la empresa también produce y comercializa hortalizas variadas como la lechuga, la coliflor y el calabacín. En la actualidad, están incorporando cada vez más técnicas de precisión a su modelo de rotación de cultivos para hacer producciones más rentables y sostenibles.

Elena Martín Seseña. Redacción.

La filosofía de Agrícola Navarro de Haro es ir mejorando cada vez más la calidad y el servicio de sus productos. La empresa basa su objetivo fundamental en conseguir más productividad para poder invertir, por otro lado, en mejorar las técnicas de manejo de cultivo y optimizar lo máximo cada etapa de sus producciones, entre otras cosas, para adaptarse lo más rápido posible a los nuevos cambios que se están dando en el sector agroalimentario.

“Nuestra empresa realiza un sistema de cultivo intensivo de frutas y hortalizas, con prácticas convencionales, siempre cumpliendo la legislación vigente y procurando en la medida de lo posible ser lo más respetuoso con el medio ambiente”, ha afirmado José Navarro Flores, fundador y gerente de Agrícola Navarro de Haro, en la que trabaja con su mujer y sus dos hijos.

Su cultivo principal es el de sandía, del cual obtienen 30 millones de kg, aunque comercializan 50 millones de kg porque tienen plantaciones y convenios con agricultores externos. Además de sandía, producen y comercializan coliflor (3,5 millones de piezas), lechugas (13 millones de piezas) y calabacín (1,5 millones de kg).

La planificación y rendimientos anuales es la siguiente: de sandía con 430 ha de cultivo obtienen un rendimiento medio anual de 70.000 kg/ha; con 230 ha de lechuga obtienen un rendimiento del 85% de aprovechamiento con 59.500 p/ha, (con un total anual de 13.685.000 piezas); con 130 ha de coliflor obtienen un rendimiento medio anual del 86%, lo que les permite recolectar 3,5 millones de piezas; y cultivando entre 30 – 44 ha anuales entre aire libre y cultivo protegido de calabacín, Agrícola Navarro de Haro obtiene un rendimiento anual de 35.000 kg/ha.

 

Ubicación estratégica de sus fincas

Campo de lechugas.

Sus cultivos están pensados en función de la cota sobre el nivel del mar de cada finca y, por consiguiente, en relación a las condiciones edafoclimáticas de las distintas altitudes, para poder llevar a cabo una rotación de cultivos (verano e invierno).
En Almería, concretamente, en Palomares, y a una cota de 0 m hasta 60 m, cuentan con una superficie aproximada de 345 ha (25 ha entre invernaderos de plástico y malla, y unas 320 ha al aire libre). En Huércal-Overa, también en la provincia de Almería, y a una cota de 380 m sobre el nivel del mar, tienen una superficie de 50 ha al aire libre. En Mazarrón (Murcia), a una cota de 260 m, cuentan con 20 ha (6 ha de invernaderos de malla, 1 ha de invernadero de plástico y 13 ha al aire libre). Por último, a una cota de 750 m sobre el nivel del mar y ubicada en Baza, Granada, tienen 150 ha todas al aire libre.

“Entre todas nuestras fincas de aire libre vamos alternando cultivos de invierno (lechuga y coliflor), para poder cultivar sandía en verano. Muchas de ellas las dejamos en barbecho durante una campaña”, ha apuntado José Navarro, añadiendo que en las fincas protegidas bien de plástico o bien de malla, plantan calabacín en invierno y sandía en verano, dejando en invierno alguna en barbecho para el siguiente cultivo de sandía.

Campo de coliflor.

“Arrancamos la campaña con la sandía en la zona cercana al nivel del mar, buscando la mayor calidez posible y empezando en fincas protegidas por plástico o malla. Conforme nos vamos acercando al verano, vamos subiendo de cota, hacia zonas más frescas (700 m), aunque en el centro del día haga una temperatura muy elevada, por la noche bajan. Este salto término de unos 10º aprox. ayuda la planta a tener un crecimiento óptimo. En el caso de la lechuga o la coliflor, sucede de forma inversa, ya que se planta de cara al invierno”, ha explicado José Navarro.

De esta forma, no se presentan condiciones determinantes que dificulten el buen desarrollo de sus cultivos fuera de problemas puntuales relacionados con el contenido de horizontes arcillosos, que, en muchos casos, según José Navarro, dificultan el drenaje del agua y, por tanto, en condiciones lluviosas, llega a aparecer marchitez por inundación; y otros problemas que, en parte, pueden estar relacionados con el cambio climático, según ha destacado, haciendo referencia a sus cultivos.

 

Problemas derivados del cambio climático

“En el cultivo de sandía, el cambio climático está obligando a reducir el calendario de producción en determinadas cotas, como puede ser la del nivel del mar, ya que estamos observando que cada verano las temperaturas diurnas y nocturnas son más estables, por lo que generan un salto térmico prácticamente nulo y eso está haciendo una merma considerable en el rendimiento a causa de problemas de cocido y diferentes virus en el cultivo. Por tanto, nos estamos viendo obligados en trasladarnos a cotas más altas en fechas más tempranas”, ha explicado el gerente de la empresa.

Invernadero.

En relación al cultivo de calabacín, están descubriendo que, a la hora de los trasplantes de otoño, época en la cual todavía hace mucho calor, se da el caso de ahilamiento de las plantas y un estado vegetativo muy enternecido, por lo que se generan algunos problemas de pérdida de fruto por planta y rotura de la misma. Para solventar este problema, en Agrícola Navarro de Haro están reduciendo el aporte de nitrógeno y calcio en el cultivo para conseguir endurecerlo.

Tanto el cultivo de la lechuga como el de la colifor están experimentando el mismo problema de crecimiento excesivamente rápido. Y es que, al tener temperaturas tan cálidas, las variedades que acostumbran a plantar en determinadas fechas acortan su ciclo, es decir, crecen antes de tiempo provocando deficiencias y deformaciones de la planta. Para solucionarlo e intentar amortiguar el cambio estacional ante el cambio climático, están modificando el programa de variedades.

 

Sostenibilidad e innovación en Agrícola Navarro de Haro

“Nuestro compromiso con la sostenibilidad y la innovación es grande ya que invertimos mucho en maquinaria de última generación como pueden ser sondas de riego, tanto volumétricas como tensionales, para el ahorro de agua, sondas nutricionales para saber en todo momento las necesidades nutricionales de la planta, así ahorramos el aporte de abonos al suelo”, ha subrayado José Navarro.

Todas sus fincas cuentan con sistemas de riego por goteo mediante cintas de exudación y goma de gotero en el caso de las fincas protegidas por plástico o malla. “La mayoría de nuestros sistemas riegan mediante cabezales automáticos encabezadas por ordenadores de riego, filtros auto limpiantes, tanques de abonado y sistemas de registro de la capacidad de campo en el bulbo húmedo del cultivo, para así saber las necesidades hídricas y nutritivas del cultivo. De e

Recolección de sandía.

sta manera, nuestros sistemas de riego trabajan de manera prácticamente autónoma en función de las necesidades del cultivo”, ha apuntado José Navarro. Las cantidades de agua medias que utilizan para el cultivo de sandía son 2.500 m3, para el de lechuga 2.500 m3, en calabacín 2.700 m3 y en coliflor 2.400 m3.

Por otro lado, la empresa cuenta con plantas fotovoltaicas, por lo que la mayoría de la energía eléctrica que utilizan provienen de energía renovable. También en toda la maquinaria de trabajos en campo incorporan sistemas GPS, por lo que reducen el gasto en combustibles fósiles y, por tanto, sus emisiones de CO2 a la atmósfera.

En Agrícola Navarro de Haro utilizan plástico o malla de cubierta en las fincas de invernaderos, donde se pueden modificar las condiciones con respecto al exterior en un tanto por ciento. En casos puntuales en sandia y en calabacín, después del trasplante, se les hace un ‘tunelillo de plástico’ o manta térmica para ayudar a la planta a enraizar, evitando posibles daños por viento e incrementándole la temperatura buscando la óptima para su crecimiento vegetativo.

Coliflor.

Para evitar la evaporación del agua del suelo y así ser más sostenibles en el gasto de este recurso, también utilizan el acolchado de plástico en el suelo, sobre todo, en los cultivos de sandía y calabacín. Además, según ha destacado José Navarro, “siempre estamos trabajando y probando técnicas nuevas que nos ayuden a la producción, ello conlleva mejorar en todos los procesos que le siguen. En estos momentos, estamos trabajando en tres proyectos, dos con diferentes universidades y otro con una organización privada”, añadiendo que llevan unos años apostando por lo el cultivo de Aloe Vera en ecológico.

En definitiva, según ha explicado José Navarro, los mejores productos se consiguen, en primer lugar, con la elección de las semillas dependiendo de la zona de producción, no todas valen para todas las zonas ni para todos los climas. En segundo lugar, se trata de tener un buen semillero. Y, en tercer lugar, hay que plantar en el momento en el que la tierra tenga todos los aportes necesarios y que esté bien trabajada. Y es que, el manejo de la plantación es fundamental. Aportar al suelo todos los nutrientes que necesita en el momento que se necesita, es clave.

“Nuestro personal visita las fincas varias veces al día para controlar abonado, riegos y posibles correcciones que tengamos que realizar”, ha afirmado José Navarro, añadiendo que igual de esencial es recolectar en el momento justo, donde el fruto esté en el estado óptimo de recolección; y tratar de evitar golpes y roces en la etapa de envasado y transporte. En este tema, Agrícola Navarro de Haro es experta ya que la mayor parte de sus productos se comercializan en Alemania, España, Holanda, Francia, Países Nórdicos y Reino Unido, y tiene que tratar el producto con mucho mimo para que llegue al consumidor en las mejores condiciones.