El grupo operativo estatal, Phytodron, se ha propuesto generar datos y conocimiento sobre el uso de los drones como una herramienta segura para aplicar productos fitosanitarios en viña, olivo y en el ámbito agroforestal, y avanzar en el marco que regula su uso.
El grupo operativo Phytodron se inició en marzo del 2021 y está previsto que finalice el marzo del 2023. Entre los resultados que se esperan destacan que el dron pase a ser una nueva herramienta de aplicación de los productos fitosanitarios, disminuir la cantidad de solicitudes de tratamientos aéreos de acuerdo con la normativa europea y generar suficiente conocimiento para que la aplicación de productos fitosanitarios con tecnología dron pueda dejar de considerarse un tratamiento aéreo y sea considerada un tratamiento terrestre. «Eso permitirá que se realicen tratamientos en el momento que haga falta, de forma precisa y en el momento adecuado», ha afirmado Luis Asín, jefe del programa de Fruticultura del IRTA.
El uso de productos fitosanitarios en la agricultura es clave para conseguir producciones de calidad y asegurar la viabilidad técnica y económica en la producción de alimentos. Ahora bien, éstos pueden contribuir a la contaminación del suelo, el agua y del aire, y a la pérdida de la biodiversidad. Es por ello que, en el año 2020, la Comisión Europea (CE) se comprometió a reducir en un 50% el empleo y el riesgo de plaguicidas químicos en la estrategia «De la granja a la mesa», un elemento clave del Pacto Verde Europeo.
Una de las vías para hacerle frente es mediante la agricultura de precisión, con lo que los productos fitosanitarios pueden aplicarse de manera localizada y más eficiente, y reducir, de esta manera, su impacto ambiental. En esta línea, la tecnología dron puede ser una buena herramienta para aplicar de forma eficiente los productos fitosanitarios y minimizar sus riegos asociados.
Según explica Asín, se ha demostrado que los drones son más adecuados que otros medios para aplicar productos químicos en parcelas pequeñas, zonas de difícil acceso para algunos vehículos o terrenos montañosos. «A pesar de ello, todavía hace falta conocer mejor su efectividad a la hora de aplicar los productos fitosanitarios, estudiar los diferentes métodos de aplicación, los efectos del viento y la velocidad del vehículo, así como evaluar la deriva asociada», ha destacado.
Phytodron es un grupo operativo en el que participan, además del IRTA, dos centros de investigación más, Neiker y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC); tres empresas ―BASF, Syngenta y Corteva Agriscience―; dos universidades ―la Universidad de Sevilla y la Politécnica de Madrid―; tres asociaciones de agricultores ―DeCoop, Baskegur y la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV)―, una asociación empresarial ―la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) ―, el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST).