La Fundación para la Cultura del Vino ha celebrado su XV Encuentro Técnico bajo el título “Adaptación Enológica al Cambio Climático”, uno de los principales retos del sector, según los 15 expertos que han participado. Este ha servido para conocer los avances que están desarrollando para la bajada de la acidez de los vinos, la mayor concentración de azúcares en los mostos y una mayor aparición de enfermedades en el viñedo no pongan en riesgo las propiedades y calidad del vino.
Tras la presentación del encuentro por parte del presidente de la fundación, Pablo Álvarez, ha sido Isabel Bombal, directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la encargada de la apertura de la jornada.
Bombal ha presentado una visión global de la reglamentación, los planes y las ayudas con las que el sector vitivinícola cuenta actualmente y los principales problemas que está viéndose obligado a afrontar y que han surgido como consecuencia del cambio climático.
La directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria del MAPA ha anunciado la convocatoria en 2022 de una nueva línea de ayudas con fondos Next Generation de la Unión Europea (UE) y ha animado a las bodegas a presentar proyectos de digitalización e innovación que estén alineados con la adaptación del sector al reto climático.
Tras ella, la jornada ha continuado con diez ponencias de diferentes expertos y las aportaciones de los responsables técnicos de las bodegas de la fundación, todas ellas con un nexo en común, la influencia del cambio climático en los viñedos y la oportunidad que la biología y la biotecnología ofrecen para responder a los desafíos a los que se enfrenta el enólogo en el proceso de la elaboración del vino.
Santiago Benito, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y partícipe como investigador en el proyecto “Mejora de la seguridad alimentaria y calidad de vinos españoles afectados por el cambio climático mediante el empleo de levaduras de géneros no-Saccharomyces”, ha analizado las opciones biológicas para el control de la acidez en vinos mediante el empleo de este tipo de levaduras.
Por su parte, Pilar Morales, del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino de La Rioja, ha expuesto cómo la mejora genética de levaduras mediante evolución dirigida ha permitido crear variantes de levaduras no modificadas genéticamente que pueden ser una herramienta natural para bajar el grado alcohólico durante los procesos de fermentación.
Morales ha presentado los resultados de distintos estudios realizados en su grupo de investigación del CSIC y ha insistido en que la mejora genética supone una de las opciones más prometedoras en este momento para hacer frente al aumento del grado en los vinos.
Tomás Román, del Centro de Trasferimento Tecnolgico Fondazione E. March, ha abordado otro de los desafíos para el sector consecuencia de la subida de las temperaturas: la gestión de las enfermedades de la vid.
Para poder hacer frente a este problema, Román ha insistido en la necesidad de encontrar nuevas variedades de vides resistentes a las enfermedades fúngicas, en un entorno que, a nivel europeo, cada vez es más restrictivo ante los usos de plaguicidas con los que hacer frente a los patógenos de la vid.
La búsqueda de prácticas más respetuosas con la tierra y con la planta y el fruto es un reto que para Fabrizio Minute, de Giotto Consulting, y Gianmaria Zanella, de Enologica Vason, exige un nuevo enfoque en el manejo de la estabilidad proteica, oxidativa y microbiológica de los vinos blancos.
Rebeca Lapuente, del equipo técnico de Agrovin, ha presentado los beneficios obtenidos en los estudios realizados en la aplicación de ultrasonidos de alta potencia y baja frecuencia para la extracción de compuestos fenólicos en uvas tintas como respuesta a la pérdida de potencial oganoléptico derivado de las consecuencias del cambio climático en el fruto. Se trata de una técnica inocua para la vid y el fruto pero que supone una alternativa sostenible por el ahorro en el consumo de agua y energía que permite.
Justo Banegas, de Ingeniería Alfatec, ha puesto sobre la mesa la necesidad que cualquier bodega tiene de conjugar eficientemente procesos, arquitectura e instalaciones, para dar respuesta a todos estos retos sin perder por ello nivel de eficiencia en términos energéticos y de consumos, operativos y económicos.
Por su parte, Javier Carroquino, de la Universidad de Zaragoza (Unizar), ha detallado, como investigador, las oportunidades de mitigación en materia energética al tiempo que ha puesto en valor las oportunidades que tienen las bodegas españolas en su proceso de sostenibilidad.
Trinidad Márquez, responsable Técnica y de Medio Ambiente de la Federación Española del Vino, fue la encargada de cerrar el apartado de ponencias exponiendo en qué consiste el certificado Wineries for Climate Protection, respaldado por el MAPA.
La jornada se ha completado con una mesa redonda formada por José Domingo Reinares, director de procesos y planificación de La Rioja Alta, S.A.; Luis Hurtado de Amézaga, director técnico de Herederos del Marqués de Riscal; Isaac Muga, director técnico de Muga; Eva Navascués, directora de I+D+i de Alma Carraovejas; Christian Rei, director enológico de Quinta Sardonia y Enrique Macías, director técnico de viticultura en Tempos Vega Sicilia.
Todos ellos cuentan con una dilatada experiencia profesional en bodegas que invierten grandes cantidades de recursos en la investigación de estos temas, por lo que la puesta en común de ideas y recursos que han realizado ha servido para poner un broche de oro a este encuentro.