En el marco del proyecto AP-WASTE, se ha logrado oxidar polietileno de baja densidad que se utiliza para alimentar a estos organismos, que luego se utilizan para obtener quitosano o biofertilizantes, respectivamente.
Itene ha trabajado previamente en procesos de oxidación de los agroplásticos por medio de tratamientos químicos, enzimáticos y físicos, procesos que introducen modificaciones en las cadenas estructurales del polietileno, facilitando así la asimilación y biodegradación de estos materiales gracias a los microorganismos del sistema digestivo de insectos y lombrices.
Una vez finalizada la degradación de los plásticos agrícolas, el exoesqueleto de los insectos se utiliza para la obtención de nuevos biopolímeros como el quitosano, material biodegradable con múltiples aplicaciones y con características similares a los materiales plásticos de quitina comerciales. Por otro lado, las lombrices son empleadas para la obtención de biofertilizantes.
De este modo, se logra que los residuos plásticos procedentes del cultivo agrícola se conviertan en productos de alto valor añadido y se reincorporen dentro de la cadena de producción agraria, en línea con los requerimientos europeos en torno a la economía circular.
En el proyecto AP-Waste, trabajan Itene junto a la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Sigfito, Repsol, el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas-CSIC) y la Universidad Miguel Hernández de Elche.