Athisa, Bioazul y la Universidad de Córdoba diseñan un nuevo sistema para maximizar el aprovechamiento de la biomasa agrícola. El proyecto, financiado por el Ministerio de Industria Turismo y Comercio en el marco del programa de apoyo a las Agrupaciones Empresariales Innovadoras, está siendo coordinado por el clúster andaluz OnTech Innovation.
El proyecto de investigación industrial Clean AgroBiomass Tech, coordinado por la agrupación empresarial OnTech Innovation, tiene como objetivo último optimizar el aprovechamiento de esas podas agrícolas, especialmente las de sarmiento de las vides españolas, para la producción de biomasa sostenible.
En la actualidad, esta madera no puede ser aprovechada para generar energía térmica puesto que está contaminada con un alto contenido de impropios inorgánicos como areniscas, arcillas, piedras o metales, que dañan la mecánica de funcionamiento de las calderas donde son combustionadas, reducen su poder calorífico y aumentan las emisiones de compuestos perjudiciales.
El proyecto contempla la reingeniería del equipo de limpieza de madera patentado por Athisa, que ya ha mostrado su eficacia para la limpieza de podas de vid en la comarca de La Mancha, para convertirlo en un equipo móvil y más eficiente.
Además, incorporará nuevos conocimientos y tecnologías 4.0 en materia de filtración de las aguas de lavado y enjuagado; así como tecnología NIRS (en inglés, espectroscopia en el infrarrojo cercano) para medir de forma rápida y continua las principales propiedades físico-químicas de la madera.
Este proyecto incluye también la realización de una serie de demostraciones de eficacia y eficiencia del equipo móvil de limpieza de madera en diez regiones agrícolas de referencia, gracias a la participación de colaboradores de Extremadura, Galicia, Castilla y León, La Rioja, Aragón, Cataluña, Castilla La Mancha, Valencia y Murcia.
El desarrollo con éxito de Clean AgroBiomass Tech permitirá utilizar biomasas que hoy en día se consideran residuales, como las biomasas de podas y renovación de plantaciones de cultivos leñosos (frutales) y de toconoes de especies forestales (como el chopo), lo que mejorará la cuota de mercado del sector del aprovechamiento de la biomasa y la producción de energía térmica sostenible.
También beneficiará al sector agrícola en el cumplimiento de sus objetivos de reducción de emisiones de efecto invernadero, y especialmente al sector vitivinícola, que reducirá de forma muy significativa su huella de carbono, haciendo más sostenible la producción de vino, un requisito cada vez más demandado en el mercado.