La empresa agroalimentaria valenciana, Vicente Peris, incorporó hace siete años a su producción y comercialización de frutas y verduras de I gama, el trabajo con IV y V gama. Unas líneas que se desarrollan en una planta que la compañía levantó exclusivamente para tal fin, ubicada en Albuixech, en Valencia, y que cuenta con una sala blanca de última generación.
Elena Martín Seseña. Redacción.
Alberto Montaña Peris, gerente de Vicente Peris, atribuye el motivo del proyecto de incorporación de la IV y V gama a las tendencias de consumo y a las nuevas necesidades de sus clientes. “Este proyecto se inicia debido a los problemas en la preparación y conservación de las mitades y cuartos de melón y sandía que nos manifiesta un cliente. A partir de aquí decidimos trabajar para dar soluciones y llegar a ser una compañía de frutas y verduras frescas y saludables reconocida por los consumidores. Sabíamos que ampliar nuestra oferta sería una apuesta de futuro”, destaca.
La planta que construyeron para trabajar con la IV y V gama cuenta con una sala blanca de última generación que mantiene la temperatura ambiental entre los seis y ocho grados, con presión positiva y renovación del aire más de 20 veces en una hora, entre otros aspectos. Además, la sala tiene la certificación ISO 7, equiparable a un laboratorio, lo que asegura que los procesos se llevan a cabo cumpliendo con los estándares para el control de la seguridad alimentaria.
Montaña Peris es la tercera generación al frente de la empresa. Su padre, Alberto Montaña Capilla, agricultor de toda la vida, le acompaña. Él es actualmente el responsable de compras y también se encarga de la parte agrícola basada en mantener los objetivos de calidad en los productos y el respeto al medioambiente.
Montaña Capilla destaca que la incorporación de la IV y V gama les ha fortalecido como empresa, ya que uno de los retos importantes a los que se enfrentan día a día es el de adaptarse a los cambios en la sociedad, ofreciendo aquello que el consumidor demanda.
Con 77 años de historia, la trayectoria de Vicente Peris está marcada por algunos momentos de transformación destacables. En los años 60 lanzaron una marca propia de melón, apostaron por productos de calidad, por producciones propias y por variedades tradicionales y procedieron a la ampliación de la temporada de los productos.
En los 70,Vicente Peris resaltaba por su expansión hacia todo el territorio nacional y impulsaba la mejora de las semillas a través de una colaboración con Fitó. Asimismo, en los 80 se producía una restructuración de la empresa y se llevaba a cabo una adaptación a los cambios en los mercados y grandes superficies.
Desde los 90 hasta la actualidad, han optado por la producción mixta apostando siempre por la calidad, y dando, además, los primeros pasos hacia la internacionalización, concretamente, hacia Brasil. Ahora, su apuesta por ampliar su negocio les ha llevado a incorporar estas dos nuevas gamas (IV y V), cuyo destino final son clientes nacionales, principalmente, grandes superficies, industria y canal Horeca. “Nuestra misión es ayudar al consumidor a mantener una alimentación equilibrada y saludable. Además, queremos que nuestros productos puedan consumirse en cualquier lugar y momento del día”, afirma Montaña Peris.
El melón Vicente Peris
Una de las producciones propias en la que está especializada Vicente Peris es melón Piel de Sapo que se centra principalmente en las provincias de Murcia y Ciudad Real, y del que cultiva 60 hectáreas. En segundo lugar, tienen a la sandía sin pepitas, tanto negra como rayada (40 ha), y también tiene 30 ha de calabaza de diversas variedades tanto tradicionales como híbridas, 20 de cebolla tierna y otras 20 de apio blanco.
Bien es cierto que gran parte de su capacidad de producción aumenta gracias al trabajo que realiza en conjunto con agricultores y proveedores de toda España, ya que como explica Montaña Capilla, “es importante no alejarse del campo, no desprendernos de esa cultura y esas costumbres que nos llevan acompañando desde el origen, que es la calidad y el respeto al cultivo”.
El marco de plantación empleado en sus cultivos de melón Piel de Sapo es de un metro entre plantas, y dos metros entre líneas. “Afortunadamente, en nuestras producciones disponemos de amplios espacios que nos solo nos permiten incorporar estos marcos de plantación, sino otras prácticas necesarias y habituales en el cultivo del melón como la realización de barbechos y la rotación de cultivos, esenciales para desarrollar un Piel de Sapo de alta calidad”, apunta Montaña Capilla.
La mayoría de los cultivos en Vicente Peris también incorporan sistemas de riego localizado. Es tan solo en algunas zonas de Valencia donde incorporan riego por inundación. “Hay que ser conscientes del déficit hídrico que sufrimos a nivel nacional y ser responsables con ello, incorporando todas las herramientas que estén a nuestro alcance para contribuir con ello. El agua es un bien escaso, y por supuesto que en algunas zonas supone un sobrecoste importante. No obstante, en Vicente Peris intentamos hacer el mejor uso de este recurso”, explica el agricultor.
La planta de melón requiere de un clima cálido y no excesivamente húmedo. Necesita bastante agua en la etapa de crecimiento y durante la maduración de los frutos para obtener buenos rendimientos y calidad. Por otro lado, no es muy exigente en lo que se refiere al tipo de suelo, pero da mejores resultados en suelos ricos en materia orgánica. En Vicente Peris el abonado se realiza por fertirrigación, una práctica asociada también al manejo integral de cultivos que tienen implantada en todas sus producciones, a la que se suma un sistema de control integrado de plagas y enfermedades.
“Tenemos mucho trabajo por delante en relación a las nuevas líneas que se plantean hoy en día hacia los cultivos con residuo cero, en los que no solo se reduce la cantidad de fitosanitarios, sino que incorporan toda una batería de medidas para mejorar la calidad del producto, manteniendo en todo momento prácticas respetuosas con el medio ambiente” añade Montaña Capilla.
En términos de producción, el gerente de Vicente Peris destaca que nunca se conforman con lo establecido en el sector, siempre se replantean todo. En este aspecto, han incorporado nuevos productos o referencias que aportan un valor diferencial a la empresa como el preparado a base de frutas, Energy Mix, o el clásico melón con jamón serrano llevado a la IV gama, un combinado propio de la cocina española en colaboración con La Selva, una de las empresas especializadas en preparados cárnicos de alta calidad.
“La pandemia nos ha marcado mucho a la hora de lanzar nuevos proyectos que hemos desarrollado; por los cambios de hábitos del consumidor, pero sobre todo por el ambiente socio-económico que vivimos en la actualidad. Nos cuesta a todos confiar y apostar por la innovación. No obstante, en Vicente Peris llevamos desarrollando actividad I+D+i desde el 2016, práctica por la que el Ministerio de Ciencia e Innovación nos otorgó el pasado verano el sello PYME Innovadora, y así lo seguiremos haciendo”, concluye Montaña Peris.
Clasificaciones de los productos vegetales
Los productos de origen vegetal se pueden clasificar en seis categorías por gamas. La primera gama incluye todos los productos frescos y se corresponde con la presentación tradicional de los productos a granel enteros. La segunda, hace referencia a las conservas vegetales, las cuales se someten a un tratamiento de esterilización comercial y se realiza un envasado hermético. La tercera son los productos congelados.
Las frutas y hortalizas de IV gama son productos mínimamente procesados (pelados, cortados, lavados y envasados) listos para ser consumidos, y que mantienen las características de producto fresco. Estos solo han sido sometidos a un procesamiento mínimo que incluye higienizados, troceados y envasados, introduciéndose en envases plásticos con atmósfera modificada, para una duración mínima de siete días.
Su principal ventaja es que se trata de productos frescos, higienizados y absolutamente listos para consumir, uniendo de este modo la facilidad de empleo con la seguridad en el consumo. Entre ellos existe una amplia variedad de productos y necesitan frío positivo (+1ºC a +4ºC) para su conservación.
Por su parte, la quinta gama consiste en frutas y hortalizas a las que se ha aplicado un tratamiento térmico más suave que las conservas. Tienen una caducidad que va de cuatro semanas a varios meses a temperatura positiva. Los productos en V gama son alimentos cocinados, que pueden comercializarse refrigerados o no. El procesado de los mismos ha de ser aséptico. (*Fuente: Curso Tecnología Poscosecha de Cítricos y otros Cultivos. Universidad Politécnica de Valencia)
Referencias:
https://www.infoagro.com/frutas/frutas_tradicionales/melon.htm