El proyecto europeo Dairy4Future ha abordado en su último workshop, organizado por Neiker y la Agencia de Calidad Alimentaria de Galicia (Agacal), aspectos económicos y ambientales del sector vacuno de leche, con especial énfasis en nutrición animal en el marco de la sostenibilidad de las explotaciones.
En el proyecto se ha identificado como los principales retos de las explotaciones del vacuno de leche: la gestión de los costes, la innovación para adaptarse al mercado y el impacto medioambiental.
Dentro de la ponencia sobre perspectivas de mercado de productos lácteos, se ha destacado la importancia de la gestión de costes en las explotaciones como mecanismo para paliar la variabilidad de los precios que puedan repercutir en un menor beneficio para el productor. En cuanto a la cadena de valor, se ha subrayado la necesidad de construir y afianzar relaciones estables entre la producción y la transformación.
Innovación para adaptarse al cliente
También se ha puesto de manifiesto que las industrias procesadoras y el sector ganadero innovan para dar valor añadido a la leche ofreciendo respuesta a las demandas del mercado. Este, además de servir como motor de innovación a diferentes escalas, se interesa por aspectos de sostenibilidad en los sistemas productivos.
Esto ofrece al sector la oportunidad de dar a conocer a la sociedad los servicios que presta además de la producción de alimentos y productos derivados (cuero, fertilizantes, coproductos para otros sectores), tales como dinamización del territorio rural, conservación del patrimonio cultural, mantenimiento del paisaje y biodiversidad, etc.
Impacto medioambiental del sector lácteo
Algunos de estos servicios tienen, además, repercusión en el rendimiento de la explotación y en una menor huella de carbono (mayor eficiencia energética, uso de fuentes locales de proteína y fibra, uso de excrementos animales como fertilizantes, aumento del stock de carbono en el suelo, reducción de la huella de carbono, etc.). Diversos agentes, incluyendo procesadores, son conscientes del impacto de la sostenibilidad del sector lácteo en los mercados y se van dotando de herramientas para valorar el impacto ambiental.
La huella de carbono es uno de los impactos calculados en la metodología ACV (Análisis del Ciclo de Vida) relacionados con el clima. El análisis de ciclo de vida a escala granja evalúa el impacto de los procesos hasta el momento en que la leche sale de la granja, como la producción de concentrados, forraje, material de cama y compra y cría de animales.
Las principales emisiones en vacuno de leche que explican la huella de carbono son la fermentación entérica, compra de concentrados, y gestión de deyecciones. Así, se trataron opciones de mitigación a través del manejo de los cultivos forrajeros, considerando diferentes opciones a disposición del ganadero (ensilado de maíz, leguminosas, etc.). También se ha tratado la importancia de otros parámetros relacionados, como puede ser el ajuste en la tasa de reposición, índices de fertilidad, salud y bienestar animal y los intervalos entre partos, todos ellos relacionados con la huella de carbono y el rendimiento en las explotaciones. En este sentido, se presentaron resultados sobre diferentes manejos y sobre la sustitución de ingredientes con mayor carga ambiental, como puede ser la soja, por ingredientes locales, como la torta de colza, de producción local.
El contexto actual en el ámbito de la producción de leche está íntegramente relacionado con un aumento de la población mundial y, por consiguiente, con una demanda mayor de alimentos que contrasta con un envejecimiento progresivo de la población en Europa previsto para el periodo 2040-2100. Lo que puede llevar a limitar la renta per cápita de un grupo numeroso de consumidores a futuro. A nivel estatal, expertos del sector en el encuentro han confirmado una disminución del consumo de leche y productos lácteos en los hogares.