En la actualidad el sector agrario se caracteriza por falta de mano de obra especializada para ejecutar labores técnicas como esta. Por este motivo, la poda mecanizada se está extendiendo en las nuevas plantaciones como una herramienta útil para el manejo de las mismas, lo cual subraya la necesidad de conocer los diferentes equipos y tipos de maquinaria que se encuentran disponibles en el mercado. En este artículo se detallan las distintas opciones que existen para la poda de plantaciones arbóreas.
G.L. Blanco Roldán1, Nicolás Serrano Castillo2, F.J. Castillo Ruiz3,4. 1G.I. AGR 126 “Mecanización y Tecnología Rural”. Dpto. de Ingeniería Rural. E.T.S.I. Agronómica y de Montes. Univer. de Córdoba. 2Centro IFAPA Alameda del Obispo de Córdoba. Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Junta de Andalucía. 3G.I. AGR 126 “Mecanización y Tecnología Rural”. Universidad de Córdoba. 4Departamento de Agricultura y Alimentación. Universidad de la Rioja.
Desde hace años en muchas regiones de España se viene produciendo un aumento significativo de la superficie de frutales, como sucede en el caso de Andalucía, donde el olivar y el almendro ya se extienden por muchas zonas de campiña, ganando el territorio a la tradicional tierra de labor, tanto en riego como en secano, con incrementos anuales en torno a las 16.000 y 10.000 hectáreas, respectivamente (Junta de Andalucía, 2018). Esto viene derivado de la falta de rentabilidad, casi constante, de los cultivos herbáceos extensivos, cereales y oleaginosas, principalmente, y de la falta de cultivos herbáceos alternativos que solucionen dicho problema.
En los cultivos leñosos, las principales labores que conforman el coste de producción y consumen mayor mano de obra, ambos aspectos lógicamente vinculados, son la recolección y la poda. La primera, gracias a poder mecanizarse de forma integral, mediante cosechadoras cabalgantes, ha sido la pauta del avance experimentado en las plantaciones superintensivas y, por la razón inversa, el motivo del menor desarrollo de las intensivas, que, a día de hoy, no disponen de una alternativa clara de máquina cosechadora.
En cuanto a la poda, esta operación se destaca, cada vez más, por requerir de unos conocimientos amplios sobre los hábitos vegetativos del material vegetal utilizado, el diseño de la plantación, los sistemas de cultivo (riego y secano) en que se desarrolle y la mecanización de las diferentes labores de cultivo. Sin embargo, en la actualidad, el sector agrario se caracteriza por falta de mano de obra especializada para ejecutar labores técnicas como esta.
Clasificación de los equipos de poda
La Norma UNE 68051-0:1988 muestra la clasificación de la maquinaria y equipos de poda, dentro del Grupo 06: “Equipos para cuidado y protección de cultivos”, subgrupo 06.1: “Equipos para recortar y podar” (cuadro I).
Si se considera la función de la operación que realizan, relacionándola con las especies a la que va dirigida, los equipos para recortar y podar pueden ser:
– Para poda de invierno en especies leñosas y frutales:
– Equipos de poda manual asistida.
– Plataformas de poda.
– Podadoras.
– Para prepoda (invierno) en viña:
– Prepodadoras para viña en vaso.
– Prepodadoras para viña en espaldera.
– Para poda en verde:
– En viña:
– Deschuponadoras.
– Despuntadoras.
– Deshojadoras.
– En frutales: Podadoras.
La viña, que es un cultivo precursor de muchos de los avances realizados en la mecanización de los frutales, tiene la gama más completa de maquinaria y equipos dedicados a la poda, fundamentalmente, para los sistemas en espaldera.
En este sentido, el ciclo se inicia con una poda previa (prepoda) mecanizada, que elimina gran parte de las ramas, facilitando así el trabajo posterior para los podadores (que utilizan herramientas y/o equipos manuales). La poda en verde consiste en realizar, durante el período vegetativo (primavera y verano), rebajes en longitud de ramas, para mejorar su vigor o posición, y eliminar chupones.
Las prepodadoras para viña en espaldera se basan en el principio de cuchillas rotativas y contra-cuchillas, efectuando el corte por cizallamiento. Las cuchillas, con forma de estrella y de tres a diez por eje, van dispuestas en dos ejes verticales, acoplados sobre una estructura soporte tipo pórtico que pasa dejando la espaldera en el medio, adaptándose en anchura a la vegetación y automáticamente al paso por los postes de la espaldera. Hay modelos que se acoplan a la vendimiadora, sirviendo esta como tractor, e incluso algún fabricante también incorpora dispositivos para la recogida de los restos de la prepoda de forma simultánea (foto 1).
Por último, en viña existen vehículos autónomos, normalmente eléctricos, para ayuda a la poda manual, que incorporan un puesto para el conductor-podador, y otros que ya están totalmente robotizados.
Los principales frutales (olivar, frutos secos, frutales de hueso y pepita y cítricos) se podan, principalmente, de forma manual, tanto para realizar la formación de los árboles como para su renovación (eliminación selectiva de aquellas ramas en peor estado vegetativo). Para ello, se emplean equipos de poda manual tradicionales, como las motosierras (para diámetros de rama superiores a 3 cm), y otros, como las llamadas podadoras en altura, que han adquirido mucha difusión, debido a su facilidad de uso. Con motor de combustión o eléctricas, se caracterizan por instalar el útil de poda (sierra de cadena) sobre una lanza, fija o telescópica, para así acceder a las partes altas del árbol desde el suelo (foto 2). También hay equipos neumáticos, montados sobre el tractor, que dan asistencia a útiles manuales de corte, como las tijeras.
Las podadoras son máquinas que, realmente, realizan una prepoda (poda previa), aunque se denominan así, en vez de prepodadoras, para distinguirlas de las de viña. Se utilizan en la fase de producción, cuando el árbol ha adquirido su máximo volumen de copa y empiezan a aparecer problemas de sombreamiento que afectan a la producción, a la incidencia de enfermedades e impiden el tránsito de la maquinaria; y también para reducir la altura de la plantación cuando dificulta las labores de recolección. En algunos frutales la poda en verde sirve para eliminar un exceso de altura o realzar algunas ramas bajas, lo que se describe, posteriormente, como topping y skirting.
Las plataformas de poda, autopropulsadas o acopladas al tractor, facilitan el acceso de los podadores, equipados con herramientas manuales y/o asistidas, a las zonas de poda, sobre todo en árboles de gran porte, en entornos agrícolas, forestales o urbanos, empleándose también para la recolección de la fruta.
En el cuadro II se muestra un calendario habitual de las operaciones de poda de dos frutales característicos como son el olivar y el almendro.
Podadoras
Tipos y función
Se distinguen dos tipos de podadoras según el sistema de corte que utilicen:
– Podadoras de discos (corte por impacto) (foto 3).
– Podadoras de barra de corte (corte por cizallamiento) (foto 4).
– Podadoras de cuchillas rotativas (corte por impacto) (foto 5).
Pueden emplearse para realizar tres tipos de poda mecanizada (lateral, en altura y de bajeras), aunque las de discos permiten cortar ramas más gruesas, de hasta 20 cm de diámetro, lo que condiciona su uso a las podas más severas árboles de mayor edad (a partir de cuatro o cinco años). No obstante, los fabricantes de podadoras configuran los modelos para que puedan realizar estas operaciones de forma independiente o conjunta, dependiendo, el empleo de un tipo máquina u otro, de la intensificación de la plantación y del programa de poda que se siga.
Foto 6. Cosechadoras de olivar superintensivo en relación a las dimensiones del seto.
De forma general, en el caso del olivar y el almendro, las podadoras son ampliamente utilizadas en plantaciones superintensivas (1.000 – 2.200 árboles/ha) que se recogen con cosechadora cabalgante (foto 6). En este tipo de plantaciones, para conseguir la máxima superficie productiva y correctamente iluminada, se busca obtener una estructura de seto continuo con las dimensiones propias de la máquina, es decir, altura en torno a 280 cm, anchura de 100-120 cm y altura de ramas bajeras en torno a 40 cm. Así se alcanzan volúmenes de copa superiores a 8.000 m3/ha y superficie externa productiva superior a 13.000 m2/ha.
En la poda lateral o en anchura (hedging), la podadora corta los laterales de los árboles, de una fila o de las dos de una misma calle, según sea establecido, de forma que quede controlada la anchura de vegetación (o de seto), lo que facilita la renovación de las ramas y la circulación de la maquinaria. Como realiza cortes indiscriminados, eliminando la totalidad de la vegetación, puede originar un desequilibrio hoja-madera: las zonas interiores se cargan de madera gruesa mientras que se eliminan las brotaciones laterales y productivas. Esto obliga a realizar periódicamente un aclareo manual de ramas interiores.
La frecuencia depende del vigor del árbol y del marco de plantación. En algunas plantaciones de olivar de gran superficie, el hedging se realiza, con podadora de discos, cada tres años en un lateral del seto, alternando las diferentes calles, ya que, en la cara intervenida se elimina casi la totalidad de esos crecimientos anuales y, por consiguiente, la zona de fructificación de la nueva cosecha. En cítricos, la poda en una dirección se efectúa cada dos o tres años, en dos direcciones cada cuatro años y también suele podarse anualmente por mitades alternas en una sola dirección.
En almendros en intensivo, sobre todo en plantaciones con volúmenes de copa muy elevados, donde inicien problemas de sombreamiento, se pueden realizar intervenciones en el lateral para favorecer la iluminación y facilitar el tránsito de maquinaria por las calles, sin que esto suponga reducir en exceso el nivel productivo, ya que, el almendro puede florecer sobre ramas de varios años de edad (foto 3).
En la poda en altura (topping), la podadora corta las ramas de la zona alta de la copa para favorecer la iluminación (tanto en invierno como en verano), controlar la altura productiva del árbol y permitir el trabajo de las máquinas cosechadoras, sobre todo de las cabalgantes (foto 7).
En olivar, en invierno, tras la recolección se realiza un pase de topping, a una altura entre 270-280 cm, de tal forma que las ramas que crezcan esa primavera serán lo suficientemente flexibles para evitar roturas en la máquina y daños en la planta. Si los crecimientos son muy elevados se puede dar otro pase de topping en pleno verano, eliminado los crecimientos anuales, para favorecer la iluminación en zonas bajas de la planta y con ello mejorar el rendimiento graso y la fructificación en los siguientes años.
En almendros en intensivo, durante el invierno, se puede realizar una poda en altura para forzar un aumento de ramificación y evitar que el árbol se abra en exceso por el peso de la cosecha. Durante el verano, sobre todo en plantaciones jóvenes en formación, se suele realizar un topping en verde, despuntando brotes anuales, con el objetivo de favorecer la iluminación, forzar la ramificación y evitar portes caedizos (foto 4).
En la poda de bajeras o faldas (skirting) (foto 8), la podadora corta las ramas bajas (generalmente, las que quedan por debajo de 50 cm) para facilitar la aplicación de herbicidas bajo la copa y, en el caso de cosechadoras de sistemas intensivos o superintensivos, facilitar el contacto de las estructuras de recepción con el tronco de los árboles (por eso, también se realiza todos los años).
Componentes
Acoplamiento
Las podadoras, generalmente, van acopladas al tractor, existiendo también modelos específicos para acoplarlos en las máquinas cabalgantes utilizadas en la recolección de plantaciones superintensivas, lo cual está empezando a difundirse, y hay alguna propuesta de máquina autopropulsada (acoplada sobre un vehículo especial) (foto 9).
Sobre el tractor se sitúan en la parte frontal, para facilitar la visualización de la operación, bien sobre estructura propia o bien sobre la del cargador frontal, o en la parte trasera. Los equipos convencionales no demandan potencias muy elevadas y pueden acoplarse a tractores fruteros (foto 10). No obstante, es importante tener en cuenta criterios de estabilidad del conjunto y en base a ellos elegir las dimensiones adecuadas del tractor, puesto que, durante el trabajo, los brazos de soporte de las herramientas de corte quedan situados en una posición desplazada, pudiendo generarse importantes desequilibrios en los giros y en terrenos en pendiente.
Estructura
Está formada por el dispositivo de acoplamiento al tractor, el soporte de los brazos, los brazos articulados y/o telescópicos y la estructura que porta los elementos de corte.Todos estos elementos se configuran según diversos modelos establecidos por los fabricantes para permitir la adaptación a los diferentes cultivos, tipos de plantación y formas de poda. Así, existen máquinas para corte de un lateral o en altura, con uno o dos brazos; para corte de dos laterales o en dos alturas de los dos árboles de una misma calle; para corte de un lateral y en altura en un mismo árbol; para corte de dos laterales y en altura de los dos árboles de una misma calle; etc.
Sistema hidráulico
Las podadoras disponen de un circuito hidráulico propio (central hidráulica) que da potencia a los motores de accionamiento de los elementos de corte y a los cilindros hidráulicos que actúan sobre los brazos, para posicionar la estructura según el corte requerido, pudiendo realizar movimientos de elevación/descenso, acercamiento/alejamiento, variación de anchura e inclinación de los elementos de corte (desde horizontal a vertical) (fotos 6 y 7). En las podadoras de discos, los motores hidráulicos pueden disponerse para accionar varios discos a la vez, mediante transmisiones de correas, o uno para cada disco, permitiendo, en cualquier caso, variar la velocidad (foto 11).
Elementos de corte
Fundamentan el funcionamiento de las podadoras, pudiendo ser de dos tipos:
– Discos dentados (en las podadoras de discos). Están fabricados con “widia” y tienen diámetros de entre 0,4 y 0,6 m, aunque pueden ser mayores, lo que se relaciona con el diámetro de las ramas que pueden cortar. Su número varía, de cuatro a ocho, según la configuración establecida para el cultivo, habiendo configuraciones características, como las de cinco discos para la poda de cítricos. En podadoras que realizan a la vez poda lateral y en altura, el número suele ser diferente, siendo menor en la parte de arriba, como, por ejemplo, 4+3, 5+3 y 7+2. Hay modelos que incorporan, en la parte de abajo de la estructura, uno o dos discos, cuya posición puede regularse, de 0 a 90o, para ir también recortando las bajeras. Los grupos de corte, sobre todo los superiores e inferiores (bajeras), suelen incorporar palpadores mecánicos para adaptarse automáticamente a las irregularidades de la copa.
– Cuchillas (en las podadoras de barra de corte). Se basan en el principio de una cuchilla con movimiento alternativo con contracuchilla fija, estando ambas ubicadas sobre un soporte lineal denominado barra de corte. Su estructura es similar a las de discos, empleándose, normalmente, acopladas a la parte frontal del tractor, para la poda de frutales. Por lo general, están limitadas a una vegetación más densa pero con ramas de diámetros menores (de hasta 3 cm), utilizándose en la poda de bajeras (foto 8) y para el despunte de la viña. Pueden ser simples o dobles, permitiendo, en este caso, poda lateral y en altura, simultáneamente, estableciendo distintos ángulos.
– Cuchillas rotativas (en las podadoras de cuchillas rotativas). Son similares a las podadoras de barra de corte, pero en este caso no llevan contracuchilla. Están especialmente pensadas para cortar material poco lignificado en podas en verde.
Parámetros de trabajo
Los fabricantes ofrecen modelos configurables para poder realizar su adaptación a diferentes tipos de frutales (almendros, pistachos, cítricos, frutales de hueso, olivos, nogales, etc.), lo que hace que los parámetros de trabajo tengan un amplio rango de variación. Así, suele ser habitual hablar de diámetros de corte de 6 a 20 cm, longitud de corte de 2 a 3 m, anchura de corte de 2 a 8 m y alturas de corte de hasta 6 m. La velocidad de trabajo debe ser inferior a la necesaria para cortar las ramas más gruesas, aproximadamente, 4 m/s (1,5 km/h), para que no se produzcan atascos, obteniendo una operación continua y, por tanto, buenas capacidades de trabajo.
Los fabricantes también ofrecen diseños específicos, orientados según los cultivos, como los cítricos, que combinan los discos convencionales con los de cuchilla-contracuchilla; equipos para poda de bajeras, con cuchillas y elementos accesorios de barrido; modelos mixtos que incorporan barras de corte para la poda de los laterales y barras de discos para la poda en altura; y modelos que acoplan discos de cuchillas para poda de ramas finas (foto 12). Algunos, además pueden ofrecerse con sistemas para desinfección de los discos.
En países como EE.UU, Argentina y Australia, fundamentalmente en los cítricos, pero también en otros frutales, se emplean otro tipo de podadoras de discos en las que los discos se sitúan en los extremos de una estructura formada por brazos, existiendo equipos con tres brazos a 120o, cuatro a 90o y hasta cinco formando un pentágono, y con la posibilidad de incorporar equipos dobles para podar los árboles de ambos lados de la calle. Se utilizan acopladas al tractor o pueden ser autopropulsadas (foto 13).